Arana y Errekaleor saltan a la gran pantalla de la mano de 'Ane'
Vitoria, plató de cine ·
Estos barrios vitorianos son dos de las principales localizaciones del primer largometraje de David Pérez Sañudo, que se estrena en las salas este 16 de octubre
Vitoria y, por extensión, Álava se están acostumbrando a gritar «¡acción!» a golpe de claqueta. La diversidad de paisajes, además del indudable talento creativo, artístico y técnico del que presume el territorio, han puesto en valor el atractivo de la capital y de ... un buen puñado de rincones de la provincia como plató cinematográfico. En los últimos años, la riqueza histórica, monumental y paisajística de la ciudad ha inspirado a un selecto número de cineastas. Los directores de 'Handia', el tándem formado por Jon Garaño y Aitor Arregi, descubrieron en la Herrería, en plena almendra medieval, el escenario idóneo para evocar el Londres del siglo XIX, capital que visitaba el Gigante de Altzo. La versatilidad del Casco Viejo, cuyas calles y cantones permiten albergar películas de un sinfín de épocas y géneros, también ha sido aprovechada por Juanma Bajo Ulloa, Kepa Sojo y, más recientemente, por Paul Urkijo, Víctor Cabaco -que se sirvió de su singularidad para rememorar la década de los 70 en 'Vitoria, 3 de marzo'- y por Daniel Calparsoro, que convirtió el distrito más antiguo de la capital alavesa en un personaje más de 'El Silencio de la Ciudad Blanca'.
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Precisamente, la adaptación cinematográfica del 'best-seller' de Eva García Sáenz de Urturi -flamante premio Planeta- puso los focos sobre diversos edificios históricos y religiosos del Casco Medieval... y también sobre el Ensanche, que se lució en la gran pantalla; al igual que el Ayuntamiento o la plaza de la Virgen Blanca que, gracias a la magia del cine, llevaron al espectador hasta 'La pequeña Suiza', como recuerda la Film Office; el servicio municipal que se encarga de promocionar los escenarios de la provincia y facilitar los rodajes (permisos, localizaciones...). Pero el inmenso plató en que, de vez en cuando, se convierte Vitoria no solo se despliega en el centro. Los barrios también se llevan su cuota de protagonismo. En 2019, miles de espectadores viajaron en el tiempo al Zaramaga de finales de los setenta, donde se recreó el Tres de Marzo. Ahora le ha llegado el turno a otros dos de los vecindarios con más solera de la ciudad: Arana y Errekaleor. Su oportunidad para dar el salto al celuloide se la ha brindado 'Ane', el primer largometraje de David Pérez Sañudo, que desembarca en los cines este 16 de octubre.
La trama, ambientada en la Vitoria de 2009, se sirve de las calles y los bloques de viviendas de ambos barrios, que son testigo de la historia de Lide, encarnada por Patricia López Arnaiz. La actriz vitoriana, que está recibiendo unas fantásticas críticas por este papel, es una mujer que se gana la vida como guardia de seguridad en las obras del Tren de Alta Velocidad (TAV); un proyecto que busca unir y comunicar espacios, pero que al mismo tiempo separa a la sociedad, donde se generan distintas protestas. Una mañana descubre que Ane, su hija, ha desaparecido. Ahí arranca una historia de «búsqueda, comunicación y falta de ella».
Con esta trama con trasfondo social, el cineasta vizcaíno, afincado desde 2012 en Vitoria, sigue los pasos de Lide y su exmarido Fernando (Mikel Losada). Ambos comienzan a investigar el paradero de su hija y se adentran en el mundo de Ane; que se convierte en toda una extraña para ellos. Esa búsqueda se va desarrollando por muchos rincones de la capital alavesa. Numerosas escenas se han rodado en Arana; donde viven los protagonistas. En la pantalla, resultan reconocibles la calle Andalucía y la plaza Aranzabela con sus llamativos graffitis. La sugerente estética del 'street-art' del barrio okupa de Errekaleor, con los murales de Blu, Manolo Mesa o Escif, también se adivina en otra de las escenas; donde cerca de 250 figurantes tomaron parte en una fílmica carga policial durante una protesta por las expropiaciones de unas viviendas para dejar paso al TAV.
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La ruta por esta Vitoria de cine prosigue por el cercano barrio de San Cristóbal, junto a las calles Ferrocarril y Comandante Izarduy, cerca del campus universitario. Y también al este de la ciudad; en Salburua, donde se aprecia una zona cercana a las vías del tren; en las inmediaciones del frontón de Los Astrónomos y la calle Ingeniero Alejandro Mendizábal.
Las localizaciones no terminan ahí. La productora alavesa Amania Films solicitó, además, permisos para rodar en la comisaría de la Policía Local, en las instalaciones de Aguirrelanda, en la Delegación del Gobierno y en los cines Florida. El hospital Vithas San José fue otro de los equipamientos que visitó el equipo de rodaje; al igual que el instituto Mendizabala de Formación Profesional.
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Al margen de Vitoria, el equipo de la película registró imágenes en la carretera de Zigoitia-Otxandio y en las obras del tren de alta velocidad en Luko. Todo un viaje que se completaría en Baiona, donde lo vasco y lo gascón se funden con lo puramente francés para darle un toque diferente a esta historia con label alavés.
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