Barrios de Vitoria

Arana anuncia concentraciones contra los okupas conflictivos

La asociación Aranako convocó esta reunión para tratar de buscar una solución a los «problemas de convivencia» que este grupo, asentado en lonjas, está generando en el barrio. La otra propuesta se dirigió hacia las instituciones, a las que se les «presionará para que encuentren urgentemente una salida», en referencia a la situación en la que se encuentran estas personas.

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Vecinos y comerciantes de Arana viven «con miedo» a unos okupas conflictivos

Jon Ander Goitia

La participación da una idea de la preocupación que existe en el barrio. Más de 200 personas abarrotaron la parroquia durante las dos horas que duró el encuentro, en el que los asistentes compartieron algunos episodios vividos. Desde la asociación vecinal se expuso una cronología de las actuaciones llevadas a cabo hasta la fecha, ya que esta reunión se celebró después de tratar de encontrar una salida junto con los servicios sociales y hablando directamente con los okupas conflictivos, pero sin éxito.

Al encuentro han asistido los concejales Raimundo Ruiz de Escudero (Políticas sociales) y Pascual Borja (Convivencia), quienes explicaron cómo se actúa ante estos casos. «Se hace un trabajo de calle. Pero la entrada en los Servicios Sociales tiene que ser voluntaria por su parte. Luego se les hace un acompañamiento hacia esas instituciones que les pueden ayudar a estabilizar su situación», explicó Ruiz de Escudero. Borja, por su parte, reconoció que es «un problema multidimensional que toca todos los frentes», pero que lo van a afrontar «poniendo todos los elementos que sean necesarios».

Este periódico recorrió con anterioridad a la asamblea el barrio para recoger de primera mano la opinión de los vecinos y dueños de los negocios. Desde el anonimato, coinciden en que «el problema no es que vivan como okupas, es una situación límite a la que habría que buscar una solución; pero sí que estén generando problemas para el barrio». Y es que, tal y como comentan, «la Policía tiene que venir día sí, día también. Todos sabemos quiénes son», censuran, exponiendo algunos episodios.

«A un vecino de mi portal le entraron a robar al camarote». Y algunas familias vigilan desde la ventana la llegada de sus hijos a casa. «No sabes si se van a colar en el portal. Mi hija viene con el 112 marcado en el móvil», confesaba una madre. Esa preocupación se ha repetido durante la asamblea. Asimismo, también cuentan cómo «algunas bicicletas han desaparecido de la calle». El sentir es compartido entre los comerciantes, los que han sufrido episodios de robos.