Sobre la mesa de Teresa Imízcoz se multiplican los papeles. Con letras y con muchos números, sobre todo, desde que a principios de año conociera la decisión del Gobierno vasco de reducir su aportación a la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) -de la ... que es patrono- en Vitoria en un 51%. La directora de este centro analiza el escenario que se abre tras esta cifra.
- La UNED celebra su día a finales de mes con un concurso de microrrelatos. ¿Cómo titularía uno sobre este centro?
- ¿Ahora mismo? Estado de emergencia.
- ¿Por qué?
- Este año el Gobierno vasco va a hacer una reducción bastante considerable del dinero que nos aporta pese a haber una prórroga presupuestaria y tratarse de una partida nominativa en la Ley de Presupuestos de 2018. La cuantía se queda en 96.100 euros frente a los 197.000 que recibimos en 2018, menos de un 51%. No nos lo esperábamos.
- ¿Cómo afectará al día a día?
- Teníamos ya un presupuesto muy limitado y va a suponer una reducción importante de la atención al alumnado con tutores de aquí, de la UNED en Álava.
- ¿Y qué tendrán que hacer los alumnos?
- La atención personal ahora se va a tener que dar en otros centros del campus, que abarca desde Cantabria a Barcelona.
- ¿Han cambiado las razones que traían aquí al alumno hace 44 años, cuando abrió la UNED, y al que llega ahora?
- Hace años el panorama de las universidades en España era muy limitado, con centros en las grandes capitales y alguna capital de provincia, y cuando se montó la UNED se dio acceso a tantísima gente que no tenía dónde estudiar en su ciudad. A pesar de ese cambio tenemos más de 200.000 alumnos en España, 1.400 en Álava, a quienes les es completamente imposible estudiar en una universidad de forma presencial: o estudian aquí o no tienen dónde estudiar. Pero también tenemos alumnado con incompatibilidades profesionales porque está trabajando, un 5% con alguna discapacidad porque tenemos todos los materiales adaptados, personas con cargas familiares...
«Con la situación actual no nos podemos plantear implantar las titulaciones nuevas»
- ¿La crisis se reflejó en las matriculaciones?
- Con la crisis volvió la dificultad geográfica y lo notamos en un porcentaje de jóvenes, de 18 años, que elige la UNED como primera opción porque sus padres no se pueden permitir que estudien fuera y pagar una residencia.
- ¿La UNED ha rejuvenecido?
- Cuando yo entré en 2011 la franja mayoritaria era de 45 a 65 años y ahora es de 25 a 45. Es verdad que, al ser una universidad mucho más virtual y tecnológica, hay algunas generaciones a las que la adaptación les cuesta más y les supone una dificultad pero creo que este cambio en el alumnado se debe, sobre todo, a que hubo jóvenes que abandonaron los estudios prematuramente para ponerse a trabajar y que con la crisis en el mercado laboral decidieron volver a las aulas.
- Esa tecnología abre un mundo de posibilidades a quien estudia a distancia.
- Sí, antes se mandaban los materiales por correo postal y hoy todo va por una plataforma virtual específica de la UNED y por correo electrónico, web conferencia, videoconferencia... Pero esas nuevas tecnologías deben acompañarse con la parte presencial y por eso son fundamentales los tutores en los centros.
- ¿Y los más mayores qué buscan en los libros?
- Es gente que se ha jubilado y a la que le hubiera gustado estudiar equis, pero en su momento no pudo.
- Es una universidad también de segundas carreras.
- Sí, de desarrollo profesional. Tenemos alumnos que aspiran a una progresión en su trabajo y que, por ejemplo, estudiaron Derecho y ahora quieren hacer Criminología.
- Ése fue el último grado que incorporaron a su oferta académica y ahora barajan Magisterio Infantil e Ingeniería de la Energía...
- Con la situación actual no nos podemos plantear ya implantar cosas nuevas.
- ¿Hay una obsesión por llegar a la universidad en detrimento de la Formación Profesional?
- Son dos cosas distintas con finalidades y perfiles de trabajo distintos. En la FP buscas una formación pegada a la actividad futura que vas a tener y una carrera universitaria, que muchas veces se dice que peca de ese lado práctico, no va asociada solamente a esa ejecución en el mercado laboral sino también a adquirir una capacidad de análisis y de toma de decisiones, un espíritu crítico, una apertura de la mente para liberarte de prejuicios...
- ¿Pero existe cierta 'titulitis'?
- Se ha pecado de ello pero otra cosa es cuestionar el papel de la universidad, que es fundamental.
«Mal vamos si una empresa aprovecha unas prácticas para cubrir un puesto de trabajo»
28 grados y 77 másteres
- Deusto ha sido la última universidad en aterrizar aquí, ¿Vitoria se postula como ciudad universitaria?
- Yo creo que ya lo es, pero debemos acabar de integrar en nuestro imaginario que la UNED también es una universidad de aquí porque, a veces, siento que somos un quiste. A pesar de que ofertamos 28 grados, 11 grados combinados, 77 másteres y cursos de acceso nos parece que la oferta universitaria en Álava es escasa, pero lo que ocurre es que se considera que la oferta universitaria es sólo la del sistema universitario vasco (UPV/EHU, Deusto y Mondragón), sin tener en cuenta a la UNED.
- ¿Ve un agravio comparativo?
- Es una visión reducida porque el universitario de la UNED de Álava es un ciudadano vasco -el 95%- y que paga sus impuestos aquí, y se trata de un centro que da un servicio con un coste mínimo para el Gobierno vasco (81 euros por alumno) que no ofrece su sistema universitario y que de momento no parece que lo vaya a hacer. Por eso hago un llamamiento a la responsabilidad a las instituciones para permitir que los ciudadanos se formen, mejoren y progresen profesionalmente.
- ¿Un becario debe cobrar durante el periodo de prácticas?
- Depende. Si con las prácticas una empresa aprovecha para cubrir un puesto de trabajo, mal vamos. A un becario nunca le puedes pedir nada que pueda hacer alguien del personal, ni debe tener que tomar decisiones, sino que hay que explicarle y formarle. Yo soy partidaria de definir antes de nada cuáles van a ser las funciones a desarrollar por la persona en prácticas y que se firme un documento conjunto por ella, la empresa y la universidad y que, después, se haga un estudio de esas prácticas por parte del tutor y del estudiante.
- Desde pequeños nos enseñan matemáticas, geografía o literatura pero, ¿falta una educación como la que ofrece su Escuela de Inteligencia Emocional?
- Hay muy poca y me parece muy necesaria. Podemos tener conocimientos muy buenos y profundos pero, si no nos sabemos manejar ante los problemas y en las relaciones con los demás, fracasamos y, aunque aprendemos a base de tortas, nos evitaríamos muchos problemas si desde pequeños se diera importancia a las emociones.
«Evitaríamos muchos problemas si desde niños se diera importancia a las emociones»
- ¿Se han planteado acercar la UNED al centro de Vitoria?
- Es imposible porque este edificio no es propio de la UNED sino que está cedido por la Diputación de Álava y tampoco tiene mucho sentido pensar en trasladarnos cuando toda está aquí amoldado a las clases, los despachos, el aula magna...
- ¿Pero no se encuentran a desmano?
- Tenemos un parking fantástico, una parada de autobús en la puerta y el tranvía en la Avenida de Gasteiz. Somos muy cómodos y no podemos pretender tener todo en la puerta de casa.
- Veo que se mueve en bicicleta.
- Sí, me encanta la bici, y Vitoria es un paraíso para el ciclista. Cuando tengo que moverme por la ciudad lo hago en bicicleta y al mediodía, cuando hace bueno, me voy un rato a andar con ella y me despejo.
«Apuesto por los currículos sin nombre, ni edad, ni foto»
Toulouse y Burdeos fueron los destinos profesionales, e inevitablemente personales, de Teresa Imízcoz antes de su desembarco en la UNED en Vitoria. Allí, en Francia, ocupó la dirección del Instituto Cervantes tras descartar la dirección de un centro en el Magreb. «No voy a ir a ningún país donde retroceda en los derechos de la mujer», avisa.
- Sólo 7 de las 50 universidades públicas que funcionan en el Estado cuentan con una mujer al frente.
- Sí, y es el mismo porcentaje que podemos encontrar en las direcciones de las empresas, los grandes bancos, en la sociedad en general menos en política porque se ha hecho un esfuerzo mayor por la visibilización de la mujer y existen las 'listas cremallera'.
- ¿Es partidaria de esas cuotas obligatorias para alcanzar la paridad?
- Estoy de acuerdo en que históricamente ha habido una discriminación de la mujer y una dificultad para acceder a puestos de responsabilidad y que si corregir eso se deja a la buena voluntad de quienes toman las decisiones, que están muy cómodos en esta situación y no les afecta, no se va a cambiar y se necesitan medidas. Pero yo creo sobre todo en la meritocracia, a mí no me gustaría estar en un puesto por el hecho de ser mujer sino por mi capacidad y mi preparación, y soy partidaria de los currículos sin nombre, ni edad, ni foto.
- ¿Ha sentido que ocupaba algún cargo sólo por ser mujer?
- No, pero he tenido la sensación de estar en una mesa redonda porque había que invitar a una mujer para adornar y que la foto quedara bonita, me he sentido como un florero.
- Es madre de dos chicos, ¿cómo les educa en la igualdad?
- Desde los tres años cocinan conmigo y, desde los diez, cuando llegaban del colegio y no tenían clase por la tarde, se encontraban que la comida estaba sin hacer para que vieran que llevar esa comida al plato necesita un tiempo y cuesta. Desde los seis hacen la cama, también ponen lavadoras... Creo que las mujeres tenemos parte de culpa porque hemos asumido que eran labores nuestras y que nos correspondía hacerlas.
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