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Helena Rodríguez y David González
Jueves, 8 de junio 2023, 00:29
Durante los últimos cuatro años, la familia del vitoriano Jesús María González Borrajo no ha dejado de buscar pistas, respuestas, cualquier señal que aclarara su paradero, desde que desapareciera el 19 de junio de 2019. El caso estaba cerrado. Pero ayer, la Guardia Civil les ... confirmó sus peores presagios. Los agentes dieron con los restos óseos de este empresario de 54 años, ocultos en un pozo, 40 metros bajo tierra, en Manzanares (Ciudad Real). Los descubrieron gracias a la confesión de Gaspar Rivera, un hombre de 70 años, subalterno del principal sospechoso de asesinar y descuartizar a Jesús.
Carcomido por los remordimientos, Rivera le contó en mayo a la Guardia Civil que su jefe, Antonio Caba, un empresario de 48 años de Manzanares al que le persigue una estela de engaños y deudas, había acabado con la vida de Jesús y de otro empresario, Juan Miguel Isla, cuyo cuerpo apareció hace días en otro pozo en una finca de su propiedad. Caba, que se ha negado a declarar, ingresó en prisión imputado de este crimen y todo apunta a que le juzgarán también por el de Jesús.
Cronología
19 de junio de 2019. Jesús González Borrajo desaparece tras una compraventa de dos de sus coches. Antonio Caba hace de intermediario.
14 de mayo de 2023. Arrestan a Caba tras hallarse restos de un empresario alicantino en un pozo ubicado en una de sus fincas en Manzanares (Ciudad Real).
Martes 6 de junio. Tras siete días de búsqueda, la Guardia Civil localiza los «restos óseos» de González Borrajo en otro pozo de la localidad de Manzanares.
El principal sospechoso había convencido al emprendedor alavés para llevar juntos diferentes negocios que terminaron torciéndose. Al parecer, Caba llegaría a acumular deudas con la víctima de al menos 24.000 euros. El supuesto estafador fue de las últimas personas que vio con vida a Jesús. Aquel fatal 19 de junio de 2019, Caba acompañó a González Borrajo a vender dos de sus coches de alta gama en Manzanares. Y nunca más se supo de él. Tras la denuncia de la familia, el ahora imputado le contó a la Guardia Civil que ese día comieron juntos y que traspasaron cada automóvil por 14.000 euros. Posteriormente se hallarían los dos pagarés por esas cantidades en casa del supuesto asesino. Pero los agentes creyeron su versión, en la que describió a Jesús como un hombre desesperado, próximo a la bancarrota y en una soledad absoluta al estar enemistado con su única familia: su hermano Miguel y los hijos de éste.
El caso se archivó y Miguel inició entonces una investigación privada hasta localizar las primeras evidencias de que no se trataba de una marcha voluntaria. El abogado de los González Borrajo, Dionisio Pérez Muñoz, confiesa a EL CORREO que las sospechas de la familia de la víctima siempre estuvieron puestas en Antonio Caba. «Sabíamos que era este hombre. Supuestamente inducía a la Guardia Civil hacia pistas falsas porque estaba muy bien relacionado con ellos. Descubrimos pruebas; contratos, reconocimientos de deuda, pagarés emitidos a favor de Jesús. Ahí encontramos el móvil económico», explica.
Vuelo a Paraguay
«Han sido cuatro años de lucha en los que la familia no ha cejado. Su hermano Miguel y sus sobrinos nunca se han rendido. Ni un segundo. Y sin querer interferir en el caso han investigado por su cuenta», subraya Pérez Muñoz. El ahora reo fue su principal sospechoso desde que el 20 de junio de 2019 Jesús no se subió a un avión con destino a Paraguay, donde poseía explotaciones agrícolas. Codirigía además con su hermano una empresa de tragaperras. Nunca dejaba escapar un negocio.
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«Respetando la presunción de inocencia, estaba clarísimo quién estaba detrás», ahonda este letrado. A raíz de las evidencias obtenidas por la familia y de la declaración del subalterno de Caba, «la Guardia Civil se puso las pilas» para resolver «un crimen horrible, premeditado y cometido con toda frialdad».
Una vez descubierto el cuerpo, repartido en varias bolsas, la familia de Jesús pedirá que el acusado sea condenado por «asesinato» en el juicio que se desarrollará dentro de un año en la Audiencia de Ciudad Real. Consideran que Caba «abusó de la amistad existente con Jesús».
A primera hora de ayer, la subdelegada del Gobierno en Ciudad Real, María de los Ángeles Herreros, confirmó de manera oficial que el ADN había resultado «positivo». Era el empresario vitoriano. Para sacar los huesos hizo falta una compleja operación de perforación dada la estrechez del conducto. Según fuentes de la investigación policial, el rescate de los restos de González Borrajo requirió de «varias máquinas» debido a que el pozo en el que se intentaron ocultar alcanza «una profundidad de unos cuarenta metros».
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