Antxon Olabe (Eibar, 1955) lleva tres décadas analizando datos y comprobando una realidad que aún hoy algunos se empeñan en obviar: la actividad del ser ... humano está cambiando la Tierra y su clima. Una emergencia planetaria que obliga a los gobiernos de todo el mundo a actuar aunque no todos responden con igual intensidad. Olabe, que ha sido asesor del Ministerio de Transición Energética, presenta este jueves (Hotel Ciudad de Vitoria, 18.30 horas), invitado por la Escuela de Formación Tomás y Valiente, su segundo libro, 'Necesidad de una política de la tierra' en el que aborda la crisis climática, sus consecuencias y lo que se está haciendo para enfrentarla.
– La necesidad es acuciante pero, ¿hasta qué punto?
– Vamos tarde. Hay que tener en cuenta que desde 1990 disponemos ya de la información científica rigurosa del Panel Intergubernamental de Expertos (IPCC) que nos alertan de que el ser humano ha alterado el clima.
– ¿Sin tiempo, por libre y lentos?
– La comunidad internacional no ha estado a la altura. Es verdad que Europa ha hecho bastante bien los deberes, pero somos solo una pequeña parte de la comunidad internacional y otros grandes emisores, otras grandes potencias, han tenido actitudes y posiciones más melifluas.
– ¿La UE aprueba?
– De hecho, lidera. Pese a algunas pequeñas contradicciones, la respuesta en estos 30 años es para sentirnos satisfechos. Los datos lo avalan: Europa ha reducido ya un 25% de sus emisiones de gases de efecto invernadero al tiempo que la economía ha seguido desarrollándose un 65%.
– Entonces, ¿la descarbonización no conlleva el cataclismo económico?
– No. Los datos son objetivos.
– Gran parte de la sociedad cree que la lucha contra el cambio climático afectará a su bolsillo.
– Algunos sectores, no muy interesados en la transición energética, están dando mucha información contra la transición a las renovables. Dicen que conlleva muchos costes.
– ¿Y no es así?
– Hay que asumir que va a haber ganadores y perdedores. Se perderán empleos.
– ¿Todos los relacionados con el carbón por ejemplo?
– Lógicamente. En España casi todas las minas y las centrales térmicas se han cerrado y eso hay que afrontarlo con pactos con los agentes sociales, con las empresas, con los sindicatos, con las comarcas afectadas y poniendo dinero para proyectos alternativos. También conllevará prosperidad y se crearán más empleos de los que se pierdan.
– Las comarcas mineras españolas quizás no lo vean así.
– Lo que pasa es que los empleos no siempre se van a generar en la misma zona.
– ¿Qué hacemos con ellos?
– Hay que gestionar políticamente con recursos, con sensibilidad, con las ideas claras y creo que en España se está haciendo. La ONU nos ha felicitado varias veces por desarrollar una transición justa y sin gran conflictividad social.
– ¿España ganará peso internacional con las renovables?
– Sí. Somos uno de los estados de la UE que está tirando del carro junto con Alemania, Francia y los países nórdicos. Tenemos un potencial muy importante.
– ¿Cómo se están haciendo las cosas en Euskadi?
– Por un lado, somos una sociedad muy comprometida con el medio ambiente y por otro, el desarrollo de las renovables aquí ha sido penoso en los últimos 15 años.
– ¿Es usted tajante?
– Ha habido casos en los que la defensa de ciertos entornos naturales por parte de ciertos sectores sociales y políticos se ha convertido en poner palos en las ruedas. Por eso el despegue de las renovables en Euskadi no está a la altura del país que somos. Sé que eso está cambiando, pero tenemos que recuperar un tiempo en el que nos hemos dormido.
– El asunto de los parques eólicos ya parece desbloqueado.
– Afortunadamente. Todos somos de alguna manera responsables de la emergencia climática y todos tenemos que formar parte de la solución. No podemos mantener actitudes mezquinas y egoístas de 'qué bien las renovables pero que las pongan otros'.
– ¿La polémica de la extracción de gas en Álava está cerrada?
– El gas no es una energía renovable o verde, aunque la taxonomía de la UE lo ha considerado así por las presiones alemanas. En España hay una ley que cerró ese debate.
– ¿Tampoco considera verde la nuclear?
– La posición de la Comisión Europea ha sido un error y una concesión a Francia que tiene su sistema eléctrico muy, muy escorado hacia esa energía.
– En un contexto de crisis energética mundial y precios descontrolados hay países que optan por la vuelta al carbón.
– Está siendo algo puntual en la Unión Europea, que es donde está afectando la crisis energética derivada de la invasión de Ucrania y, obviamente, los responsables políticos están centrados en que no haya problemas en el suministro a corto plazo.
– ¿Servirá de lección para no depender de un solo país?
– Con el horizonte 2030, vamos a acelerar la transición hacia las renovables para ahorrarnos un montón de dinero –casi 280 mil millones de euros al años paga la UE por el petróleo y el gas que importa–. Además, se irá hacia la autosuficiencia energética.
– ¿Libres de chantajes?
– Eso es. Otra de las ventajas de las renovables.
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