El soterramiento da un nuevo paso con la licitación en otoño del anteproyecto

La posibilidad de redactar el anteproyecto es uno de los avances que las instituciones alcanzaron el pasado 10 de mayo en Madrid. Ante el retraso de más de un año que arrastraba la resolución de las alegaciones y los informes ambientales, necesarios para acometer nuevas etapas, el secretario de Estado de Infraestructuras, el Gobierno vasco, la Diputación de Álava y el Ayuntamiento de Vitoria acordaron desligar ambos aspectos; es decir, poder avanzar en el diseño del proyecto antes de que se apruebe el estudio informativo, que permanece atascado entre las 11.400 alegaciones que se presentaron solo en el tramo desde el nudo de Arkaute hasta Vitoria. La licitación del anteproyecto tras el verano es el primer avance fruto de los contactos que se retomaron hace poco más de un mes con el objetivo de «acortar plazos».

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En cualquier caso, el Gobierno vasco insiste en elaborar un plan B de forma paralela para garantizarse la llegada de la alta velocidad a Euskadi a finales de 2026 o principios de 2027. Esta decisión se debe a los avances que se prevén en el tramo Burgos-Vitoria, cuyo estudio informativo se aprobará «de forma inminente».

«Si tenemos el TAV en Júndiz para esas fechas, tendría sentido analizar la posibilidad de que la alta velocidad llegara a la estación de Dato mientras se desarrollan las obras del soterramiento. Sería razonable articular una solución para que la ciudadanía no tuviera que esperar más», sentenció ayer Arriola. No obstante, el responsable del departamento de Transportes vio de primera mano las discrepancias del diputado general alavés, Ramiro González (PNV) y del alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran (PNV), a la hora de plantear alternativas al soterramiento. «No contemplo otra posibilidad», llegó a decir el regidor de la capital alavesa.

El PP, por su lado, reprochó al Gobierno vasco su «resignación» ante los «retrasos» del soterramiento. «Algo está fallando porque parece que estos incumplimientos de plazos están enturbiando relaciones institucionales. Existe una clara sensación de rendirse a las imposiciones del Ministerio de Fomento», señaló Carmelo Barrio.