«La primera vez que entras aquí impone muchísimo. Parece Hogwarts, con esas aulas tan solemnes, esos pasillos enormes...». La sensación de Aitor Belategui, estudiante de Psicología, es común entre muchos de los alumnos que cruzan las puertas del centro asociado de la UNED en ... Vitoria. Pero el monumental edificio del Seminario, donde desde 1990 se ubica la universidad a distancia, no es lo único que intimida. Quienes lo han vivido en primera persona hablan de la dureza de los estudios y de la gran exigencia con uno mismo que se requiere. A cambio, el prestigio de los graduados. La UNED cumple 50 años en la capital alavesa como un referente en educación a distancia y pionero en el País Vasco.
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Nació en el antiguo Colegio Universitario de Álava, actual sede de la Facultad de Educación y Deporte, y tras unos años de actividad se trasladó a un ala del Seminario. Aquellos primeros años de andadura poco tienen que ver en lo práctico con lo que es hoy en día, aunque sí se ha mantenido la esencia. Buena cuenta de ello puede dar Mari Carmen Rodríguez Marcos, alumna de Psicología en los años 80 y actual tutora en el centro. «En la universidad presencial iba el profesor, te soltaba el rollo y eso era lo que entraba en el examen. Aquí te tenías que estudiar el libro entero sí o sí», recuerda esta trabajadora del Instituto Foral de Bienestar Social (IFBS) ya jubilada que previamente fue alumna en Deusto.
EN SU CONTEXTO
1974 fue el año en el que se creó el centro asociado de la UNED en Vitoria. Fue uno de los pioneros en España y el primero de Euskadi. Al inicio se ubicó en la actual Facultad de Deporte.
Flexibilidad y adaptabilidad Estas son las dos características principales de esta universidad a distancia, que en estos 50 años ha adaptado su oferta académica y sus recursos para responder a las demandas de una sociedad cambiante.
2.000 alumnos casi forman parte de la UNED entre los matriculados en los grados y másteres, los senior de más de 55 años y aquellos que asisten a los cursos de extensión universitaria.
Alumnos cada vez más jóvenes La edad media del alumnado se ha reducido en los últimos años, uno de los cambios más significativos. Cada vez más jóvenes eligen la UNED como su primera opción de formación superior.
Y es que el mayor nivel de exigencia respecto a otras universidades es una de las cuestiones sobre las que existe unanimidad. Lo que se ha ganado con el paso del tiempo es la facilidad de acceso a los recursos formativos que tienen los alumnos, con multitud de herramientas 'online' y canales para contactar con los profesores o la posibilidad de visualizar las clases en una pantalla en cualquier momento y lugar. «Antes nuestro foro de alumnos era la cafetería», ríe Rodríguez Marcos. «Y los cuadernillos se enviaban por correo postal a las casas. La transformación de un formato totalmente analógico a lo digital ha sido uno de los cambios más relevantes en nuestra trayectoria», añade Rubén González-Bengoa, director de la UNED en Vitoria.
No ha sido el único, porque el perfil del alumnado también ha variado de forma significativa. «Se ha rejuvenecido mucho, ahora mismo la media andará en unos 35 años y para muchos ya es su primera opción», explica el director. La UNED ya no es solo para quienes no habían podido tener acceso a los estudios, para amas de casa o para jubilados. Muchos jóvenes que terminan Bachillerato la eligen porque no existe nota de corte y es más asequible que tener que desplazarse a otras ciudades para cursar una carrera.
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Es indudable que además permite una flexibilidad para poder compaginar los estudios con la vida laboral o familiar imposible en otras universidades. «Es más flexible, sí, pero todos los que estudiamos aquí tenemos que ser más responsables. Obtenemos un título muy reconocido pero tenemos que tener madurez, motivación y compromiso», resume Mari Carmen Rodríguez Marcos. El centro asociado de Vitoria acoge en la actualidad a casi 2.000 alumnos entre los que cursan grados y másteres, los de los cursos senior para mayores de 55 años y los matriculados en cursos de extensión universitaria o de formación a lo largo de la vida. Esta última parte es uno de los aspectos que más ha crecido en los últimos ejercicios.
«Son formaciones en temas tan diversos como las emergencia o el sistema electoral americano. Temas que pueden ser de actualidad o no, pero vemos que cada vez interesan más», sostiene González-Bengoa. En la actualidad cuenta con una treintena de grados universitarios homologados y para el próximo curso aumentará su oferta para hacerla cada vez más atractiva. «La UNED engancha. Hay gente que empieza y no puede parar, también porque te permite aprender mucho sobre ti y tus capacidades».
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José Antonio Varela fue director de la Ertzaintza, es antiguo alumno de la UNED y ahora ejerce como tutor en el grado de Criminología en el centro asociado de Vitoria. Lleva cuatro décadas vinculado a esta universidad y esto le permite ofrecer una visión panorámica de lo que es y de cómo ha evolucionado con el paso del tiempo. En el año 84 se matriculó en el grado de Derecho «porque consideré que podía serme de utilidad en mi profesión». También cursó algunas asignaturas de Psicología y Ciencias Políticas mientras lo compaginaba con su labor en la Policía autonómica. «En vez de adaptarte tú a la universidad es la universidad la que se adapta a ti, eso es lo que necesitaba. Aunque me advirtieron de que era muy duro y lo experimenté en mis propias carnes», rememora sobre aquellos primeros años, cuando la UNED se ubicaba en lo que ahora es la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. «Fue una época en la que nos hicimos una buena cuadrilla de amigos entre los alumnos, había muy buen ambiente. Pero eso sí, también fue una época de muchas huelgas y aquí no se hizo ni una». Entonces no existían los recursos 'online' ni nada parecido, por lo que cobraba especial importancia la relación con el resto de compañeros para tener acceso a los apuntes.
También ha cambiado el papel de los tutores. Cuando José Antonio era alumno «se les exigía más desde el ámbito académico y de conocimiento, mientras que ahora se nos requiere mucho más en toda la parte relacionada con el acompañamiento al alumno. Cada vez es más importante nuestro papel de apoyo emocional y de motivación», reflexiona desde su posición de profesor en el grado de Criminología. Lo que no ha cambiado con el paso de los años es la visión general que existe sobre los graduados por la UNED. «Los estudiantes de la UNED siempre han sido muy reconocidos, entran dentro de la excelencia porque tanto la madurez del alumno como su capacidad de organización y gestión personal se dan por hecho. Son aspectos que se desarrollan mucho más que en unos estudios presenciales», destaca este ertzaina ya jubilado. «Es más flexible, sí, pero tienes que ser más responsable», resume.
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El caso de Ruth es el claro ejemplo de eso que muchos dicen de que la UNED engancha. Estudió los grados en Historia y Criminología y ahora está con los de Derecho e Historia del Arte. A esto se suman dos másteres terminados (en Investigación Histórica y de Formación del Profesorado de Secundaria) y otros dos en curso (en Género y Ciberseguridad). «Me gusta mucho estudiar, mantener la mente ocupada y estar siempre haciendo cosas. Priorizo mi formación sobre otras cuestiones como ratos de ocio o el viajar, al final hago esto porque quiero y me gusta», explica esta mirandesa de 41 años. La UNED no fue su primera opción, pero en este concepto de universidad ha encontrado lo que mejor se adapta a sus necesidades.
«Cursé la carrera de Ingeniería Técnica e Informática en Deusto, pero no me gustó el sistema presencial. Ir a clase y leer un PDF era algo que podía hacer yo en mi casa, además de que perdía mucho tiempo con los desplazamientos», recuerda. Tras esa experiencia insatisfactoria se dio una oportunidad con su pasión: la Historia. Y eligió estudiar la carrera a distancia y gestionándose ella misma. «El primer curso fue complicado, pero cuando te organizas y le pillas el truco va rodado», sostiene. Una vez graduada el gusanillo de la UNED ya estaba en su interior y se lanzó a estudiar Criminología. «Se que no tiene nada que ver, pero es algo por lo que siempre había tenido curiosidad», comparte. Desde 2011 compatibiliza sus estudios con su trabajo como administrativa, y además imparte algunas clases de Historia. Ruth ha elegido además matricularse en los másteres de Género y de Seguridad. En ambos casos lo ve como dos posibilidades con salidas laborales interesantes y actuales más allá de que sirvan para calmar su sed de conocimiento. Como ella, conoce a más personas que se matriculan en esta universidad «y siguen y siguen...». Va a ser verdad eso de que engancha.
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Tiene 25 años y la UNED ha sido su primera opción de formación universitaria. Aitor Belategui encarna ese perfil de estudiante rejuvenecido que cada vez se ve más en el centro asociado de Vitoria. En su caso cursó un grado superior en Realización de Proyectos Audiovisuales y Espectáculos en Mendizabala y una vez finalizado comenzó a trabajar en los centros Bizan de Vitoria como auxiliar de información. «Se me presentaban opciones laborales pero ninguna tenía que ver con el sector en el que yo me había formado en la FP», cuenta este joven alavés. La Psicología es un campo que siempre le había resultado atractivo y se decidió a matricularse en la carrera. Pero, ¿por qué en una universidad a distancia? «Tenía clarísimo que quería compatibilizar los estudios con mi trabajo en los Bizan, así que esta era la mejor opción. Además mi trabajo no son demasiadas horas y no me lo llevo a casa, por lo que tengo más tiempo para enfocarme en la carrera», profundiza Aitor.
No va a curso por año, sino que al inicio de cada curso escolar decide en cuántas asignaturas matricularse para poder alcanzar objetivos realistas. «Dependiendo de la dificultad de las asignaturas voy viendo, el fin es sacarme Psicología pero no me preocupa si tardo algo más de tiempo», confiesa el joven, que ve este campo con bastantes posibilidades para poder desarrollarse profesionalmente en un futuro. Sobre sus inicios recuerda que «me dijeron que la UNED era muy difícil y que exige muchísima disciplina. Al primer día vi que era totalmente cierto, pero me puse a tope y he visto que si perseveras lo consigues. La clave está en organizarse y ser disciplinado». Otro apoyo importante son los compañeros. «En mi caso tenemos un grupo de WhatsApp en el que estamos continuamente hablando, preguntando dudas, pasando apuntes... Todos somos gente joven como yo que compatibilizamos la carrera con el trabajo o gente que no puede permitirse estudiar fuera de casa».
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