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Había que poner orden en el ejercicio de la profesión médica y un grupo de 80 galenos alaveses fue de los primeros de España que tuvo claro que había que organizarse para evitar las malas praxis. El Colegio Oficial de Médicos que celebra ahora ... su 120 aniversario fue uno de los pioneros en lo suyo, que era y es ser «garante de las profesionalidad y la deontología médica». EL CORREO se suma a su cumpleaños con la entrega del premio Alavés del Mes (esta vez septiembre) a su presidente de los últimos años, Kepa Urigoitia.
El ICOMA, siglas por las que conocen al colectivo sus 2.000 actuales colegiados, es una corporación de derecho público que vela para que los médicos puedan ejercer su profesión con las garantías necesarias para que la salud de los alaveses sea cada día mejor y más fuerte. Siempre ha sido así, incluso cuando tenían sueldos de 250 pesetas y tenían que acudir a las urgencias a caballo. Recibieron al siglo XX ejerciendo la medicina en consultas en sus casas, en modestas clínicas privadas o en los hospitales de la beneficiencia. No había ni vacunas, que eso vino después.
En el colegio, por el que han pasado más de 3.000 galenos alaveses a lo largo de su historia, conviven sin fisuras la medicina privada y la pública. Les une el mismo objetivo de detectar y denunciar a los intrusos, combatir los productos milagro, evitar abusos, procurar formación, hablar de deontología, promocionar a los que empiezan y defender los derechos de los que llegan al final de su vida laboral. Su reto es abrirse más a la sociedad.
El colegio ha esperado a tener amueblada su renovada sede de la Avenida Santiago para celebrar por todo lo alto estos 120 años de tomar el pulso y auscultar a los alaveses. Ahora que ya tiene amplios espacios para reuniones, conferencias y cursos de formación, prepara una exposición con fotografías y material que dan una idea de lo diferente que era sanar a las personas cuando no había ni teléfono, lo de lavarse bien las manos no era algo generalizado y en los maletines se llevaban las cosas más inimaginables hoy en día, desde bisturís hasta fórceps.
Una comisión encabezada por los doctores ya jubilados Alberto López de Ocáriz y Simón López Leza se ha propuesto arrojar algo de luz sobre los inicios del colegio allá por 1898, sobre cómo fueron los años 20 o cómo se vivió la Guerra Civil, con un hospital de campaña en el Seminario. Los complicados años 50 y 60 en los que la población de la ciudad se multiplicaba cada año a cuenta del pujante desarrollo industrial también van a estar presentes. ¿Quién no tiene archivada en su retina es imagen de la sala de cunas de la vieja clínica de Arana o la de las monjas a la puerta del Santiago? Esos años fueron especiamente liosos para los galenos porque se implantó el SOE o Seguro Obligatorio de Enfermedad, origen de los que hoy es la Seguridad Social. En el colegio tuvieron que crear hasta una vocalía solo para eso, que más tarde se dividió en la de médicos de hospitales y la de asistencia extrahospitalaria de la seguridad social. Fue el colegio el primero en España en eliminar el 'petitorio', esa lista de medicamentos de la que no se podía evadir los medios del SOE para generaliza la libre dispensación de recetas. También fue cuando nació Iquimesa, el paraguas bajo el que han ejercido la medicina privada buena parte de los colegiados alaveses.
Así hasta llegar a la actualidad, en los días de las citas previas y la hiperespecialización. Es una profesión a la que se accede tras durísimos exámenes y que está dominada hoy en día por las mujeres. En el colegio, hay 1.108 doctoras y 889 doctores. Osea, 55% frente a 45%. Ni una médica había hace 500 años, cuando el alavés Fernán López de Escoriaza fundó el Colegio de Médicos de Londres. Aunque esa es otra historia
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