8 años al hostelero que abusó de una menor en su bar y grabó la escena

Esa grabación de la videovigilancia ha sido determinante en esta causa penal, ya que registró todo el proceso. Para la Fiscalía, a cargo de Josu Izaguirre, era la prueba de que abusó de ambas. La defensa, en cambio, lo percibió como una autorización clara de las adolescentes, que contaban 16 y 17 años.

La sentencia considera probado que este hombre de 51 años, que ya no gestiona el local donde se produjeron los hechos, abusó de una de ellas al encontrarse «ebria», como así corroboró el análisis de sangre al que se sometió en el hospital esa misma noche. «No existió consentimiento», expresa el magistrado ponente, Jesús Poncela, en un fallo corroborado por sus compañeros Francisco García Romo y Ana Zulueta. Por este delito le imponen cinco años de cárcel. Como solicitaba la defensa, dirigida por el letrado Carmelo Pascual, le aplican un atenuante de «dilaciones indebidas» al entender que el estudio de este caso se alargó más de lo entendible.

Respecto a la otra chica, y en función de las imágenes, la Audiencia estima que «participa activamente en las prácticas sexuales» debido a que «no está tan borracha como para no saber lo que hace» y que «tenía consciencia y voluntad». En el juicio, celebrado a finales de septiembre, las menores apenas recordaban nada de lo sucedido aquella noche de desescalada.

El segundo ilícito probado se refiere al vídeo. Porque el ahora condenado no apagó la videovigilancia pese a que ambas jóvenes se lo pidieron, como se aprecia en las imágenes. Al no hacerlo, las «engañó», remarca la resolución judicial. Por este segundo cargo, le imponen tres años de cárcel.

«Tengo dos hijas»

La Audiencia le impone un global de ocho años. La rebaja respecto a la petición de la Fiscalía –36 años y nueve meses– responde a que, tras estudiar todas las pruebas, los magistrados le absuelven de tres delitos de abuso sexual y de otro de descubrimiento y revelación de secretos.

Ambas penas no entrañarán su ingreso inmediato en prisión ya que este dictamen puede recurrirse al Tribunal Superior de Justicia del País Vasco. En el juicio, el ahora condenado ya se mostró arrepentido. «No estoy orgulloso de lo que pasó, pero di por hecho que estaban conscientes. Les pediría mil veces perdón porque tengo dos hijas».