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A veces el paso del tiempo es implacable con algunas tradiciones. Sobre todo cuando hay polémicas que las envuelven. Hace cinco años, uno de los dos bueyes de 800 kilos que participaba en una competición de arrastre en Erandio, las conocidas idi-probak, cayó desplomado. ... En las pruebas de laboratorio detectaron que se le había inyectado 'speed' antes de la competición. A pesar de que desde finales de los noventa se aplica una Ley de Protección de los Animales, los casos de dopaje han seguido salpicando estas pruebas provocando una repulsa generalizada que se suma al rechazo de colectivos animalistas.
En esas pruebas de arrastre, sus sombras, y el mundo rural sobre el que gira se inspira la compañía Proyecto Larrua para 'Ojo de buey', un montaje de danza contemporánea que reflexiona sobre el vínculo entre el hombre y el animal. «Nos interesaba esa relación ancestral del buey y el humano. Cuando el hombre se vuelve sedentario y empieza a trabajar la tierra, lo primero que hace es domesticar animales para que le ayuden en esa labor. Y uno de esos animales es el buey que ya en la cultura egipcia era adorado como un dios y protector», cuenta Aritz López, que formó la compañía Proyecto Larrua hace seis años con Jordi Vilaseca, coréografo de 'Ojo de buey', el último espectáculo en una cartera de seis montajes.
Aunque podrían haberse mudado a cualquier otra ciudad con una mayor programación escénica decidieron afincarse en Vitoria. «Fue una apuesta por arar esta tierra para que sea más fértil en el campo de la danza contemporánea», apunta López recurriendo también al simil labriego. «No veníamos de la nada», dice mencionando el trabajo que ya venían haciendo en Álava la sala Baratza, Idioa Zabaleta o el Conservatorio de Danza José Uruñuela, único centro oficial en el País Vasco que imparte enseñanzas elementales y profesionales en la especialidad de Danza Clásica.
En el repertorio de Proyecto Larrua se fusionan movimientos de breakdance con la danza contemporánea. «Buscamos temáticas que sean cercanas a la gente y queremos contar historias y hablar sobre identidad», explica Aritz López, que dio sus primeros pasos como 'breaker' cerca del colegio Ángel Ganivet y después pasó por el conservatorio, además de formarse en lenguajes más vanguardistas.
Hay un hilo en sus montajes del que se empieza a tirar en el propio título de las producciones ('Baserri, 'Otsoa', 'Ozkol', 'Idi-Begi') con las que han optado a cuatro premios Max. «Hay muchos conflictos e ideas que parten desde lo vasco, pero que se extrapolan y se hacen universales». Una colaboradora habitual es Helena Wilhelmsson, una bailarina sueca afincada en la capital alavesa desde hace años. También cree que hace falta deshacerse de ese «misterio» que tiene el público a la hora de ver danza contemporánea y echan en falta programas educativos para familizarse con el lenguaje desde una edad temprana.
Sobre el escenario, 'Ojo de buey' se representa sobre un fondo negro. En la imagen sobre estas líneas, ambos se elevan. Es un paso del montaje que en los teatros se acompaña de una ambientación sonora con el ruido del arrastre, pisadas de los bueyes, el tintineo de sus herraduras y pájaros cantando, además de la suite número 2 de Bach. «En escena el humano pasa a ser animal y al revés», explican acerca de una puesta en escena por momentos asfixiante.
A pesar de que el peso crítico parece caer por su propio peso, la compañía señala que no pretenden ser abanderados de ninguna lucha. «Por supuesto que hay una parte de crítica al maltrato que se ejerce sobre el animal, sobre todo con esas historias horribles como el buey que murió de sobredosis». La RAE define 'animal' en su primera acepción como un ser orgánico que vive, siente y se mueve por propio impulso. Lo que pretenden con su coreografía baile es colocar el punto bajo el signo de interrogación. «Nos preguntamos quién es el animal y quién el humano».
Las propuestas de Proyecto Larrua, una compañía fundada hace seis años en la capital alavesa y dirigida por Aritz López (Vitoria, 1988) y Jordi Vilaseca (Barcelona, 1982), te hace vibrar por dentro. Danza Contemporánea con raíces. Entre sus montajes se encuentran 'Larrua', 'Idi Begi', 'Baserri' o 'Otsoa'.
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