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El pasado mes de noviembre Antonio tuvo que sentarse de la impresión tras abrir el sobre de su factura de agua. Los 130 euros que su bar consumía de media habían ascendido hasta 3.665 euros, cifra exorbitante que de ninguna manera había consumido. « ... Lo primero que pensé es que se habían equivocado, así que fui a Amvisa para preguntar qué ocurría», explica el propietario del bar Monte, en el barrio de Zaramaga. Cuatro meses después, este hostelero y su esposa Blanca Esther solicitan a la empresa que les condone parte de la deuda.
A la primera factura de 3.665 euros le siguió otra de 3.045. «Reparamos la fuga tan pronto como supimos que esa era la causa del aumento del consumo, pero ya se habían perdido otros varios miles de litros de agua», lamentan. El origen del escape se encontraba directamente bajo sus pies, muy cerca de una arqueta de su cocina. «Cuando vino el fontanero nos dijo que había mucha humedad en la zona de la barra, pero al no ver agua ni tener ningún problema en el bar no nos podíamos ni imaginar que tuviésemos una avería», afirma Antonio. El coste de las reparaciones supuso otros 1.700 euros, por lo que esta serie de complicaciones asciende a un desembolso de 8.410 euros. Fuentes municipales señalan que, aunque se les dio aviso de la fuga, los propietarios del bar no repararon las tuberías hasta que vieron el segundo recibo.
«No queremos que Amvisa nos pague las facturas, pedimos que se hagan cargo de un despilfarro del que nos tenían que haber avisado», reclama Antonio. Hasta 2.000 litros de agua diarios se perdieron en su local de la calle Cuadrilla de Vitoria. Por su parte, la sociedad asegura que sí que se pasó aviso a los propietarios del bar. «No recibimos una carta, una llamada, una visita, no salía agua… ¿Cómo íbamos a saber que teníamos una fuga?», se pregunta Blanca Esther. Este matrimonio lleva seis años al frente del bar Monte, negocio que pusieron en marcha tras quedarse en paro con algunos ahorros. «Trabajamos codo a codo para sobrevivir mes a mes y no podemos hacer frente a este tipo de imprevistos», asegura Antonio.
A Blanca Esther le da miedo que les corten el agua y no puedan seguir atendiendo el bar. Amvisa les ha propuesto fraccionar el pago en cuatro años, algo que a este matrimonio le parece injusto. «Semejantes pagos hacen mucho daño a la familia», lamentan. Cuando la empresa de aguas detecta lecturas anómalas envía un lector para que compruebe si la cifra es correcta. Si se confirma, se informa al usuario de una posible fuga para que pueda tomar medidas. En estos casos suele descontarse el pago de los servicios de saneamiento y depuración. Sin embargo, en este caso no es posible ya que el agua de la fuga entró en la arqueta y, por ende, en la red de alcantarillado.
No es la primera vez que una fuga similar da lugar a grandes facturas en la capital alavesa. Un vecino de Arkaute tuvo que abonar 4.500 euros en 2016 después de que una filtración en el exterior de su casa provocara un consumo de 4.818.030 litros de agua. Recibió dos facturas que sumaban más de 8.000 euros, pero el requerimiento de pago se redujo después de que Amvisa revisara su caso. La sociedad señala que no existe un soporte legal para condonar estas deudas ya que deben aplicar la normativa a todas las personas por igual. El único supuesto contemplado para dejar sin efectos posibles deudas con Amvisa es que así lo determinen los Servicios sociales del Ayuntamiento.
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