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Fraude del alquiler en Vitoria
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Fraude del alquiler en Vitoria
«Te alquilo la habitación sin contrato ni padrón para que no se entere la dueña»Domingo, 27 de octubre 2024, 00:31
«En unos días me mudo. Mi hermano se quedará con la casa, habría una habitación libre para ti. Pero no puede ofrecerte ni padrón ... ni contrato porque el dueño no lo permite». Esta es una de las conversaciones mantenidas de manera anónima por redactores de EL CORREO con personas que ofrecen alquileres irregulares en Vitoria. Se sirven de redes sociales, plataformas digitales y grupos de mensajería móvil para conseguir clientes.
Se trata de un floreciente negocio -por supuesto, en negro- sostenido por la escasez de vivienda en el término municipal, un mal extendible al resto de la geografía española.
A través de diversos contactos telefónicos, este periódico ha constatado que cada semana decenas de personas se lucran por esta vía, que no cotiza, tampoco figura en las estadísticas y por supuesto deja en una delicada situación legal al pagador. Se vuelve inexistente para las administraciones, salvo que logre empadronarse en otro lugar en el que no va a vivir.
Estos anuncios en internet son explícitos. Nadie se esconde. Su única medida de protección consiste en que el ofertante rara vez deja un número de contacto. De esta manera obligan al interesado a acometer el primer paso y colgar su teléfono personal, a la vista de otros usuarios. La llamada del supuesto casero puede producirse o no ya que la demanda es brutal. «Como ocurre con las ofertas legales, estos anuncios apenas duran un par de días en las diferentes páginas y chats. Enseguida les salen muchas novias y cuando cierran un acuerdo, son borrados», admite un consumidor.
«Somos extranjeros y tenemos hijos a cargo. Tanto mi marido como yo trabajamos, pero cada vez que se nos acaba el alquiler es una odisea encontrar un nuevo hogar porque hay mucho miedo a alquilar y las ofertas brillan por su ausencia. Por eso pagas más de lo normal, aunque ni siquiera figures en el padrón. Lo importante es tener un techo», admite Luciana, de origen latino. «Siempre hay opción de empadronarte donde algún conocido y, en un caso extremo, lo intentas con el padrón social, que no es fácil», avanza.
Esta semana ha habido ofertas en negro en inmuebles de Abetxuko, Salburua y Lovaina, por citar algunos ejemplos. Lo mismo se cuelgan propuestas en bloques sociales pertenecientes a Alokabide, órgano dependiente del Gobierno vasco, que en inmuebles de propietarios particulares. Los precios oscilan entre los 300 y los 600 euros al mes. Siempre por simples habitaciones. Un alquiler legal de un piso de 60 metros cuadrados no baja de los 800 euros en Vitoria. Opciones más grandes y céntricas superan los mil.
«Ya hay una persona empadronada y no podemos hacer más», se excusan en otro hogar con un dormitorio libre. «Es imposible que te inscribamos porque el piso está a nombre de otra persona. Ya viven ahí otra chica y una pareja y no tienen problema con este sistema», aducen desde una casa donde lanzan al mercado una pequeña habitación a cambio de «400 euros mensuales».
Esta modalidad irregular va en paralelo con otras picarescas surgidas alrededor de los alquileres de pisos y habitaciones. Por ejemplo, hay inquilinos que empadronan a otros sin vivir. «Lo hacen para generar antigüedad y optar a las ayudas sociales o a la regularización», describen medios judiciales y de la administración pública vasca.
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