Una patrulla de la Ertzaintza charla con varios vecinos en la calle Mayor de Laguardia. Igor Martín

Alcaldes de la zona rural de Álava reclaman «prudencia» a los visitantes para evitar rebrotes

Los municipios más turísticos piden que se respeten las normas de seguridad después de haber superado casi indemnes la pandemia

Jueves, 25 de junio 2020, 01:16

Un cartel cuelga junto a cada una de las entradas al recinto amurallado de Laguardia para recordar el uso obligatorio de la mascarilla. Y es que su alcalde, Lucio Castañeda, percibe cómo los fines de semana se registra una llegada «en tromba» de visitantes que « ... por desgracia» no respeta las normas impuestas por las autoridades sanitarias para frenar la expansión del coronavirus. Unos malos hábitos se empiezan a extender entre los lugareños, que hasta el momento habían tenido una actitud modélica. No se trata de una opinión aislada, sino que la comparten los regidores de otros municipios turísticos de Álava.

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«Nuestros vecinos tienen una media de edad bastante alta y recibimos a muchísima gente de fuera, que siempre son bienvenidos. Durante el estado de alarma hemos tenido la situación bajo control y ahora vemos con mucho miedo que la gente actúa como si no hubiese pasado nada en estos cuatro últimos meses», lamenta Juan Carlos Medina, primer edil de Añana.

Lo mismo sucede en Treviño. Su alcalde, Enrique Barbadillo, reconoce que muchos se dejan olvidado en el coche las mascarillas, los geles hidroalcohólicos y todos esos protocolos que han asimilado durante la pandemia, y que seguramente sí respetan en sus localidades de origen. «Tanto en la calle como en las terrazas ves a la gente, jóvenes y mayores, con la boca y la nariz al descubierto. Da la sensación de que se han olvidado del virus y no tiene que ser así. Tenemos que ser conscientes de que nuestra salud sigue en juego y tan sólo hay que observar los rebrotes que empiezan a aparecer en algunas zonas rurales de la provincia de Huesca», plantea.

Algunos de estos munícipes le han trasladado ese desasosiego a la Diputación de Álava. De hecho, Ramiro González ha insistido en exigir precaución y respeto a las normas sanitarias consciente de los peligrosos efectos sociales y económicos que tendría dar un paso hacia atrás en la desescalada.

Alrededor de una mesa

«Fíjate cómo ha sido la situación que la Ertzaintza vino un día y nos dijo que les daba igual que hubiese una caravana aparcada en medio de la carretera porque, visto el panorama, creían más necesario controlar el uso de la mascarilla o evitar que hubiese cincuenta personas alrededor de una mesa en una terraza», comenta Juan Carlos Ramírez Escudero, alcalde de Valdegovía, quien reconoce la importancia de la llegada de turistas para facilitar la salida de la crisis económica, pero también solicita «mesura» para que no haya nuevos focos de contagios.

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A Laura Pérez Borinaga, regidora de Labastida, los vecinos le han mostrado su inquietud ante la despreocupación que se percibe en una parte importante de la sociedad. «Yo no me canso en insistir en la necesidad de ser prudentes y rigurosos en el cumplimiento de las normas en esta 'nueva normalidad' porque alguno llega el fin de semana, cambia el 'chip' y se olvida de todo lo que hemos tenido que superar desde principios de marzo», declara sin olvidar cómo su localidad fue una de las primeras afectadas por esta enfermedad.

«En algunos momentos aquí hay más gente que en la calle Dato»

Las persianas bajadas de las segundas residencias en Labastida durante la Semana Santa apenaron profundamente a Laura Pérez Borinaga, su alcaldesa, consciente de que gran parte de la vida de su localidad depende de esos fieles visitantes procedentes de Vitoria, Bizkaia o Gipuzkoa. Con la llegada de la 'nueva normalidad' y la libertad de movimiento, la estampa es bien distinta. «En algunos momentos aquí hay más gente que en la calle Dato», afirma la regidora notablemente optimista.

Porque el territorio empieza a recuperar poco a poco el pulso. «El pasado fin de semana abrió la sidrería y ya se notó mayor movimiento», señala Eduardo Fernández de Pinedo, primer edil de Kuartango. «Los comercios han levantado la persiana y los hoteles ya están listos», añade Lucio Castañeda, de Laguardia.

Coinciden en que la apuesta por que los alaveses descubran su propio territorio y la oferta de espacios naturales frente a destinos turísticos masificados puede ser una enorme oportunidad para levantar el vuelo tras la crisis sanitaria. «El fin de semana sobre todo hemos notado mucha presencia de caravanas y las casas rurales también están llenas», se congratula el alcalde de Valdegovía, Juan Carlos Ramírez Escudero.

En Añana y Treviño, muchos de los que tienen allí su segunda residencia ya se han instalado de forma continuada coincidiendo con el buen tiempo, el final del curso escolar y «las ganas de respirar aire fresco después de tantos meses encerrados en la ciudad», apuntan.

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