El alcalde de Legutio deja la makila para cuidar de sus hijas

Ejercerá de regidor en funciones, al menos hasta el próximo pleno, el exetarra Iñaki López de Bergara, en libertad desde el 28 de julio de 2016 tras pasar doce años en la prisión francesa de Arles al ser condenado por el Tribunal Correccional de París como «el jefe de los comandos de reserva de ETA». En 1993 ya fue detenido en Francia por su pertenencia a la banda terrorista. Cumplió entonces otros seis años.

Hace apenas cuatro meses, César Fernández de Gamarra asumió con ilusión el relevo de su compañera de EH Bildu Nekane Garaigordobil. Tenía una agenda repleta de grandes ideas y las ganas de una persona recién llegada desde el activismo político. «Pero he comprobado que no daba a basto entre la familia, el trabajo y el Ayuntamiento que, aunque sea pequeño, te absorbe muchísimo», alega a EL CORREO mientras de fondo se oye a sus dos hijas jugar y reclamar su atención. «Prefiero dejar la política y dedicarle tiempo a la familia porque el tiempo con ellas no se puede recuperar».

El teléfono de los alcaldes no deja de sonar entre llamadas, mensajes de whatsapp y correos electrónicos. Que si un funcionario municipal, que si un compañero de partido, que si un vecino que se encuentra con un problema que considera que no puede esperar, que si alguien reclamando detalles sobre un proyecto urbanístico, que si un aviso de la Ertzaintza... «La política te roba mucho tiempo. Siempre había estado al tanto de lo que sucede a mi alrededor y como independentista de izquierdas consideré que era una gran ocasión cuando me ofrecieron liderar la candidatura de EH Bildu, pero la realidad me ha sobrepasado».

Cuando asumió el bastón de mando su situación era distinta. «Ahora me toca a mí estar con las pequeñas más tiempo que a mi pareja. En un momento me ha tocado elegir y lo he tenido bien claro», subraya el hasta ahora gobernante, quien -eso sí- descarta cualquier choque con sus compañeros. «He estado muy a gusto».

«Mis dos hijas y mi pareja me necesitan más tiempo en casa. No es una labor sobre la que se pueda pedir una excedencia de cuatro años», leyó ayer Fernández de Gamarra ante el pleno de Legutio, donde hizo oficial su adiós a su primera experiencia política y entregó la makila en funciones a López de Bergara. Hubo un momento en el que se planteó dejar su puesto de trabajo -en el sector privado- hasta los comicios de 2023, pero finalmente no tendrá que hacerlo.

Le disgusta que alguno de los que le votaron se haya decepcionado y, por eso, se disculpa públicamente. «Creo que hago lo correcto», insiste mientras se oyen de fondo los gritos y risas de las dos niñas.