![Un visitante ante la serie 'Máscaras', con la que se convirtió en el primer fotógrafo español en exponer en el Museo del Prado.](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202003/05/media/cortadas/amarica-k9TB-U100412635414Sd-624x385@El%20Correo.jpg)
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Ganarse la confianza antes de disparar. En resumidas cuenta, así era el método de trabajo de Alberto Schommer (Vitoria, 1928- 2015, San Sebastián), gran maestro del retrato español del Tardofranquismo, la Transición y la Democracia. Quedaba con los personajes, le daba instrucciones hasta que ... de la comodidad se desprendía aquello que llamamos naturalidad. En ese momento bastaba ya con posar el dedo índice.
«Iba siempre más allá. Le interesaba la psicología del personaje», comenta Ana Berruguete, comisaria de la exposición retrospectiva 'Contemporáneos', que se podrá ver hasta el 17 de mayo en la Sala Amárica. Con esta muestra producida por La Fábrica, que ya se expuso en el centro de creación La Cárcel de Segovia, la obra del autor regresa a Vitoria cuatro años después de la exhibición que tuvo lugar en Montehermoso con motivo del primer aniversario de su fallecimiento. En esta ocasión, se trata de «exposición muy especial», resaltó la diputada de Cultura, Ana del Val, durante la presentación. «Abre de alguna manera el apetito de este futuro que está por venir en forma del Centro Fotográfico Schommer». Como adelantó EL CORREO, el Ayuntamiento de Vitoria y la Diputación de Álava estudian abrir allí un museo dedicado al fotógrafo vitoriano más internacional. Preguntada por los contactos con la Fundación Schommer, encargada de custodiar su obra, señaló que están «dando los primeros pasos». «el Ayuntamiento de Vitoria ya está en contacto con la familia y nos hemos dado todo este año para ver cómo gestionamos todas las cuestiones jurídicas», señaló la diputada Del Val.
La selección 'Contemporáneos' reúne 78 copias de retratos de la cultura española desde finales del siglo XX y se divide en tres series: 'Retratos psicológicos' (1969-1973), 'Actitudes' (1988-1989) y una selección de 'Máscaras' (1984-1985), con la que fue el primer fotógrafo español en exponer en el Museo del Prado. Del arranque expositivo forman parte las escenas más adornadas. Fueron encargadas a principios de los años 70 del siglo pasado por el periódico ABC. En ellas aparecen Jorge Oteiza, con un puño pegado a su rostro; el actor Luis López Vázquez, con medio cuerpo cubierto de cintas en una habitación en la que cuelga un teléfono como guiño a la película 'La cabina'; Salvador Dalí, con una corona que contribuye a su aire excéntrico, o Antonio López, junto a María Moreno, sentados en torno a una mesa. «Estamos ante un retrato en el que aparecen muy jóvenes», comenta Berruguete acerca de esta composición. «La manera de trabajar de Schommer era de planificar mucho cada escena y componer los escenarios a través de elementos que identifican a los retratados. En este caso, la pareja de pintores aparece de manera cotidiana, alrededor de la mesa, simbolizando el realismo poético y cotidiano».
En esta serie es habitual la «combinación del personaje con elementos que le representan». No faltan ejemplos ante los que detenerse. Ramón J. Sender se vincula al exilio en una instantánea lúgubre, agarrado a un libro como si fuera una maleta. Mientras, Lola Flores aparece vestida de lunares en una imagen que resume todo el imaginario del folclore español. La Faraona lleva una hogaza de pan en una mano y una imagen religiosa en la otra. Detrás de ella, un futbolista y un torero sostienen una gran pancarta en la que se lee '¡Viva España!'. «Una buena fotografía, como un buen cuadro o poema, tiene que salir de las entrañas del autor», dijo el vitoriano a finales de los ochenta. No dejaba así de reivindicar la fotografía como una disciplina artística más.
En la segunda parte, 'Actitudes' (1988-1989), realizadas ya en democracia, la decoración se simplifica. Y lo importante pasa a ser el gesto. Figuras del teatro como Núria Espert o del cine como Carlos Saura forman parte de este gran mosaico. La muestra en su conjunto sirve también como panorámica del peso de la literatura a finales del siglo pasado. El espectador puede saltar de una generación a otra y componer un mapa de las mejores plumas empezando por Rafael Alberti, de la generación del 27; Delibes, Blas de Otero y Cela, de la generación del 36; o Carmen Martín Gaite, de la generación de la Posguerra.
En ese mismo sentido cronológico, la tercera parte de la selección, 'Máscaras' (1984-1985), es la que revela la entrada de Schommer en el Museo de Prado. Lo hizo en 2014 con una selección de retratos de los años ochenta, cuya estética se aproxima a la de los bustos de la Antigüedad clásica. «En la exposición en el Prado había también retratos de empresarios y políticos, pero en 'Contemporáneos' nos hemos centrado en personalidades de la cultura», afirma la comisaria acerca de esta muestra que viajará a más ciudades próximamente. Como un maestro más de la luz, el fotógrafo vitoriano cumplió su deseo de exponer en la pinacoteca madrileña. En esta serie aparecen personalidades como la galerista Juana Mordó, el escritor Julio Caro Baroja o el escultor Eduardo Chillida. Las arrugas de los personajes hablan de la vejez. Y de que la fotografía es capaz de vencer al paso del tiempo.
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