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José Manuel Navarro
Lunes, 13 de marzo 2023, 00:28
En un año donde se espera una contención de la inflación pero con un IPC todavía del 5,3% en Álava, el territorio afronta ahora el reto de evitar uno de los lastres que administraciones públicas y constructoras acarrean desde 2022: la contratación desierta. El ... pasado ejercicio, los altos precios de materiales como el acero o el aluminio a raíz de la guerra en Ucrania provocaron que los presupuestos que manejaban la Diputación y los ayuntamientos para obras públicas quedasen muy lejos de los costes reales. Se atascaron obras como la reforma de la gruta de la Florida o las destinadas a facilitar el acceso a la oficina del Ararteko en Vitoria. Ahora están bloqueados en las cuentas de las principales insituciones alavesas alavesas 5,25 millones de euros por contratos desiertos, pero destacan sobre todo los ligados al sector servicios, lo que indica un cambio de rumbo en estas dinámicas.
Limpieza del campus de la UPV. 4,5 millones pendientes y atascados desde 2021
Sin niquis para los miñones. Seguridad analiza ya cómo sacar adelante la licitación
Vigilantes para las casetas en fiestas de la Blanca 5.000 euros que el Ayuntamiento espera resolver
Atención al público en el Artium. Hay más de 480.000 euros en juego
Un vehículo de jardinería para Indesa. 37.000 euros sin pretendientes
Las cubiertas del campus de la UPV Se busca mantenimiento por 45.800 euros
La biblioteca de Laguardia. Con un presupuesto de casi 39.000 euros, quedó desierto
Cafetería de Ataria. Sin interesados por 60.000 euros
Esto se explica porque los precios de la obra pública «se han adecuado», aunque fuentes de Uneca, la patronal de la construcción alavesa, matizan que sólo parcialmente. Las subidas de presupuesto en las licitaciones, aseguran, «no han recogido toda la subida» y «no es igual entre distintas administraciones».
Desde que comenzó el año, las entidades públicas del territorio acumulan un total de 15 expedientes que no encuentran interés en el sector privado. Seis de ellos corresponden al Ayuntamiento de Vitoria, dos a la Universidad del País Vasco, uno al Departamento de Seguridad, otro a la Fundación Artium y el resto a distintos ayuntamientos y entes del territorio.
Entre esas licitaciones algunas destacan por el presupuesto y otras por el servicio en cuestión. Como botón de muestra de las primeras, el gran contrato desierto de Álava: la contrata para la limpieza del campus de la UPV. Un servicio de casi 4,5 millones de euros que arrastra problemas desde 2021, que ha pasado por dos recursos de una patronal de la limpieza ante el Gobierno vasco, y que no ha encontrado empresas dispuestas a ejecutarlo.
Los vaivenes administrativos han hecho de este contrato una «tortura», reconoce Lore Bilbao, gerente de la UPV. En conversación con este periódico, Bilbao detalla que se está «valorando cómo modificar» los pliegos para que ese gran contrato -en el conjunto de Euskadi supone un total de 23,5 millones de euros- no se vuelva a paralizar. La ausencia de ofertas no se debe, a su entender, al precio en sí, sino a «cómo estamos haciendo los cálculos», lo que ha movido a la Uuniversidad a jugar con más variables que únicamente el precio.
Mientras, el servicio se sigue prestando, pero el centro se ve forzado a negociar los precios con las empresas -Garbialdi, en el caso de Vitoria- que hasta ahora tenían adjudicada la limpieza.
La de la UPV es la licitación pública más importante, pero también hay expedientes de menos volumen en su precio pero no menos importantes. Entre los casos más llamativos, el de los Miñones, que no encuentran a nadie que los quiera vestir. Un contrato de 60.000 euros para suministrar niquis al cuerpo alavés se ha quedado desierto después de que una empresa acudiese pero no consiguiese que sus prendas cumpliesen los requisitos policiales.
Fuentes del Departamento de Seguridad aseguran que los técnicos se analizan ya las razones del vacío. «Los contratos grandes generan mucho trabajo» en las mesas de contratación, pero Seguridad es consciente de que esta licitación «es importante» y por eso «se buscará la manera de comprar ese material».
En ese listado de ofertas públicas sin pretendientes aparecen asuntos ya conocidos, como los contratos de las cafeterías que se le están atragantando al Ayuntamiento de Vitoria. Pero también otros nuevos, como la vigilancia de las casetas que se instalan en fiestas de la Blanca. Una oferta menor, de poco más de 5.000 euros, pero que tampoco encuentra a ninguna empresa interesada. En el Consistorio reina la calma en este caso porque hay «tiempo de sobra» para poder reconducir la situación volviendo a sacar la licitación.
En el ámbito cultural destaca la atención al público que visita el Artium. Un contrato que tampoco ha encontrado a empresas dispuestas a pesar de que se oferta por más de 480.000 euros.
Los cursos de formación o la compra de ordenadores son otras de las ofertas desiertas en un listado donde sólo hay dos obras públicas: la instalación de un ascensor dentro del Ignacio Ellacuría de Vitoria y el mantenimiento de las cubiertas de los edificios de la UPV en el campus alavés. Junto a ellos, expedientes de Indesa y de los ayuntamientos de Llodio, Laguardia y Barrundia.
Según las estadísticas del INE, algunos de los materiales claves para la construcción han empezado ya no solo a moderar su subida de precios, sino directamente a estar más baratos que el año pasado. Es el caso de los procedentes del acero o de algunas aleaciones de hierro, que ya son incluso algo menos caras que hace un año. Otros, como el pladur o las instalaciones, todavía están disparados y preocupan en Uneca, porque los precios públicos «se quedan escasos casi siempre».#Junto a eso, en la patronal de la construcción inquieta «la continuidad de la aplicación de revisión de precios de forma oficial». Un mecanismo que ha permitido compensar los aumentos de precios hasta un tope del 20% y que el Gobierno central tiene que prorrogar este mes para mantenerlo. Hasta ahora, las constructoras han acudido solamente a aquellas licitaciones donde los presupuestos eran «realistas». Las patronales nacionales llevan semanas advirtiendo de que se pueden multiplicar los contratos desiertos si no llega esa prórroga.
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