Álava suma 13 ataques de lobo en nueve meses y los ganaderos alertan que «irán a más»

El plan anterior quedó aparcado en febrero de 2020, cuando el Gobierno vasco decidió incluirlo dentro de la categoría de especie amenazada. Una protección que el año pasado se vio reforzada cuando las Cortes elevaron la protección a la categoría de «especial». «En Álava teníamos antes un plan que era algo. Fuese bueno o fuese malo. Sí o sí hay que hacer algo ahora. En este caso quedarse quieto es perjudicial. Seguimos con los ataques y estos irán a más», avisó el presidente del sindicato.

Este programa podría servir para contar con un censo temporal de cuántos lobos se han detectado en el territorio, utilizar las nuevas tecnologías para que los rebaños den señales de alerta y actualizar la cuantía de las ayudas. «Tomemos medidas antes de que pasen cosas más graves. Estamos viendo que cada vez los lobos están bajando más hacia los pueblos y hasta que no veamos uno en medio de la calle Dato alguno no apreciará el problema. Hagamos las cosas desde la serenidad y no desde las prisas», reclamó a los procuradores alaveses.

Un debate en el que Torre reclamó que todos los partidos y colectivos coloquen sus cartas boca arriba. «Porque aquí hablamos de convivencia y cuando pones más mastines, los ciclistas se te echan encima. Al final, los únicos que perdemos son los ganaderos. El resto es palabrería», planteó Javier Torre consciente de que «el populismo gana al sentido común» cada vez que trascienden ataques de este tipo.

«Cuando hay ataques hay que controlarlos. No vale pasar la pelota al sector primario. No se puede decir que las ovejas y las vacas están abandonadas en los montes como dice alguno en los medios o que no pasa nada porque te maten veinte de un rebaño de mil. Es nuestro medio de trabajo, es nuestra empresa. Imagínense que en una fábrica rompen todos los días los cristales, pues no se arruinaría pero pondría el grito en el cielo. Seguro. Esto es como que todos los días entran y me saquean», puso como ejemplo.

En su comparecencia ante el legislativo alavés también habló sobre los ataques y daños materiales que están provocando los jabalíes que ya han sido avistados en manadas de «cuarenta o cincuenta ejemplares juntos». «Hay muchísimos. Con las lluvias y la nieve, y más este año que hay bellotas en todos los lados, prefieren quedarse en el monte en vez de entrar en una finca donde se genera barro y es más complicado andar. En el momento en que salga el sol entrarán, te levantarán todo lo sembrado y cuando pases las máquinas se romperán las cuchillas cada vez que pillen piedras», afirmó.

No sólo eso. «Ya se están viendo ciervos donde no hubo antes. Estamos hablando de un animal que suma 200 o 300 kilos y que es como cinco corzos juntos. Eso come y hace mucho daños a la agricultura. Hay que sentarse y ponerle límite a todos. Lo mismo que se ordena el urbanismo habría que comprobar qué animales hay en el territorio», alertó.