Álava suma la segunda muerte en dos días en equipamientos para ancianos

Esta es la constatación de que el virus ha vuelto a colarse en varios centros y que la segunda ola se ceba de nuevo con las personas con patologías previas o una edad más avanzada, que en primavera se constató que tienen más dificultades para recuperarse de esta enfermedad.

El Instituto Foral de Bienestar Social (IFBS) mantiene activos dos brotes en sus residencias de Txagorritxu, la más grande de la red, y Lakua. Ambas sumaron ayer un caso, por lo que la primera ya contabiliza cinco afectados y la segunda, dos. Los cribados que se siguen realizando entre los contactos de los enfermos están sirviendo para evitar o al menos intentar que el patógeno no campe a sus anchas por los centros, lo que podría evitar que se repita la pesadilla de la pasada primavera, cuando hubo 140 muertos. También el geriátrico público-privado de Ariznabarra registró un afectado y el centro de día para personas con discapacidad Etxebidea, otro más.

El virus vuelve a expandirse. Ayer sumó 131 casos en Álava y superó el tope máximo anterior en esta segunda ola. Eso hace que se multiplique la probabilidad de que se cuele en los servicios sociosanitarios reservados para los más vulnerables. Si bien el territorio se mantuvo ayer en número de infectados por detrás de Bizkaia (365) y Gipuzkoa (243), ya es donde se registra una mayor tasa de contagios. Según los datos aportados por Osakidetza, en la última semana hubo 212,8 positivos por cada 100.000 habitantes. Un duro despertar después tres jornadas por debajo de la barrera psicológica del centenar de infectados, que tuvo su origen en un menor número de pruebas PCR. El Servicio Vasco de Salud notificó ayer que había realizado 8.753 test, lo que supone tres mil más que en anteriores fechas.

Como es lógico por su mayor población y ser sede de los principales servicios de la provincia, Vitoria acaparó 115 de los 131 casos. Artziniega sumó tres positivos más, si bien hasta el lunes había sido capaz de mantener a raya al patógeno. En Amurrio hubo dos, mientras que en Arraia-Maeztu, Ayala, Iruña de Oca, Labastida, Llodio, Ribera Baja, Salvatierra, Zambrana, Zigoitia y Zuia tuvieron uno. Un rosario de municipios que llama la atención porque ya afecta al territorio en todos sus puntos cardinales.