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La gripe aviar ha regresado 16 años después al País Vasco. El único precedente que existía en la comunidad autónoma antes de los dos casos detectados el jueves en el centro de recuperación de fauna silvestre de Arizmendi, en Urnieta (Gipuzkoa), era un somormujo que ... en 2006 apareció muerto en los humedales de Salburua. Pese a esa escasísima incidencia, las instituciones locales permanecen vigilantes desde que hace cinco meses aparecieron los primeros episodios en el departamento francés de Pirineos Atlánticos y ahora ese esfuerzo se ha redoblado con la llegada de la influenza a la comunidad autónoma.
El servicio de Ganadería de la Diputación de Álava ha prohibido la cría de aves de corral al aire libre salvo en los recintos cubiertos con malla o tela pajarera por todos sus extremos. El objetivo es que las gallinas, los patos y, por ejemplo, los gansos no entren en contacto con especies silvestres que puedan 'transportar' el patógeno H5N1. También queda prohibido el suministro de agua procedente de depósitos a los que puedan acceder animales salvajes y no se permite la presencia de aves en certámenes ganaderos, muestras, exhibiciones o celebraciones culturales.
La corporación Ovo12 representa al 80% del sector en Euskadi y tiene su sede en Vitoria. Su gerente, Álex Garmendia, explica a este periódico que permanecen atentos desde que se confirmaron los primeros casos en el Sur de Europa a finales de diciembre. «En algunas especies camperas se ha procedido a realizar un pastoreo para evitar que se junten con especies silvestres», comenta. Todas las muertes de animales que sean sospechosos de portar la gripe aviar, recalca Garmendia, se comunican al Gobierno vasco y las diputaciones para que se les realicen las pruebas pertinentes.
Si bien el patógeno no afecta al ser humano, puede provocar importantes pérdidas económicas, ya que un único caso obligaría a sacrificar al resto de ejemplares del corral. Según los últimos datos, el sector mueve 6,8 millones de euros en Álava. El territorio histórico cuenta con alrededor de 415.858 aves domésticas repartidas en 229 explotaciones. 34 de esas granjas albergan al 95% de los animales y el resto son para autoconsumo.
La vigilancia en el campo resulta más complicada. Si se registra algún episodio de este tipo en el Anillo Verde o los humedales de Salburua, el Ayuntamiento de Vitoria avisa a la Diputación para que personal equipado con uniformes especiales recojan el cadáver y lo analicen.
En el resto del territorio, los guardas forestales de los parques naturales y los trabajadores del centro de recuperación de fauna de Martioda han recibido el aviso para comunicar cualquier fallecimiento de aves para tratar de mantener bajo control esta enfermedad.
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