Álava se achicharra a casi 40 grados

El pantano de Garaio fue este domingo para muchos la elección perfecta para soportar una jornada tórrida. La estampa en esta parte del embalse era la de cualquier día de verano; había quienes se quedaban en la zona verde para buscar sombras como quien busca agua en el desierto, otros que con una toalla se echaban bajo el sol, eso sí, no sin antes untarse bien de crema solar y otros que nada más llegar se zambulleron en el agua.

Y es que no era para menos, con un domingo con el cielo totalmente despejado a pocos les apetecía quedarse en la ciudad. Mónica García llegó con su familia desde Bilbao. «Mi hermana vive en Vitoria, así que todos los años hacemos este plan en verano dos o tres veces», señaló. Los pequeños estaban chapoteando en el agua bajo la mirada atenta de su ama. «Nos gusta más venir al pantano que ir a la playa, el agua está más tranquilo para los peques y tienes menos peligros», explicó Maite. Su hijo, Iker de 7 años, «nada más llegar» se lanzó al agua «no nos ha dado tiempo ni a inflar una barca que hemos traído para que jueguen». «Es que hace mucho calor y me gusta estar en el agua», se defendió el pequeño.

No muy lejos de esta familia se encontraban Mª Carmen Merino, Rebeca Merino y Jon Bueno. Es la segunda vez que vienen al embalse. «Nos hablaron del sitio, hemos venido una vez y hoy repetimos», comentó Jon haciendo de altavoz del grupo. «Es un sitio que está muy bien, los socorristas al lado, tienes agua, tienes sombras, árboles...», describió. No están muy lejos de la orilla, porque así «nos damos un chapuzón, luego a la sombra y vuelta otra vez».

Ander Ceciega, Gabriela Pop y sus dos pequeñas son vecinos de Vitoria, se acercaron a Garaio «a pasar el día junto a sus a unos amigos». «Es un sitio bonito y cuando hace calor no está nada mal, porque tiene bastante sombra», apuntó Ander. «Hay que aprovechar estos días para estar al aire libre y al sol, además a la peque de 3 años le encanta meterse en el agua», añadió Gabriela. Selene estaba como pez en el agua, ataviada con sus manguitos chapoteando cerca de la orilla.

La totalidad de los que se acercaron al embalse, aprovecharon la ocasión para hacer comer ahí. Ángel López, Carol Perra, Araceli Goméz y Javi Asensio son un grupo de parejas que también escogieron el pantano de Garaio como destino. En el caso de ellos, se encontraban a la sombra, sentado alrededor de una mesa jugando a las cartas, junto a sus hijos. Venían desde Pamplona. «Nos encanta la tranquilidad que hay aquí», concretó el grupo.