La propiedad de la marca 'Rioja Alavesa' vuelve a ser uno de los frentes de la disputa política a poco más de dos meses de las elecciones municipales y forales. El asunto tiene ya un largo recorrido, los 24 años que han transcurrido desde que ... el Consejo Regulador de la Denominación (DOCa) Rioja la inscribió para controlarla (al principio) sólo dentro de un espectro «alimentario y de vinos». De ahí expandió su 'propiedad' hasta el punto de que hoy la tiene en exclusividad y la mera plasmación de esas dos palabras en camisetas, sombrillas o cualquier otro elemento de 'merchandising' requiere su autorización y, a priori, incluso le daría derecho a royaltis.
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Ahora la Diputación vuelve a la ofensiva. «Se está en proceso de presentar una reclamación formal ante los organismos competentes» para conseguir la reversión de esa exclusividad que da nombre a una comarca alavesa. No se precisa el destino del recurso ni tampoco la argumentación que lo sustentará, pero se insiste en que «se dará traslado a donde corresponda. Lo que fijen nuestros servicios jurídicos».
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Y eso apunta, al menos en su fase inicial, directamente a la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO, por sus siglas en inglés), con sede en Alicante. Porque es aquí donde el ente regulador de Rioja ha elevado su titularidad sobre la inscripción. La Administración foral tampoco arriesga con los plazos, pero desliza que no hay vuelta atrás. «Llevamos tiempo trabajando en ello, hay investigación detrás y se están recopilando los últimos datos necesarios para armar bien nuestra reclamación».
El asunto volvía a estallar hace dos semanas, después de que el diputado general, Ramiro González, cargase públicamente contra el Consejo Regulador culpándole directamente de la desaparición de pequeños viticultores y bodegas familiares en el territorio. El jeltzale calentaba así un debate en Juntas Generales que tenía lugar al día siguiente y que se zanjó con una enmienda firmada por PNV y PSE que apremia a reclamar el sello 'Rioja Alavesa'. Los dos socios de Gobierno se aliaban por primera para pedir a la institución foral que «de forma coordinada con la Cuadrilla Laguardia-Rioja Alavesa continúe trabajando como ha venido haciendo hasta ahora y utilice todos los instrumentos jurídicos, técnicos e históricos necesarios para recuperar la marca».
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Lo significativo de la iniciativa es la implicación directa de los socialistas en esta disputa concreta, sobre la que ha venido manteniendo un perfil más bien discreto en los últimos años. Diferente de su actitud más crítica, por ejemplo, con ese 'modelo Burdeos' que preconiza el diputado general y que aboga por la singularidad de la producción en la comarca sin resquebrajar la denominación, sin romper con el Consejo Regulador.
Con la reivindicación de la marca, el PSE ha dado un paso que aporta una mayor cobertura a la demanda alavesa. Daría por amortizadas las susceptibilidades que ese golpe de timón generan en La Rioja y su Gobierno liderado por la también socialista Concha Andreu. Cada uno tiene su propia contienda electoral. Cala políticamente, en definitiva, la percepción de que la estrategia seguida por el Consejo Regulador no está justificada –EH Bildu ha sido estos años la formación más beligerante con los pasos dados desde Logroño–.
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Y ¿cuáles han sido esos pasos? El ente gestor registró 'Rioja Alavesa' en 1999 coincidiendo con el nuevo marco de distinción por subzonas que adoptaba entonces la propia Denominación. Las tres establecidas fueron Rioja Alavesa, Rioja Alta y Rioja Baja. 18 años después (2017), el ente gestor elevó la inscripción a la Oficina de Propiedad Intelectual de la UE. Y el 28 de agosto de 2019 amplió ante la misma entidad su 'titularidad' para poder utilizarla en diferentes clasificaciones (identificadas como 16, 30, 32 y 33). Traducido: «Vino, bebidas, bolsas, etiquetas, piezas de arte, artículos de envasado o empaquetado, etcétera».
La Cuadrilla de Laguardia-Rioja Alavesa presentó entonces un recurso contra la EUIPO. Fue rechazado. Y también entonces la propia consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, llegó a levantar la voz para pedir que se reintegrase la enseña «porque tiene que estar en manos de empresas e instituciones vascas». EH Bildu solicitó a Lakua «poner en marcha un procedimiento jurídico para recuperar la marca 'Rioja Alavesa'». Pero hasta hace dos semanas, avances, los justos.
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El propio González llegó a verbalizar hace ya cinco años que la ofensiva tendría cariz jurídico. «El Consejo Regulador no puede utilizar el nombre de una comarca y una cuadrilla de nuestro territorio» para comercializar productos que «nada tienen que ver con el vino». Al porqué no ha habido respuesta hasta la fecha de la institución que gestiona la DOCa Rioja.
En las distintas mociones que se han presentado en los últimos años para exigir al Consejo Regulador el reintegro de la marca, se hace referencia a distintos apuntes históricos. Y uno en concreto sitúa en el siglo XVIII los primeros usos con Félix Samaniego y la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País. Otro ejemplo de referencia es el mapa publicado en 1769 por Tomás López, cartógrafo oficial del reino, que identifica a la comarca como Rioja Alavesa-Sonsierra de Navarra.
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