Álava quiere que la recuperación de Baco anime a investigar más desapariciones

Con Baco, se ha alcanzado el «final deseable» y la idea es que «más pronto que tarde» la pequeña talla de mármol se muestre en la planta baja del Bibat por su interés histórico y mediático. Después, se trasladaría a la exposición permanente. La Junta Administrativa de Arkaia también ha propuesto que se le entregue alguna reproducción en bronce u otro material resistente para poder mostrarlo en las inmediaciones de las termas.

Antes, eso sí, se tiene que cerrar la causa que instruye el juzgado número 3 de Vitoria y realizar el necesario examen pericial, ya que, de momento, el objeto entregado por Buesa permanece embalado y precintado en una caja en el museo de la calle Cuchillería. Para completar ese paso, se le aplicará ácido clorhídrico diluido al 10% en una parte interna muy pequeña y se le someterá a un exhaustivo estudio de petrología -es decir, sin arrancar ninguna parte- con lupa o microscopio.

Estos trabajos podrán realizarse en colaboración entre el personal técnico del Servicio foral de Restauración y algún especialista en Geología de la Universidad del País Vasco (UPV), como en alguna ocasión ha sido el doctor Luis Miguel Martínez Torres. «En función de los resultados obtenidos en ese análisis preliminar, se podría encargar un estudio especializado para determinar posibles cronologías e interpretaciones iconográficas que ratificarán, o no, su supuesta adscripción a la época romana y su identificación con el dios Baco», explican responsables de la Diputación alavesa.

Los actuales responsables del Departamento lamentan que aún se necesita pedagogía a este respecto. «Si alguien encuentra un bien arqueológico tiene que ponerse en contacto automáticamente con el museo», remarcaron. «La única manera de hacer ciencia arqueológica y poder rellenar las piezas del puzzle de la historia es permitiendo que cualquier resto se retire con los procedimientos profesionales, que es lo que mayor caudal aporta. Cuando se sustrae una pieza, todo eso se esfuma, y quien pierde es también el conjunto de la ciudadanía», aclararon.

Esa colaboración entre la Administración foral y la unidad de Delitos Medioambientales ya ha dado sus frutos. El ejemplo más claro fue el hallazgo de 20.000 piezas en una casa particular en Salvatierra, pero también el creciente número de denuncias de individuos con detector de metales. Si bien la tenencia de este artilugio es legal, su uso se considera «ilegítimo» ya que puede generar daños al patrimonio.