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El primer hogar de muchos extranjeros en la capital alavesa se reduce a un puñado de metros cuadrados. A una habitación en un piso compartido ... con derecho a cocina, un trocito de salón y una balda en el baño. Unos cuantos se animan más adelante a alquilar su propia casa. Y, después, ya asentados en lo económico y también en lo social, unos pocos deciden convertirse en propietarios. No son muchos -casos «puntuales», insisten en las inmobiliarias- aunque en el último año se han duplicado las operaciones de compraventa en Álava que han dado las llaves de una vivienda a una persona procedente de otro país. De las 13 que se cerraron en el segundo trimestre de 2021 se ha pasado a 27 en el mismo periodo de 2022, según el último informe del Colegio de Registradores de la Propiedad de España. Unas cifras muy discretas que se espera que vayan «poco a poco» a más con una población migrante que no para de crecer en el territorio y que supone ya el 13,8% de su censo, dos puntos por encima de las vecinas Bizkaia y Gipuzkoa.
Álava, sin embargo, destaca como la provincia vasca donde menos viviendas en venta acaban en manos de personas de origen extranjero. En concreto, el 2,6% de los pisos que se compraron entre abril y junio (1.020). En Bizkaia fueron el 2,8% y en Gipuzkoa casi el 3,4% impulsados sobre todo por un mercado «de lujo» que atrae a inversores de otros países. Las inmobiliarias señalan el interés de centroeuropeos (alemanes, belgas, suizos...) por Bilbao o rincones vizcaínos como Urdaibai, mientras que los rusos prefieren San Sebastián y su entorno. «Vitoria no es una ciudad donde vengan extranjeros con gran capital con esas intenciones», resume Carlos Fernández de Nograro desde PisosVitoria.com. Los compradores se encuentran aquí entre los propios vecinos y son sobre todo, en el caso de los migrantes, «gente con aspiraciones pero consciente de lo que se puede permitir». La mayoría, sudamericanos.
Sin promociones atractivas para los extranjeros interesados en invertir, y sin playa para aquellos que buscan una segunda residencia, los latinoamericanos empujan las compraventas de vivienda en Álava dentro de este colectivo. Un perfil muy diferente al de esos británicos que han firmado casi el 10% de las operaciones inmobiliarias en el conjunto del Estado. Colombianos, bolivianos, ecuatorianos... «tienen en general más intención de quedarse a vivir en Vitoria que, por ejemplo, los africanos y, aunque manden dinero a sus países, se pueden plantear comprar un piso porque tienen un proyecto de continuar aquí», reflexiona Oihana Ruiz desde Vivantis. Habla por su experiencia en el mercado, por lo que ve y oye en la ciudad, porque a la oficina de esta empresa -se dedica a la obra nueva de vivienda libre y urbanizaciones privadas- «no llegan a venir». «Alguna vez hemos recibido alguna llamada pero cuando empezamos a hablar de rangos de precios... ya ni pasan a informarse más», admite.
En PisosVitoria.com sí entran clientes de otros países aunque «la primera opción para ellos es alquilar, vengan de donde vengan». Lo confirma Isabel Martí, presidenta de la Asociación de Propietarios Urbanos de Álava, donde nueve de cada diez contratos de arrendamiento que pasan por su despacho tienen a extranjeros como inquilinos. «Unos cinco o seis al mes», calcula. Pero, explica Fernández de Nograro, «depende del trabajo que tengan, cuando ya están asentados en la ciudad, algunos hacen el esfuerzo por comprar un piso». Y eso que en la ventanilla del banco no lo tienen fácil a la hora de conseguir un préstamo, de firmar una hipoteca porque su capacidad de ahorro a corto plazo suele ser menor a la de los autóctonos. La comunidad latina se lanza más a esta aventura inmobiliaria, «es gente parecida a nosotros por cultura». «Compran más que los subsaharianos o que quienes llegan de Europa del Este, como los rumanos, porque por su pasado de sistema comunista no tienen ese sentido de la propiedad», reflexiona el experto.
La guerra en Ucrania, cuenta Ruiz, ha alterado también la visión de los migrantes procedentes de ese país y su entorno. «Antes ahorraban para poder tener allí una casa y ahora, con tanta inestabilidad, no lo tienen ya tan claro», observa. Pero la inmensa mayoría de los extranjeros, con independencia del país que aparezca en su documento de identidad, busca lo mismo en el mercado. «Pisos a precios ajustados», indica Ruiz desde Vivantis. «Quieren algo económico y la VPO, por ejemplo, a veces les resulta más cara de lo que pueden pagar», ahonda Fernández de Nograro. La situación de su cartilla -primero para adquirir el piso y después para asumir un gasto fijo como es la cuota de la comunidad- les empuja a «determinados barrios». De Zaramaga a Coronación, la «parte vieja» de Ariznabarra o Adurza como principales destinos. Y a Salburua y Zabalgana pero a estas zonas «van más de alquiler del Gobierno vasco», agrega.
2,61% de las viviendas compradas en el segundo trimestre de 2022 en Álava fue a manos de extranjeros, según el informe del Colegio de Registradores de España. En Bizkaia se situó en el 2,84% y en Gipuzkoa, el territorio con más inversión en este sentido, alcanzó el 3,39%.
La playa les tira más La proporción de extranjeros que adquieren una casa en España se dispara en la costa, con Alicante (39,5%) a la cabeza. En las Islas Baleares, Santa Cruz de Tenerife y Málaga pasa también del 30%. En cambio, en las provincias de Salamanca, Segovia, Lugo y Ourense no llega al 1%.
0,98 puntos ha caído la venta de pisos en Álava a personas procedentes de otros países entre el primer y el segundo trimestre de este año.
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