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La red de transporte foral (Alavabus y las líneas comarcales) se encuentra en un crecimiento imparable desde que abordó su transformación hace seis años. Pese al coronavirus, rápidamente volvió a la normalidad dibujando una tendencia al alza. Sin embargo, el 50% de los desplazamientos que ... se realizan en el territorio histórico siguen siendo en vehículo privado y esa tasa se dispara por encima del 90% cuando se analiza la zona rural. De ahí que el Departamento de Movilidad Sostenible e Infraestructuras Viarias, que dirige el socialista Jon Nogales, haya presentado un plan de cara a los próximos diez años para sumar 1,1 millones de viajes al transporte público.
Un objetivo que no saldrá gratis, pero que supondrá un importante retorno en objetivos medioambientales. El nuevo Plan de Movilidad Sostenible de Álava prevé una inversión de 68 millones, de los que 38 millones se dedicarán exclusivamente en Alavabus y las líneas comarcales. Esta 'hoja de ruta' plantea un incremento de las frecuencias de «todas» las líneas, la introducción de servicios nocturnos en fines de semana y vísperas de fiestas y la conexión a los polígonos industriales. «Queremos atraer a nuevas personas usuarias para conseguir que el transporte público gane de forma progresiva cuota entre los diferentes modos de transporte y ayudar a que Álava sea un territorio más habitable», ha apuntado Nogales en la presentación en Juntas Generales.
Si bien muchos aspectos de este plan están pendientes de las aportaciones de la ciudadanía y de las posibles aportaciones de la oposición, existen una serie de actuaciones concretas. Las líneas actuales se mantendrán, pero se mejorarán con el paso mínimo de un autobús cada hora en las poblaciones de más de 1.000 habitantes y cuatro al día en el resto de núcleos. Además de los 'gautxoris' forales con los principales núcleos del entorno de Vitoria de manera coordinada con Tuvisa, la idea es que se garantice que desde cualquier punto de la provincia se pueda llegar a las principales localidades con hospitales, centros educativos y estaciones de tren o autobuses con un solo transbordo.
También se plantea la mejora de las paradas de Alavabus en Vitoria para que puedan coordinarse con los distintos modos de transporte de la ciudad. En los principales núcleos del resto del territorio, se instalarán marquesinas que dispongan de la información necesaria para el viajero. En el caso del transporte comarcal, se buscará mejorar la oferta para captar a más pasajeros gracias -entre otros aspectos- a un sistema de reserva previa más sencillo.
Los autobuses se renovarán para ofrecer «más comodidad y minimizar el riesgo de averías», además se incorporarán de forma progresiva los modelos híbridos o de gas licuado. En los nuevos contratos de concesión que línea por línea se irán suscribiendo a partir de 2025 y 2026, se plantea incorporar cláusulas mayores penalizaciones por retrasos y un protocolo para garantizar que «ningún usuario quede sin servicio».
Pero uno de los aspectos en los que se plantea trabajar durante los próximos diez años es en avanzar para que el acceso a los principales polígonos industriales del territorio (Gojain, Júndiz, Los Llanos, Alegría, Salvatierra…) se incluya en las líneas de Alavabus sin que eso suponga una penalización de tiempo para el resto. En este punto tampoco se descarta una colaboración público-privada como la que existe para el bus al parque tecnológico de Miñano, ni tampoco ayudas a aquellas empresas que impulsen un servicio colectivo propio para evitar que sus trabajadores saquen el coche del garaje.
La estrategia presentada por Nogales tendrá en cuenta la próxima puesta en marcha del cercanías Araia-Manzanos, la llegada del tren de alta velocidad (TAV) o el desarrollo de la red de vías ciclistas e itinerarios verdes.
Otra de las líneas estratégicas es la mejora de la intermodalidad de transporte con la creación de intercambiadores en Murgia, Amurrio, Llodio, Legutio, Salvatierra, Alegría, Laguardia y Oion con servicios con aparcamientos disuasorios, nodos de distribución, parking de bicicletas, puntos de recarga de tarjetas de transporte… Por otra parte, se trabajará con ayuntamientos y cuadrillas para realizar planes de movilidad urbana sostenible, fomento de caminos escolares seguros… Y es que otro de los objetivos es impulsar los desplazamientos en bicicleta o a pie para reducir el uso del coche privado del 50% al 38%.
En total, el plan de movilidad suma treinta medidas y propuestas que costarían 68,5 millones que supondría unos beneficios económicos, sociales y sobre todo ambientales de 373 millones de euros. Es decir, por cada euro invertido se conseguiría un beneficio de 4,4 millones, según los cálculos de la Diputación. Porque más allá de los beneficios que recibirían las arcas forales a través de una mayor venta de billetes, se incluye el ahorro de tiempo de los ciudadanos, la disminución de la siniestralidad, la reducción de gases invernadero o la reducción del gasto energético de materiales fósiles.
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