El Ejecutivo foral de PNV-PSE, que en esta legislatura gobierna la provincia en minoría, era consciente de la dificultad para lograr un acuerdo con la oposición, en parte motivada por el escenario preelectoral. Pese a ello y tras un mes de complejas negociaciones, la ... posibilidad de un pacto se veía cada vez más clara con Elkarrekin Podemos, con quien hace una semana el Gobierno consensuó el impuesto de Grandes Fortunas, junto a declaraciones y gestos que evidenciaban un acercamiento. Pero de forma totalmente inesperada, el grupo morado anunció ayer su negativa a apoyar el plan económico del Gabinete González.
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Un giro que complica las negociaciones para el Gobierno foral. Porque en el resto de la oposición tampoco se han atisbado signos claros de acercamiento ni con el PP, que sí mostró disposición a acordar en un inicio, ni mucho menos con EH Bildu por la cercanía de los comicios autonómicos (Vox ha pedido la devolución de las cuentas). Todo ello mientras el calendario apremia, en una semana clave para la negociación, con el pleno de totalidad previsto para mañana.
Si el escenario no varía, las Cuentas forales irán a la prórroga. Aunque el Gobierno buscará sacar adelante su proyecto económico, la continuidad del presupuesto -algo inédito en la pasada legislatura, cuando el ejecutivo gozaba de mayoría absoluta- no parece que vaya a suponer un obstáculo demasiado grave. Cabe recordar que la cuantía del proyecto presupuestario para 2024 presentado hace un mes por jeltzales y socialistas, de 666 millones de euros, no es muy superior a la del anterior -se presupuestaron 650 para este 2023-. Apenas un 2,4% de diferencia.
Esquivar ese escenario se antoja complicado para el ejecutivo que sustentan PNV y PSE (suman 24 de los 51 junteros) después del repentino portazo de Elkarrekin Podemos. «Hemos estado cerca del acuerdo, pero no se ha logrado», trasladó el portavoz morado, David Rodríguez. Pese a lograr un «preacuerdo», la negociación «no ha llegado al mínimo» para posibilitar el pacto, por lo que los tres junteros de Elkarrekin «rechazaremos» el proyecto de cuentas.
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La negativa sorprendió bastante. El grupo había presentado enmiendas por 11,8 millones de euros y había fijado como líneas rojas mantener el descuento en el transporte público y mediar en la negociación del convenio de residencias privadas e Indesa.
El punto del transporte se da prácticamente por hecho, y con la empresa foral se habían anunciado pasos por parte del Ejecutivo, pero en el tema de las residencias el Gobierno foral «presenta una posición tibia», argumentó Rodríguez. No parecen unas diferencias tan insalvables, de ahí la sorpresa por el volantazo de la coalición que forman Podemos, IU, Equo y Alianza Verde.
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Este cambio de posicionamiento por parte del grupo que encabeza David Rodríguez también resulta desconcertante porque se produce apenas un día después de que el diputado general se mostrara confiado en un acuerdo (aunque eludió mencionar a un partido en concreto), y tras sólo una semana de asegurar que veía «avances» con dicho grupo.
También en la jornada del martes, el procurador de Elkarrekin Podemos José Damián García-Moreno se mostró «moderadamente optimista» sobre la posibilidad del pacto en una tertulia radiofónica. Todo esto se produce, no hay que obviarlo, tras el divorcio de Podemos y Sumar en el Congreso de los Diputados, lo que complica sus relaciones con el PSOE y con consecuencias inciertas a escala local, provincial y autonómica.
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