La esperanza de vida de los alaveses ronda los 80 años en el caso de los hombres y 86 en el de las mujeres. Pero de esos, entre 10 y 12 años son en situación de dependencia o incluso de discapacidad. A las administraciones públicas ... les toca cubrir esas necesidades, pero esos servicios se encuentran en plena fase de transformación. Se quieren priorizar los cuidados en la familia o en la comunidad sobre el ingreso en las residencias, que se plantea como el recurso para cuando no existe ningún otro tipo de alternativa. Y es que el 80% de los octogenarios quieren vivir sus últimos años en su hogar.
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Por eso, la Diputación de Álava impulsó la pasada legislatura el denominado programa 'Etxean Bai', que se encuentra en prueba piloto con 50 participantes. Gorka Urtaran se estrenó este lunes como diputado de Políticas Sociales y anunció que antes de que acabe la legislatura se espera contar con alrededor de 500 dependientes apuntados en este plan que pretende impulsar la figura de los cuidadores personales y emplear las nuevas tecnologías para garantizar su estancia en casa sin que eso suponga perder calidad de vida.
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«Eso no significa renunciar a seguir desplegando recursos residenciales», matizó Urtaran. De hecho, la Administración foral tiene en cartera con un proyecto para construir un nuevo geriátrico (de gestión público-privado) en Salburua con 120 plazas. Pero los centros actuales y los que se vayan a levantar se redimensionarán -con unidades convivenciales más acorde al sistema de módulos impulsado tras la pandemia- y diversificándolos. Así, por ejemplo, en la próxima reforma de la residencial Txagorritxu se aprovechará para ampliar su unidad de psicogeriatría y en el caso de Samaniego para perfiles asistidos.
Todo para adaptarse ante la oleada de personas mayores que se prevé en los próximos años. Gorka Urtaran apuntó que entre 2015 y 2022 ha habido 10.000 personas que han superado la 'barrera' de los 65 años y que, antes o después, necesitarán la asistencia de las administraciones públicas.
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Además, la Diputación tiene previsto concertar 80 plazas con residencias privadas para tratar de dar respuesta a la actual lista de espera. Esta cifra sumada a las 120 de Salburua suman las 200 que expuso en la comisión de las Juntas Generales.
Los pasos para abordar esa transición del sistema pasan, según el diputado, por «un modelo de cuidados centrado en las personas y las relaciones, con mayor presencia institucional y mayor equilibrio desde una perspectiva de género, que pone énfasis en la atención domiciliaria y comunitaria, en el que el cuidado es concebido como un continuo a lo largo de la vida, que sigue desplegando la red de recursos residenciales y que procura cuidados de larga duración de buena calidad, accesibles y asequibles».
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También se apuesta por la mejora de la condiciones laborales y la formación y capacitación de las personas cuidadoras profesionales, el establecimiento de medidas de apoyo a las personas cuidadoras no profesionales, la aplicación de la innovación social y la evaluación.
Todo esto se va a reflejar en una reestructuración de la estructura del Instituto Foral de Bienestar Social (IFBS), que supondrá la creación de una 'columna' específica para la violencia de género.
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