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La Diputación de Álava ha optado por extremar la cautela a la hora de abrir las residencias a las visitas de familiares. Ha dado prioridad desde este lunes a los casos de las personas más vulnerables, como los ancianos con grave deterioro cognitivo ... o serios problemas de comunicación, pero el resto tendrá que esperar aún dos semanas más, hasta el 8 de junio, para poder abrazar a sus seres queridos aunque sea a través de batas, guantes y mascarillas.
Según explican fuentes forales, esta fase 2 de la desescalada empieza en las residencias tanto públicas como privadas con una pequeña flexibilización. El Gobierno vasco deja en manos de las diputaciones establecer cómo serán las condiciones y los horarios del retorno de las visitas a cada centro y, de momento, el Departamento foral de Políticas Sociales se va a centrar en las personas mayores que presentan demencias y cuya situación cognitiva les impida que comprendan la situación o que puedan utilizar el teléfono o las videollamadas para contactar con sus allegados. De la misma manera, contemplan que también se pueda estar con los residentes que sufran complicadas situaciones psicoemocionales siempre y cuando los equipos profesionales de los centros consideren que su bienestar puede mejorar si se evita el aislamiento social.
El resto de las familias deberán esperar a la fase 3 de la desescalada, que tiene previsto su inicio el 8 de junio, para volver estar cara a cara junto a sus seres queridos «bajo condiciones estrictas de prevención y seguridad, y siempre en función de la evolución de la situación en los centros y en Euskadi en relación con la Covid-19», señalan los mismos medios.
Poco a poco, estos centros han ido adoptando las medidas adecuadas para sus usuarios en función del momento en que se hallaba la epidemia en el territorio. Así, casi desde el principio de estado de alarma se reanudaron las visitas de familiares de residentes que se encontraban en situación terminal y el pasado 11 de mayo se empezó a permitir la salida de los mayores que no tienen coronavirus a los jardines de las residencias para ver y saludar en la distancia a sus familiares, que deben todavía estar fuera del recinto. De manera paralela, los centros empiezan a recuperar servicios como el de peluquería y podología así como musicoterapia, psicoestimulación y rehabilitación. Los espacios comunes también están abiertos con precauciones y han abierto ya dos de los centros de día para los casos más urgentes.
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