Fachada exterior del laboratorio pecuario de Eskalmendi, que lleva funcionando desde hace 42 años. Blanca Castillo

Álava invertirá un millón para que el sector primario tenga un laboratorio del siglo XXI

En los últimos 42 años sólo se han realizado obras menores en las instalaciones forales de Eskalmendi, que urgen una reforma «integral»

Domingo, 5 de enero 2025, 01:30

Desde 1983, y de forma ininterrumpida, el laboratorio foral de Eskalmendi -situado en la salida de Vitoria por Gamarra y justo al lado del polémico centro Sansoheta- se dedica a examinar las muestras procedentes del sector primario alavés. Estas instalaciones, que dependen de la Diputación ... de Álava, realizan un control sanitario en la compra-venta ganadera y la imprescindible vigilancia epidemiológica, además de colaborar con otras áreas relacionadas con la producción agrícola y animal. Para eso hacen análisis del suero sanguíneo y de tipo fisioquímico para forrajes, piensos y otras materias primas, al tiempo que controlan la sacarosa de la remolacha que permite determinar el momento óptimo para su extracción.

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Se trata de un trabajo imprescindible para la mayor parte del sector primario, pero este edificio de ladrillo caravista que se puede observar al borde de la carretera de Azua empieza a mostrar importantes achaques que hacen imprescindible e impostergable su próxima reforma «integral». Por eso, el Departamento de Agricultura, que dirige la diputada jeltzale Noemí Aguirre, tiene previsto realizar una obra con un presupuesto inicial de 1.225.000 euros para seguir siendo un referente.

1983 año

de inauguración de estas instalaciones. Sólo ha habido obras menores.

Y es que desde la puesta en funcionamiento del laboratorio pecuario, hace 42 años, se han venido realizando inversiones para la renovación de equipos analíticos, así como en el mantenimiento de la infraestructura de las instalaciones por las filtraciones y humedades. Ahora ya ha llegado un punto en que, según la documentación de la Administración foral a la que ha tenido acceso EL CORREO, «la distribución actual del laboratorio dificulta e incluso impide su renovación conforme a criterios actuales de aplicación en instalaciones de determinación analítica». La única alternativa es ejecutar una gran obra.

Eficiencia energética

De ahí que se vaya a hacer una renovación general de la infraestructura y del mobiliario para conseguir unas instalaciones acordes al siglo XXI. Se han analizado los distintos edificios de la parcela y se ha valorado como viable la recuperación del almacén agrícola contiguo al módulo principal, que actualmente presenta un uso muy limitado y no requiere de grandes intervenciones de obra civil para su adecuación. El coste se estima «inferior» a otras opciones como la rehabilitación integral del espacio actualmente utilizado.

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Porque una de las carencias más básicas que se han detectado en este edificio es su bajísima eficiencia energética -está catalogado actualmente como G o, lo que es lo mismo, la menor de todas- por carecer de aislamiento y utilizar sistemas de calefacción que son impropios para este tipo de inmuebles.

No es un proyecto sencillo, ya que hay que respetar unos flujos determinados para evitar contaminación cruzada o riesgos biológicos y físicos. El objetivo es que la entrada de muestras no se cruce con el acceso de los trabajadores o de unos clientes que en ningún caso podrán llegar hasta la zona de pruebas.

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607 metros cuadrados

tendrán las instalaciones que dependen de la Diputación

En un ala estará el laboratorio de serología -las pruebas del suero sanguíneo- y de PCR, aquellas que se hicieron tan populares y necesarias durante la pandemia. En el otro extremo estará el reservado para bromatología, es decir, al estudio de los alimentos. Cada uno de ellos estará equipado con los correspondientes equipos para tratar de garantizar la seguridad. Para eso habrá compartimentos para extracción y amplificación, extractores de gases, moliendas, microscopios, y sistemas de preparación de muestras a través de química húmeda y espectroscopía del infrarrojo cercano (también conocido como NIR). Además, los seis trabajadores del laboratorio necesitan una serie de vestuarios y duchas por motivos de higiene y salud.

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