Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
El 'nudo' de Armiñón es uno de los puntos de la red viaria de Álava donde más se enreda el tráfico. Más aún cuando el número de coches se multiplica en verano y todavía más desde que la autopista es gratuita y se ha disparado ... el tráfico pesado. Al pasar de tres carriles a uno antes de cruzar la antigua playa de peajes, se genera un auténtico cuello de botella. Pero esta peligrosa situación tiene los días contados. Y es que la conexión entre la antigua AP-1 y la A-1 se convertirá «en una autovía convencional a todos los efectos» en los próximos meses, sin interrupciones. La Diputación de Álava y el Ministerio de Fomento han suscrito un primer acuerdo para realizar una alternativa transitoria –que se está desarrollando en estos momentos– y que es la antesala de la que será la solución definitiva.
Los principales problemas de tráfico se concentran sobre todo en sentido a Vitoria. La intervención prevista se desarrollará en un tramo de 2,2 kilómetros. Primero, la circulación pasará de tres a dos carriles durante un centenar de metros antes de las antiguas cabinas de pago. En ese punto era donde se concentraban las dificultades ya que se reducía a un único carril de forma repentina, pero ahora se duplica al aprovechar el espacio de la mediana y los arcenes exteriores para disponer de una segunda vía. Como es obvio, esto aumentará su capacidad para absorber el tráfico y reducir los atascos.
Las obras ya se están ejecutando, pero se interrumpirán durante el mes de agosto para no entorpecer la próxima 'operación salida' y, por eso, su conclusión se retrasará hasta noviembre. Fomento asumirá los dos millones de euros que se calcula que supondrán estas primeras obras, tal y como quedó plasmado en el acuerdo de transferencia de la vía suscrito a finales de 2018. Pero este supone tan sólo un paso inicial, ya que el Ministerio que dirige en funciones José Luis Ábalos se comprometió a desarrollar otro convenio distinto para ejecutar los trabajos de cara a acabar con los problemas de tráfico en Armiñón de manera definitiva.
Antes terminarán los trabajos en sentido a Burgos. Para finales de este mismo mes está previsto que concluya una intervención en un tramo de 800 metros. Allí se está adecuando la zona de peajes con un nuevo trazado en planta y alzado, y reformas en el peralte para que los conductores disfruten de tres carriles de 3,5 metros, un arcén exterior de 2,5 metros y un interior de un metro. «Esta intervención permitirá convertir la desaparecida zona de peajes en una autovía convencional en menos de un año desde la asunción de la competencia sobre este tramo», recalcan fuentes del Departamento foral de Infraestructuras Viarias y Movilidad, que desde esta semana dirige el socialista Javier Hurtado. Cuando la reforma llegue a su fin, la Diputación se hará cargo de la conservación y mantenimiento del tramo de seis kilómetros de la AP-1 que transcurría por Álava.
Con estos trabajos también se pretende incorporar sin problemas a los cerca de 4.000 camiones que antes circulaban por la vieja Nacional 1 y que se han reincorporado a la AP-1 –la vía rápida entre Madrid y el Norte– desde que se liberó y se levantaron las barreras de sus peajes. Una situación que ha multiplicado los embotellamientos y problemas en la circulación.
Mientras tanto, se continúa con la eliminación de los peajes. Primero se retiraron las barreras y ahora se está procediendo a eliminar cualquier rastro, como el asfalto rugoso que provocaba que los conductores rebajasen la velocidad. De momento se está procediendo a trabajos de aglomerado y se ha procedido a habilitar desvíos en la plataforma a través de conos y señales, lo que provoca retenciones en momentos de tráfico denso.
A las obras en la zona alavesa hay que sumarle la castellanoleonesa que, como publicó la pasada semana el Boletín Oficial del Estado, supone un contrato de catorce millones de euros que comprende las comunicaciones, los servicios de vigilancia, la atención a accidentes, el mantenimiento de la carretera y otros elementos. De momento, ya se han concluido los trabajos en Castañares, así como en Ameyugo y Quintanapalla, todos municipios situados en la provincia de Burgos.
2,2 kilómetros sufrirán obras en la carretera sentido a Vitoria. Se aprovechará el espacio que queda libre en la mediana y los arcenes para pasar de uno a dos carriles.
Absorber el tráfico que se ha multiplicado desde la liberalización de la AP-1 –con 4.000 camiones más–, es el objetivo. Han aumentado los problemas en la circulación, por lo que esta obra en el conflictivo 'nudo' de Armiñón se consideraba como algo impostergable.
6 kilómetros de la antigua AP-1 que transcurren por Álava pasarán a ser gestionados –tanto su conservación como su mantenimiento– por la Diputación cuando concluyan las obras.
2 millones de euros costará la solución transitoria. Más adelante Fomento ejecutará la reforma definitiva de la vía.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.