Hace tres años que Nuria Gisbert comenzó a escribir en el cuaderno que porta entre sus manos. Con su letra milimétrica amortiza hasta la última línea. «No soy la más verde del planeta pero intento colaborar», explica esta ingeniera industrial y doctora en Dirección ... Empresarial, convencida defensora de la lucha contra el cambio climático, que en 2015 se puso al frente del CIC Energigune. Allí, un centro de referencia en cuestiones energéticas enclavado en el parque tecnológico de Álava, convive una plantilla paritaria y 14 nacionalidades entre mesas de ping-pong y latas compartidas de galletas en el comedor. «Es un poco el Silicon Valley alavés», reconoce con la experiencia que le dan dos décadas en el sector de la energía. Su nombre forma parte de la junta directiva de Innobasque o el comité asesor del Consejo vasco de Ciencia, Tecnología e Innovación.
- El parque tecnológico cuenta con investigadores de referencia, gimnasio, una laguna con patos y los trabajadores comen en sus campas cuando hace bueno. ¿Estamos en Miñano Valley?
- Sí, es un poco el Silicon Valley alavés pero todavía tenemos mucho recorrido, hay que soñar... Hace unos años esto era un Power Point pero se trajo a los mejores y hoy tenemos unas infraestructuras que pocos centros tienen además de un entorno privilegiado. A ello ha ayudado que el País Vasco sea una isla a nivel del Estado donde, incluso en época de crisis, el Gobierno vasco mantuvo el esfuerzo en I+D+i.
- Aunque se ubica a apenas 5 kilómetros de Vitoria, ¿llega a sus vecinos lo que aquí se hace?
- Estamos haciendo un trabajo bastante importante para que eso sea así y yo no me cansaré de hacer publicidad de todo esto hasta que la última 'amatxu' de Álava pueda decir que en Álava existen cosas muy referentes. Quiero pensar que esto se empieza a conocer.
- ¿Cómo explica en qué trabaja el CIC Energigune a alguien que de baterías sólo entiende lo que dura la de su móvil?
- Estamos aquí para las cartas a los Reyes Magos de nuestras empresas, para sus sueños en almacenamiento de energía, para que las baterías duren diez veces más o para que sean libres de cobalto. Y destacamos por ser el CSI de las baterías, podemos hacer análisis muy detallados, como una autopsia, y sacar información de por qué ha fallado o cómo alargarla, y eso aporta mucho a las empresas del entorno.
- En estos pasillos conviven 14 nacionalidades y hay una plantilla paritaria, ¿la diversidad genera mejores ideas?
- Trabajar con diferentes te da una apertura de miras y una perspectiva a la hora de resolver problemas que es más enriquecedora porque utilizas mucho más filtros mentales y prismas. Tenemos mucho investigador joven en el que promovemos que tenga una carrera internacional, que cuando termine aquí vaya a centros de investigación de referencia de todo el mundo para que se siga formando. Luego le volvemos a traer porque lo que ha aprendido revertirá en el centro.
- ¿Y cómo se logra que vuelvan?
- Ahí lo tenemos fácil. Tenemos una calidad de vida, una vida después del trabajo, el pintxopote, las actividades sociales..., una serie de intangibles que en Finlandia no se encuentran y que hacen que el talento alavés y vasco retorne.
- En el último informe PISA, los alumnos del Estado se hunden en ciencias aunque en Euskadi han mejorado. ¿Dónde está el problema?
- No sabría decirte pero desde pequeño te inculcan a machamartillo que las ciencias son duras y que las letras son las 'maría', y lo peor que puedes hacer con un niño es decirle que no puede hacer algo. Hay que tener mucho cuidado en cómo desincentivamos a los niños.
- Hace frío en diciembre así que, según Donald Trump, quienes hablan de cambio climático son unos exagerados. ¿Qué responde a quienes lo niegan?
- ¿Y qué respondes a un adolescente de 17 años que quiere cambiar de móvil cada año? Todos debemos ser conscientes del impacto de cada una de nuestras acciones en el clima y concienciarnos de que en vez de cincuenta modelitos al año puedes comprar ocho y que te sirvan para cuatro o de que no hace falta imprimir todo en papel. Todos tenemos que hacer pequeñas concesiones. Y sobre Trump... hay gente con la que no se puede dialogar aunque, también te digo, una persona sola no hunde un país.
- ¿Qué le parece Greta Thunberg?
- Es una niña que está ayudando a que se converse sobre el cambio climático pero esa sobreexposición no es positiva para ella porque un día estás arriba y otro te pegas una castaña. ¿Cómo se va a sentir cuando no sea nadie?
«O te subes o te arrolla»
- Acudió a la Cumbre del Clima como moderadora de una mesa sobre transición energética y movilidad sostenible. ¿De qué se habló?
- Se puso en valor que el cambio climático es un reto pero que también se puede ver en clave de oportunidad para el desarrollo industrial y de las empresas vascas, que están en una posición muy buena y tienen el tema bastante interiorizado.
- La economía local depende en buena medida del sector de la automoción, clave para reducir las emisiones contaminantes. ¿Ha hecho los deberes?
- Ha habido lógicamente mucha resistencia porque se trata de una cuestión constructiva, el vehículo eléctrico es mucho más sencillo a nivel de componentes que el de combustión y va a haber menos puestos de trabajo pero eso no significa que no se abran nichos de oportunidad alrededor del coche eléctrico. El sector se tiene que reconvertir y, aunque se ha intentado posponer lo máximo posible, la realidad es que todos los fabricantes están haciendo sus deberes. Mercedes, por ejemplo, ya está haciendo aquí la Vito eléctrica. El ser humano tiene 'per se' resistencia al cambio, pero este es un tren que o te subes o te arrolla.
- ¿Tiene coche?
- Sí, un híbrido y voy a cambiar a uno eléctrico. Sé que no todo el mundo se puede comprar uno porque inicialmente es más caro pero, si miras lo que te sale al final de su vida útil, es más barato.
- El alcalde presentó en la COP25 el Pacto Verde con el que pretende atraer proyectos sostenibles. ¿Cómo se convence a una empresa para que aterrice en Vitoria?
- Si eres un referente atraes a proyectos referentes, y Vitoria tiene una posición de salida muy buena con el sello Green Capital y sus políticos y sus ciudadanos concienciados. Tiene todos los ingredientes necesarios.
- ¿El futuro se pinta 'green'?
- Sí, sí, pero pasa primero por disminuir nuestro consumo de energía y luego por ser lo más sostenibles posible, por extender la vida útil de cualquier cosa. Mira, este cuaderno tiene tres años porque cojo casi todas las notas en el ordenador. Yo no soy la más verde del planeta pero intento colaborar.
«Un niño de 11 años me enseñó que soy ingeniera, no ingeniero»
A Nuria Gisbert le gustaban el balón, el tente y programar, eligió judo en lugar de ballet y a la hora de disfrazarse se transformaba en Spiderman. Ya desde pequeña, cuenta, su madre fue su «gran valedora». Hace unas semanas recogió el premio 'Mujer en la ciencia' de manos de la asociación de empresarias alavesas Ampea.
- ¿Lo ha tenido más difícil que sus compañeros hombres para llegar a un puesto directivo?
- He sido muy afortunada porque la empresa en la que empecé mi carrera me dio todas las oportunidades. Al principio me miraban con recelo porque el recorrido vital de una mujer se supone que es casarse, tener hijos... y a ver cómo compatibilizas eso con el trabajo.
- ¿Y cómo se hace?
- La vida exige esfuerzo y sacrificios y poner en la balanza qué proyecto profesional y personal quieres y que estás dispuesta a ceder para conseguirlo. El informe de Ikerbasque indica que son más las mujeres que empiezan la carrera doctoral pero que, a medida que se va ascendiendo a puestos de responsabilidad en investigación, los hombres son un 90%. Todavía hay cosas que cambiar aunque entre las nuevas generaciones ya se está haciendo.
- ¿Por ejemplo?
- Hace dos años trajeron a críos de la ESO y un niño de 11 años me dijo que por qué me llamaba ingeniero y no ingeniera. ¡Eso me lo enseñó a mí un niño de 11 años!
- ¿Sería partidaria de los curriculums ciegos?
- No habría ningún problema en aplicarlos y tengo claro que el resultado en este centro no variaría.
- ¿Cuántas estudiantes eran en Ingeniería Industrial?
- En primero empezamos 88 personas y éramos ocho chicas, el animal exótico de la clase. Hace poco tuvimos el 25 aniversario y ellos se siguen acordando de nosotras pero tú te acuerdas de la mitad.
- ¿Por qué las chicas eligen menos las carreras de ciencias y técnicas?
- Hay en torno a un 25%. Debemos ser muy conscientes de la influencia en nuestros hijos desde pequeños porque es muy difícil que un profesor en ESO o la universidad cambie todo lo que llevan en la mochila y hoy se sigue fomentando que la niña vaya de rosa y se vista de princesa.
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Conciencia 'green'
«Todos debemos hacer concesiones. No hay que imprimir todo o comprarse 50 modelitos cada año»
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Educación
«Desde pequeño te dicen que las ciencias son duras. Debemos tener cuidado en cómo desincentivamos»
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Al volante
«Conduzco un híbridoy voy a cambiar a uno eléctrico. Al final de su vida útil ves que es más barato»
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