Álava se asa a más de 42 grados

El aviso naranja de Euskalmet alertaba de temperaturas de más de 40 grados, pero el primer toque de atención llegó ya de madrugada. Vitoria ni siquiera bajó de los 20 grados en toda la noche y a primera hora los rostros eran una evidencia de ello. «Esta noche ha sido imposible dormir», comentaba Óscar Roca en la plaza de la Virgen Blanca. A las 11 de la mañana, este vecino ya buscaba un hueco a la sombra para evitar el sol.

La botella de agua en mano se convirtió en el complemento de moda obligatorio. Muchos optaron por las piscinas como la mejor opción para evitar el bochorno. Más de 1.500 personas se remojaban a mediodía en las piscinas de Mendizorroza y a primera hora de la tarde 4.900 hacían lo propio en las piletas de Gamarra para cobijarse del calor, según los datos recopilados por EL CORREO.

En los accesos a 'Mendi', el goteo de gente era constante. Mikel Lizarralde, acudía al filo de las 12.30 horas con la pequeña Iarte. «¿Que cómo lo llevamos? Mal, no estamos preparados para esto», replicaba. De ahí, la apuesta por el complejo municipal: «Vamos a buscar el sitio más frío de todas las piscinas. Y porque no les podemos echar hielo».

Las terrazas también se llenaron... allí donde había sombra. A mediodía la ausencia de sol marcaba el éxito de público en los locales del centro de Vitoria. «Sólo se puede estar a la sombra», señalaba Alazne Mendibil en la calle Portal del Rey, que era un auténtico desierto poco antes de las 16.00 horas.

Si el día ya resultó duro para quienes descansaban, más complicado fue para los que tuvieron que trabajar. Desde las 7.00 horas llevaba en la calle Jessica Sosa, con sus utensilios de limpieza. A pesar de su grueso uniforme, reconocía al filo del mediodía que «está bastante asumido» el sofoco. «Una ya tiene experiencia. No queda otra que beber mucha agua, remojarse la cara y llevar gorro».

Más contundente era, sobre el firme de General Álava, Fernando Peláez. A sus 58 años, lleva «toda la vida trabajando en la construcción». Este domingo afrontaba otro día de trabajo más para hacer las reparaciones que necesita el tranvía y que van a mantener un vial del metro ligero sin servicio. Una jornada dura: «de ocho de la mañana a ocho de la tarde». «Es un trabajo que hay que hacer. Se hace y ya está», afirmaba para quitarle hierro al asunto.

El calor de este domingo, sin embargo, quedó disipado a última hora de la tarde y este lunes la situación será bien distinta. El mapa de Euskalmet da fe de ello: el color naranja da paso este lunes a un plano en el que 'sólo' hay un aviso amarillo para la zona más pegada al río Ebro. En Rioja Alavesa el mercurio podría rebasar los 33 grados, pero el resto del territorio pasará una jornada mucho más apacible, donde las máximas se situarán en el entorno de los 25 grados.

No es descartable incluso que al final de la jornada aparezcan chubascos por el norte del territorio. Si no llegan este lunes, será el martes cuando las lluvias se generalicen hasta el próximo jueves en el conjunto de Álava, con mínimas que podrían caer hasta los 15 grados en Vitoria.