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Lo que se presentaba como el primer gran pulso del personal de Osakidetza desde que estalló la pandemia con una huelga que este jueves ha puesto a prueba los centros sanitarios alaveses se ha saldado, al menos en la primera de las tres jornadas de ... movilización convocadas por los sindicatos en Euskadi, con un tímido impacto. Y es que apenas uno de cada diez facultativos (el 8,9%, según datos del Gobierno vasco) secundó unos paros que se dejaron notar de forma leve en consultas y ambulatorios, donde la actividad se desarrolló con escasas incidencias. Ese bajo seguimiento fue similar entre el resto de empleados llamados a quedarse en casa, con un 9,6% en el de enfermería y un 5,2 en el resto de categorías, lo que situó la media en el 7,3%. Pero el nada desdeñable malestar que arrastran los sanitarios, con una carga de trabajo «extrema» y la «falta de manos» que volvieron a denunciar las centrales convocantes -ELA, Satse, SME, LAB , COOO, UGT, ESK, SAE y Utese-, parece no haber sido motivo suficiente para la plantilla, que optó por la responsabilidad de acudir a sus puestos en un momento crítico como el actual, en plena nueva ola del virus y con un récord tras otro en el marcador de contagios de la comunidad autónoma. Hoy, de hecho, se ha alcanzado un nuevo pico con 1.226 casos.
Por ese motivo, el panorama semidesértico que desde hace meses ha impuesto la crisis sanitaria en ambulatorios y centros de salud -obligando a reducir a mínimos la atención presencial- apenas varió en los diferentes equipamientos alaveses que recorrió EL CORREO. Algunos, como San Martín, amanecieron sin personal administrativo de atención, si bien las consultas médicas y otras citas programadas se desarrollaron con relativa normalidad. «No hay personal de atención en la entrada, pero pueden pasar a su consulta», explicaba una trabajadora a los usuarios que se acercaban al complejo de Pintor Teodoro Dublang. «Vengo al dentista», compartía Carmen Álvarez mientras se lavaba las manos con el hidrogel.
A los mostradores semivacíos de algunos de los ambulatorios, entre pancartas que informaban de la jornada de movilización, se sumó en otros casos la ausencia del personal de enfermería. «Va a tener que preguntar dentro si su enfermera ha venido hoy, porque hay algunas que han hecho huelga», informaba el personal de Lakuabizkarra a usuarios que aguardaban su turno en el exterior. Este espacio, junto a los de Salburua y Zabalgana, funcionó sin apenas alteraciones al ser los tres 'centros Covid' de la ciudad y por tanto incluidos en los servicios mínimos de la huelga. Los pacientes citados a pruebas PCR las pudieron realizar sin cambios. Por su parte, la falta de profesionales de enfermería sí afectó a otros centros como el de Olárizu, donde más de un paciente tuvo que darse la vuelta. Otros tuvieron mejor fortuna y pudieron completar sus trámites. «He venido a realizar un cambio en mi tarjeta sanitaria y me han atendido sin problemas», trasladó Pedro Jáuregui.
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Mientras ambulatorios y salas de espera afrontaban una mañana de relativa normalidad, en el exterior del hospital Txagorritxu decenas de trabajadores se han concentrado entre pancartas y carteles. Las centrales sindicales han dado lectura a un comunicado donde han denunciado que el Gabinete Urkullu no ha planteado medidas para «aliviar las graves deficiencias» de la red pública.
«Llega una nueva ola y los trabajadores están más cansados, no hay más manos, puede que sí haya más material que en la primera, pero la situación es muy precaria», denunció la representante de ELA. Uno de los aspectos que más criticaron los sindicatos fueron los servicios mínimos establecidos por el Gobierno autonómico, que tildaron de «abusivos». «Hay bastante personal que quería salir a la huelga y no ha podido», protestó Silvia Sánchez, de CC OO. «El personal sanitario necesita el apoyo de la gente, Osakidetza nos tiene abandonados. Trabaja con una carga física y psicológica extrema», alertó. Desde UGT-Euskadi, Marifé Campos incidió en que «esta nueva ola nos pilla cansados, estresados y nos tenemos que poner nuevamente en la primera línea de fuego para poder combatir todo lo que nos viene».
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Una vez superada la primera de las tres jornadas de paro a las que llaman los sindicatos, y constatada la escasa participación en la red alavesa, queda por ver si la movilización tendrá una mayor repercusión en las dos próximas citas de la convocatoria, los días 5 y 12 de noviembre en Gipuzkoa y Bizkaia de forma respectiva.
La secuencia se ha repetido una y otra vez desde primera hora de la mañana de este jueves. Un goteo de personas, solas o también en pareja, que se acercaban a la entrada del Iradier Arena y se quedaban paradas ante la puerta, cerrada a cal y canto, con unos carteles que decían 'Debido a la huelga, la atención se realiza en base a servicios mínimos', junto a una nota (en letra más pequeñita) que informaba de que 'La vacunación de la gripe no se considera servicio mínimo. Disculpen las molestias'.
Tras leer el mensaje, impreso en un simple folio, los usuarios miraban a su alrededor, se acercaban a otros accesos del complejo en busca de alguien que pudiera informarles, pero tras esperar un rato se daban media vuelta y se marchaban con una expresión de extrañeza y enfado. «Teníamos cita para acudir a las 9.30 horas, pero vemos que está cerrado por la huelga. Nadie nos ha avisado. Venimos desde Aranbizkarra, que está en la otra punta, y ahora nos tenemos que volver a casa», se quejaba el matrimonio formado por Conchi y Javier. «Ahora tendremos que pedir otra cita. Pero nosotros también tenemos nuestros quehaceres, deberían haber informado», se quejaban.
Lo mismo le ocurría a Ainara, residente en el barrio de Adurza, que tras presentarse en ña plaza del Renacimiento se dirigió a su centro de salud en busca de información. «Tenía cita pero me he encontrado con que estaba cerrado y nadie me había notificado nada. ¿Qué hago?», le planteaba a la administrativa que le atendía al otro lado de la mampara en el centro sanitario del barrio. El cierre del Iradier fue uno de los efectos de la huelga que, a juicio de los sindicatos, «paralizó» recursos en la provincia. «Buen ejemplo de ello es que toda la enfermería que está haciendo la vacunación de la gripe en el Iradier Arena ha parado su actividad», apuntaron los sindicatos convocantes de las movilizaciones.
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