La planta de compostaje de Asparrena acaba de superar la declaración de impacto ambiental. Jordi Alemany

Álava acelera para reciclar el 55% de sus 'biorresiduos'

Se construirá una planta en Asparrena y la Diputación prevé otra en Vitoria para dar cobertura a la de Júndiz, que no tiene capacidad de crecimiento

Viernes, 13 de octubre 2023, 00:18

Los alaveses generaron 12.643 toneladas de 'biorresiduos' en 2022 entre fracción orgánica y podas. El 23% se pudo reciclar, según los últimos datos de la Diputación de Álava. Esa tasa es elevada si se tiene en cuenta que el pasado año rondó el 14%, ... pero sigue estando muy lejos del objetivo del 55% previsto para 2025, en un año y dos meses. Por eso, el territorio necesita proyectos de envergadura para el tratamiento de aquello que se recoge en el contenedor más allá de las 'composteras' vecinales y la planta de tratamiento mecánico biológico (TMB) de Júndiz, que arrastra importantes limitaciones de espacio desde hace años. Una situación que se agravará por la creciente conciencia en el reciclaje y que los 51 municipios de Álava deberán contar con contenedores marrones en sus calles en el plazo de dos años.

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De ahí que Álava pise el acelerador para cumplir con los objetivos medioambientales y esta basura orgánica pueda aprovecharse en mayor medida para el abono de huertos. La consejería de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno vasco publicó esta semana en el boletín oficial de la comunidad autonómica (BOPV) su plácet para que en el polígono industrial de Asparrena se pueda levantar una planta de estas características «siempre que se adopten las medidas protectoras y correctoras establecidas» en los informes técnicos.

En 2025 será obligatorio que los 51 ayuntamientos del territorio cuenten con contenedores marrones

No es el único proyecto que está en cartera. La Diputación aprobará en los próximos meses -previsiblemente aún habrá que esperar hasta 2024- la licitación para construir una instalación que dará servicio a todo el territorio histórico. Su ubicación final no ha trascendido, aunque siempre se ha hablado de Júndiz para que sirva de 'bastón' para la planta de TMB, que de forma individual sería incapaz de llegar a los objetivos marcados en la lucha contra el cambio climático. El deseo del Departamento foral de Sostenibilidad, Agricultura y Medio Natural, que dirige Amaia Barredo, es que entre en funcionamiento en los cuatro próximos años.

Dos toneladas al día

La planta que se proyecta en Asparrena se encargará de la fracción orgánica de residuos domiciliarios y los biorresiduos de grandes generadores. La instalación contará con una nave de 1.235,25 metros cuadrados destinada al proceso de compostaje, un depósito enterrado de hormigón para lixiviados líquidos de 75 metros cúbicos, una balsa de aguas pluviales y una zona destinada al almacenamiento y trituración de la fracción vegetal.

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Para entender la importancia de esta planta, se espera una entrada media diaria de dos toneladas de 'biorresiduos' que servirán para producir entre 100 y 150 toneladas de compost destinadas a jardinería del polígono o en otras zonas verdes de titularidad municipal.

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