Álava tiene 33 de las 186 plazas sin cubrir de médico de familia y pediatra de Euskadi

En la OSI Araba, organización que integra los hospitales Txagorritxu y Santiago y los centros de salud de Vitoria y buena parte del resto de Álava, el déficit es de 20 médicos de familia y 10 pediatras. Los centros de salud que en este sentido suman más carencias son los de Olaguíbel y Lakuabizkarra. En el primero faltan cinco doctores de cabecera y en el segundo, tres de familia y dos pediatras. San Martín y Zaramaga tienen dos plazas sin cubrir cada uno de especialistas para adultos y en el Casco Viejo hay tres vacantes entre las dos especialidades y en un barrio con tanto niño como Zabalgana faltan dos pediatras.

La zona rural también se ve afectada. Por ejemplo, necesitan médicos en Nanclares, Legutio y Bernedo. La OSI Rioja Alavesa tiene una vacante en Leza y Llodio tiene un hueco en su ambulatorio y otro en el PAC. Y el panorama es más desalentador conforme se van jubilando profesionales.

«Las vacantes en Atención Primaria no son un fenómeno meteorológico; son el resultado de unas políticas concretas aplicadas durante años en Osakidetza», señaló ayer la parlamentaria de EH Bildu Rebeka Ubera. «Son la consecuencia de una mala planificación, de no haber previsto las necesidades a corto, medio y largo plazo, y también de la inexistencia de una estrategia para hacer atractivas esas áreas con un modelo de contratación estable que abra vías claras para el desarrollo profesional a todos los niveles, lo que permita fidelizar a los doctores», zanjó.

Los datos facilitados por Salud a la Cámara vasca reflejan una cierta mejoría con respecto a los notificados por la propia consejería a comienzos del pasado año. Entonces las plazas sin cubrir eran 198, doce más que las actuales.

Osakidetza estrenó la pasada primavera un nuevo sistema de incorporación de más personal en tres fases: contratos de más de seis meses; mixtos, en los que los profesionales combinan ambulatorio y hospital; y de corta duración. Todos ellos con salarios de 3.000 euros mensuales, según detalló entonces Susana Martín, subdirectora de Atención Primaria. De esta manera buscaba ofrecer varias alternativas para atraer y retener a médicos de familia, tanto a los que acababan de finalizar su residencia en Osakidetza como a los de otras comunidades autónomas.

Durante sus dos primeras fases este nuevo modelo logró incorporar a 88 facultativos y reducir casi a la mitad las plazas vacantes en la Atención Primaria. Pero una vez se han contabilizado las jubilaciones registradas en 2022 el número de puestos sin ocupar es similar un año después.