Un agricultor ajeno a los hechos refresca un terreno donde quema rastrojos. E. C.

Campo alavés

Un agricultor clava un rastrillo a un guarda forestal cuando quemaba rastrojos en Vitoria

La Policía Local investiga al presunto autor, que arrastra otros «incidentes similares». El herido le llamó la atención por no adoptar medidas de seguridad

Viernes, 8 de noviembre 2024, 00:17

La Policía Local investiga una agresión ocurrida en un pueblo cercano a la capital alavesa. Al parecer, un guarda forestal sufrió un ataque –saldado con una herida en un brazo— tras ser atacado por un agricultor, quien presuntamente le clavó una horca (una especie ... de rastrillo).

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El presunto ataque ahora bajo la lupa policial sucedió la tarde del miércoles a pocos kilómetros del casco urbano de Vitoria. El labrador quemaba unos rastrojos, labor para la que contaba con un permiso oficial pero, según matizan medios policiales, acometió «sin adoptar las medidas de seguridad exigibles». El mismo día 6, el Ayuntamiento de la capital alavesa abrió la veda para estas maniobras, para las que exige una serie de garantías para evitar que las llamas se descontrolen.

En este caso, el guarda forestal detectó las supuestas irregularidades y se acercó para pedirle cuentas. Sin embargo, se topó con una respuesta «muy violenta» del aludido. Primero de manera verbal y, a continuación, física.

Denunciado en comisaría

No es la primera que este sospechoso se muestra agresivo con funcionarios públicos. «Esta persona ha protagonizado incidentes similares en el pasado», advierten desde el Departamento municipal de Seguridad. Eso sí, éste altercado es el de mayor gravedad hasta la fecha. Ya existe una denuncia en la comisaría de Aguirrelanda por estos hechos.

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El caso es que amenazó con el rastrillo al funcionario. En un momento dado hizo ademán de clavárselo, ante lo que el guarda forestal adelantó un brazo a modo de maniobra defensiva y recibió el impacto de la herramienta agrícola, un palo de más de un metro de longitud con unas cuatro púas metalicas en uno de sus extremos. Cuando la víctima optó por huir, el ahora sospechoso «se lo tiró como si fuera una lanza». No acertó.

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