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De recordar poco o nada de lo sucedido aquella mañana del 19 de noviembre de 2017, como testificó en la primera sesión del miércoles, a confesar ayer su autoría y pedir «perdón» a la víctima «y a su familia». A cambio, el agresor sexual de ... la plaza Santa Bárbara obtuvo una rebaja inmediata en su condena, dictada a viva voz en la Audiencia Provincial de Álava. De los doce años de prisión solicitados al alimón por la Fiscalía de Álava y la acusación particular se pasaba a siete años y diez meses.
Ya ha cumplido casi dos entre rejas, puesto que permanece recluido desde el momento de los hechos. El fallo, de conformidad por todas las partes, incluye además varios apartados extra. Deberá indemnizar con algo más de 12.000 euros a su víctima, una joven de 20 años, y hacerse cargo de las costas de todo el procedimiento judicial.
También se le impuso una década de libertad vigilada una vez recuperada la libertad y el mismo tiempo de alejamiento, o comunicación, de la denunciante. En la práctica, ambas cláusulas quedarán en segundo plano puesto que será expulsado del país cuando acceda al tercer grado. El ya condenado es de origen subsahariano.
¿Qué le hizo cambiar de discurso en apenas 24 horas? Para Antonio Luis González Sastre, el letrado de la acusación particular, «la clave
ha sido la declaración de mi cliente. Fue contundente, sólida, narró sin fisuras lo ocurrido y hoy (por ayer) las pruebas iban a corroborarlo punto por punto». Esas evidencias eran las grabaciones de varias cámaras de seguridad, el ADN o el examen médico a la joven, realizado al poco de ser rescatada por tres viandantes con alma solidaria.
Esta chica relató el miércoles cómo cambió de ruta al encontrarse la céntrica plaza en obras. Ahí fue la primera vez que detectó al sentenciado. Las cámaras de seguridad, la zona está plagada de ellas, grabaron cómo la siguió «200 metros». A la altura de la pasarela de El Corte Inglés, la alcanzó y, por la fuerza, se la llevó a una parte escondida de un jardín lateral.
La joven se defendió en todo momento. Mordió a su atacante. También él a ella. Gritó, reclamó auxilio a viva voz y éste le tapó la boca. Al poco, una mujer en bicicleta que pasaba por allí escuchó la llamada de socorro. Vio a los dos, él encima, y preguntó si pasaba algo. Él puso de excusa que se trataba de una discusión de novios, extremo que la víctima negó de raíz.
Dos varones se unieron. Sólo ahí, el agresor depuso su actitud, se levantó y se marchó. Hubo un aviso al 092, las patrullas buscaron al sospechoso por las calles adyacentes. Algunos uniformados se internaron en la manzana en obras por si se hubiera escondido por ahí.
Fue uno de los salvadores de la chica quien habilitó el arresto. De camino a su casa atisbó al entonces sospechoso cuando salía de una cafetería cercana. Acabó detenido y, tras hacer noche en un calabozo de Aguirrelanda, ingresó en prisión, donde permanecerá una larga temporada hasta su exilio forzoso.
El ataque sexual. La mañana del 19 de noviembre de 2017, el ya sentenciado siguió 200 metros a su víctima. La agredió sexualmente en la plaza de Santa Bárbara. Testigos le espantaron y fue arrestado minutos después.
El fallo. Ayer reconoció su autoría. Logró una rebaja de la pena. De 12 años a 7 años y 10 meses. Al ser de origen extranjero será expulsado cuando obtenga el tercer grado.
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