Adurza vive entre el colapso y la espera

La secuencia, que corresponde al día a día de Fernando, un vecino de la calle Heraclio Fournier, bien podría ilustrar por sí misma la larga espera que viven los miles de vitorianos que pasan por la rotonda de Esmaltaciones, que oposita al dudoso honor de convertirse en el principal tapón de tráfico de la ciudad, a la altura de América Latina. A la ya de por sí exasperante saturación del tráfico habitual y la acumulación de soluciones que no han terminado de concretarse en los últimos años, se unió el pasado verano el Bus Eléctrico Inteligente, con la reciente promesa de que gran parte del caos circulatorio se solventará con la creación de un tercer carril en la rotonda. La intervención, a la que se unirán mejoras en el pavimento en la misma zona y en Mendizorroza, retrasará seis meses más la implantación del bus exprés, hasta el verano de 2021, lo que volverá a poner a prueba la paciencia de los vecinos de la zona Sur de la ciudad.

Porque la calzada que discurre por Iturritxu y Zumabide es un eje de comunicación clave entre el Este y el Oeste de Vitoria. Salburua y Zabalgana con los polígonos industriales de Oreitiasolo por un lado y Júndiz y Subillabide por el otro. Añádanle algunos hipermercados y colegios por la zona para obtener un fenomenal embudo circulatorio que en horas punta atrapa a miles de conductores, ciclistas y peatones.

En la calle Iturritxu, donde las obras se vuelven mucho más palpables, existe hoy una zanja enorme donde antes había vegetación. La arteria, de hecho, ganará en torno a 150 metros de ancho para que el autobús eléctrico pueda circular por él. Además de la eliminación de una serie de árboles, incluidos en los cerca de 450 que incluye el proyecto constructivo, los trabajos ocupan un gran tramo de la acera y el bidegorri que vienen de la rotonda.

Los conductores, no obstante, parecen haber desarrollado una especie de resignación por el tiempo transcurrido y el embotellamiento que sufren tanto en la glorieta como en las calles colindantes. «Los peores momentos se dan entre las 7.30 y las 9.00 horas, cuando muchos trabajadores van hacia Júndiz. Y, por la tarde, hacia las 18.00», asegura Fernando. Para Pilar, en cambio, los peores instantes se producen a la hora de «recoger a los niños del colegio y en los partidos del Alavés».

No obstante, los vecinos que suelen acudir con los vehículos a las zonas más próximas aseguran haber experimentado cierta mejoría a la hora de aparcar, uno de los grandes contratiempos que ha experimentado el Sur de la ciudad, desde mucho antes de que comenzaran las obras del BEI. «No sé si han empezado a liberar algunos puntos de la obra, pero he notado que ahora tardo menos en encontrar sitio». No obstante, reconoce que la situación ha empeorado en los dos últimos años, en los que ha pasado de aparcar «a la primera», a tener que dar «dos o tres vueltas a la manzana».

Los trabajos del BEI, mientras tanto, continuarán en los cuatro puntos actuales, en los mismos que comenzaron el pasado verano. Se trata de los entornos de Mendizorroza, Esmaltaciones, el HUA Txagorritxu y Zumaquera, en las proximidades del centro cívico Hegoalde. En las próximas fechas, todavía sin concretar, comenzará a abordarse una segunda fase en la calle Beato Tomás de Zumárraga, frente al seminario. No obstante, en este punto deberá llevarse a cabo una adecuación de la parada del autobús. Además, fuentes del gobierno municipal recuerdan que la planificación puede ser revisada en cualquier momento para realizar las mejoras de Amvisa y la reforma del pavimento anunciada por este periódico.