![El 'BEI francés' se ha integrado en el paisaje urbano de Bayona.](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202010/18/media/cortadas/ala-bei1-kuWD-U1204920964548mD-624x385@El%20Correo.jpg)
![El 'BEI francés' se ha integrado en el paisaje urbano de Bayona.](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202010/18/media/cortadas/ala-bei1-kuWD-U1204920964548mD-624x385@El%20Correo.jpg)
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El Hotel Plaza se asoma a una de las postales más típicas de Biarritz. La silueta art déco del Casino Barrière, las olas rompiendo en la Grande Plage y la avenida aporticada Edouard VII, donde antes brillaba aquel lujo chic y hoy apenas resiste la ... boutique de Hermès. Y aquí, en esta acuarela de tonos pastel hecha ciudad, de repente irrumpe un artefacto de color negro piano, que brilla aunque el día se ha quedado plomizo. Es tan silencioso que parece levitar por el asfalto. Es tan moderno que resulta hasta anacrónico. El Tram'bus, que entrará en servicio en Vitoria el próximo año bautizado como BEI, lleva ya un año rodando, orgulloso, entre Bayona y Biarritz. Las autoridades y los usuarios coinciden: «Está siendo un éxito». EL CORREO ha viajado hasta las ciudades francesas para comprobar cómo funciona.
El flujo de personas entre Bayona (49.200 habitantes) y Biarritz (24.400) es constante. Ambas encabezan una conurbación que alcanza los 160.000 vecinos. Y su unión por transporte público ha supuesto un recurrente quebradero de cabeza para las autoridades francesas por culpa de los terribles embotellamientos que se forman día sí, día también en sus periferias. La solución llegó con el BEI (Bus Eléctrico Inteligente), el BRT (Bus Rapid Transit), el BHNS (Bus Haute Niveau de Service), distintas sopas de siglas para referirse a un mismo coloso de los autobuses, espabiladísimo y limpísimo.
De la trasera del Ayuntamiento de Biarritz al barrio de Les Hauts de Bayonne, el Tram'bus lleva rodando a lo largo de 12 kilómetros, con 30 paradas, desde el 2 de septiembre de 2019 tras un desembolso de 168 millones de euros. El presupuesto inicial para el BEI vitoriano es de 42,8 millones (que se disparan a 76 según los últimos cálculos del Partido Popular). Sin embargo, conviene tomar cierta perspectiva a la hora de realizar comparaciones. En el caso del 'BEI francés', el coste total está calculado para dos líneas, con un trazado total de 25 kilómetros (en Vitoria, recorrerá 10 kilómetros), el material rodante, los sistemas de carga y de información, los tres parkings disuasorios que se han construido y la ampliación de las cocheras.
Aquí, en Bayona, ya se preparan para estrenar la segunda línea, que unirá el centro de la ciudad con la vecina Tarnos. La mayor parte de la intervención urbanística ya está rematada. Y, entre tanto, a este 'bus del futuro' ya le ha salido competencia. En Pau (77.215 habitantes) cuentan con un sistema de BEI muy similar en la epidermis, pero con los pulmones de hidrógeno, la verdadera esperanza blanca de la movilidad sostenible. La carrera por presumir del transporte más puntero, más ecológico, más eficiente de Europa es ardua. Vitoria quería ser la primera y ya va un par de paradas por detrás. Esto avanza que es una barbaridad.
La Place d'Ixelles, en Biarritz, ha sufrido una profunda transformación con la llegada del Tram'bus, que, tras detenerse, comienza el proceso de carga rápida. El pantógrafo, una suerte brazo articulado, se extiende para engancharse al poste donde 'reposta' megavatios. La operación lleva apenas unos minutos, lo justo para que los pasajeros en dirección a Bayona tomen asiento. «Yo sólo le veo ventajas, es más fácil, más silencioso, más simple, más puntual que los autobuses de antes», señala Jacques Damongeut. Como él, la mayoría de los 1,9 millones de pasajeros que ha captado la línea este año están encantados. «Y sólo cuesta 80 céntimos el billete», apunta.
Dos líneas
El modelo, el Irizar ieTram 18, (y su versión algo más compacta de 12 metros) es idéntico al que operará en la capital alavesa. A bordo, la experiencia es muy similar a la de cualquier autobús. Con algo menos de traqueteo, con bastantes menos ruidos y más pantallitas, pero no deja de ser un autobús convencional. El vehículo cuenta con piso bajo y cada parada está elevada para, en teoría, acceder sin ninguna dificultad. Sin embargo, meter sillitas de bebé no resulta tan cómodo como en el tranvía. No es tan accesible.
El bus sale de Biarritz para enfilar por la periferia con esas casitas bajas y todos esos polígonos repletos de almacenes de jardinería, de tiendas de colchones baratos y supermercados. Atraviesa rotondas a sus anchas y circula con prioridad sobre los coches, a ratos, en carriles propios. Los semáforos se adaptan a su paso.
Al llegar a Anglet, ya se ha llenado de escolares que acaban de salir de clase. Hay más cuchicheos que gritos y la mayoría están absortos en las pantallas de sus móviles. Todos los asientos cuentan con un USB que permite la carga de dispositivos. «Está genial, a estas horas muchas veces ya no tienes batería y así lo puedes cargar camino a casa», cuenta Bruno, mientras mira un vídeo de TikTok. «Ahorramos más de 15 minutos en llegar a casa», aseguran Leyre, Irune e Intza a su lado.
Tras bordear durante unos metros el Adour, el Tram'bus llega hasta la place de la Liberté, en pleno centro de Bayona. En total, 26 minutos de reloj. «Hay que reconocer que es muy cómodo, aunque me sigue pareciendo demasiado caro y no soluciona del todo los problemas de atascos», sostiene Sophie Mastière mientras apunta hacia el puente del Saint-Esprit donde una unidad se ha quedado varada en un mar de coches parados.
Resulta curioso cómo también buena parte de las críticas que rodean al proyecto en Vitoria se replican aquí, como en un espejo. La oposición al Tram'bus -en ambas ciudades francesas, bastante anecdótica-, también puso el grito en el cielo por el sobrecoste y el despilfarro que suponía su llegada. Bastante más repercusión tuvo la tala de arbolado que, igual que en la capital alavesa, hubo que realizar en algunos puntos del trazado. Son baches que hubo que sortear para tomar la delantera. A Vitoria el BEI llegará más tarde, pero también más rodado.
168 millones de euros. Es el presupuesto total de las dos líneas de Tram'bus entre Biarritz y Bayona. El Estado francés (12 millones), el departamento Pyrénées Atlantiques (10 millones), la Communauté d'Agglomeration Pays Basque (15 millones), la ciudad de Tarnos (1 millón) y el ente público-privado Syndicat des Mobilités Pays Basque-Adour (92 millones) sostienen el proyecto.
Frecuencias En horas punta pasan unidades cada 10 minutos. A partir de las 21.00 horas, aumentan hasta los 20 minutos (30, los fines de semana).
1,9 millones de usuarios ha registrado la línea (de 12 kilómetros y 30 paradas) en su primer año operativo. Según sus responsables, «un éxito a pesar de la pandemia».
La financiación suele ser una una de las aristas más afiladas de un proyecto, que hace que hasta el plan mejor trazado en los planos pueda descarrilar. En el caso del 'BEI francés', hasta cuatro administraciones distintas (el Gobierno francés, el departamento 64, la ciudad de Tarnos y la Communauté d'Agglomération Pays Basque) le han puesto kilovatios a un bus eléctrico que ha hecho acelerar la conexión entre Bayona y Biarritz. «Aunque al comienzo hubo algunos problemas, como ocurre con cualquier nuevo medio de transporte, el Tram'bus está encontrando su sitio, ha cambiado para siempre nuestra forma de movernos», asegura Jean-Luc Louis, máximo responsable del Syndicat des mobilités Pays Basque-Adour, la sociedad público-privada que gestiona la línea.
Louis pone cifras al «éxito» del nuevo medio de transporte. «Tras la puesta en servicio, se han registrado 1,9 millones de viajes a pesar del impacto que ha tenido este año la pandemia del Covid-19 y ha conseguido el calmado del tráfico, sobre todo en Bayona», apunta.
La teoría de los padres del proyecto es que el 'BEI francés' ha logrado atraer a más usuarios al transporte público. «Ahora tenemos un 35% más de viajeros de los que lograban antes las líneas convencionales en el mismo recorrido». En definitiva, se ha logrado sacar coches de la carretera.
A pesar de que la integración en la trama urbana del nuevo bus ha sido bastante blanda tanto en Biarritz como en Bayona: las obras se han limitado, en general, a adaptar carriles y rotondas, el Tram'bus «también nos ha dado la oportunidad de replantear espacios públicos», sostiene el responsable, sobre las peatonalizaciones y reformas de plazas y calles completas que se han realizado en las dos ciudades.
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