Las acusaciones mantienen los 25 años de cárcel para el asesino de Ana Belén y la defensa baja a 15

No se ha discutido en estas más de 42 horas de juicio con jurado sobre los hechos. Todas las partes hablan de «asesinato con alevosía». El autor confeso –'cantó' a las 24 horas de ser detenido por la Policía Nacional– se enfrenta a una serie de atenuantes y agravantes que marcarán su tiempo definitivo entre rejas.

Hay coincidencia en que el procesado atacó a Ana Belén sin darle la opción de defenderse (alevosía) y que se trata de un crimen de violencia de género.

Sobre lo que ha girado este proceso es en torno a otras cuestiones. Si hubo o no ensañamiento (16 martillazos, el sexto mortal, aunque el primero dejó insconciente a la víctima). Pero también si deberían rebajarle la pena por reconocer los hechos (el día 4 de octubre señaló el arma usada a los investigadores). Si ha reparado el daño causado (cedió todas su pertenencias, deudas incluidas, a sus dos hijos). Y si han existido dilaciones indebidas (el juicio ha llegado a los 3 años y dos meses de los hechos).

Sobre estos conceptos decidirá a partir de hoy, jueves, el jurado de nueve ciudadanos anónimos. Cada punto condenatorio precisará de siete votos, la absolución bastará con cinco. En función de lo que decidan (su veredicto se espera hoy o mañana), la jueza Elena Cabero impondrá los años a la sombra. Ese dictamen llegaría a lo largo de diciembre. Se trata del primer caso de asesinato para esta magistrada con una larga trayectoria y conocida por ser la firmante del fallo del caso De Miguel, la trama de corrupción del PNV alavés.

En sus alegatos finales, la fiscal Camino Méndez recordó que «eligió el martillo y fue aumentando los golpes para alargar el sufrimiento». Patricia Gómez, representante de las hermanas de la víctima, agregó que «sus hijos han tenido que afrontar una deuda dejada por su padre de 122.148 euros». Raimundo Arribas, en nombre del Área Foral del Menor puesto que uno de los hijos no ha alcanzado la mayoría de edad, matizó que su cliente «no ha empezado a elaborar su dueño. Hay una secuela moral». José Miguel Fernández, Fote, de Clara Campoamor, tildó al procesado de «un muy buen actor».

Pepe Ojea, letrado de Agustín, enfatizó que «son hechos deplorables, sobre los que no cabe justificación. Agustín los ha reconocido, debe pagar. Pero de acuerdo a la ley. No podemos guiarnos con ánio de venganza o con ánimos ejemplarizantes».

El encausado pidió perdón en su turno de palabra. Durante 29 segundos, este exempleado de Mercedes manifestó que «quería pedir disculpas a todos los que hemos estado aquí varios días. Sobre lo que se ha visto y se ha oído, hay muchas cosas que en este caso unas son ciertas y otras no. Pero aparte de eso quería pedir perdón a la familia de mi mujer, a la familia mía y sobre todo a mis hijos. Nada más».