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El detonante fue una actuación en el Teatro de las Esquinas de Zaragoza a principios de este mes. La actriz Lola Herrera abandonó el escenario molesta por un móvil que no paraba de sonar. «No tuve más remedio que parar porque te vuelves loca ... con ese ruido; te destroza la cabeza», declaró al finalizar. La escena se repite en los diferentes recintos de España. Una llamada o una notificación se convierte en la peor pesadilla de los intérpretes y, también, del resto de espectadores.
Para evitarlo, la red de teatros municipales de Vitoria ha puesto en marcha una campaña especial. Durante la temporada invierno-primavera, las funciones del Principal irán precedidas de una intervención de la actriz Josune Vélez de Mendizabal destinada a concienciar y convencer al público de que apaguen los teléfonos móviles. Esta pequeña muestra dramática, en euskera y castellano, pondrá el acento sobre ello cinco minutos antes de cada función. Este mismo viernes se pone en marcha antes de que comience 'Cosas que sé que son verdad'.
La iniciativa se complementa con el reparto entre el público de unos folletos encabezado por la pregunta: ¿Podrías prescindir del móvil durante 90 minutos?. En ese libreto se advierte de que el sonido de los dispositivos «interrumpe, desconcentra a los profesionales y molesta al resto del público». También avisa de lo evidente: la luz de la pantalla se ve desde el escenario y el «modo vibración también se escucha». Esta medida es adicional a la que ya toman todos los teatros nacionales. Inmediatamente antes de cada función, se le requiere al espectador por los altavoces que apague el teléfono.
El plante de Lola Herrera, quien más tarde volvió al escenario, no ha hecho más que mostrar el cansancio de un sector ante esa falta de respeto. Y es que desde que el uso de los móviles se ha extendido, las luces y las llamadas se han convertido en una molestia para los actores. Así lo expresaba Miguel Rellán en una entrevista con este periódico el año pasado con motivo de la representación de '7 años' en el teatro de la calle San Prudencio. «Cuando voy a cualquier teatro, estoy continuamente pidiendo a la señora o el señor de al lado que por favor, apague el móvil».
En Vitoria no faltan ejemplos. En 2004, durante la actuación de 'Los hijos de Kennedy', la actriz Maribel Verdú paró la función mientras sonaba una llamada. Cansada de ver a una espectadora pendiente del móvil le dijo «cójalo, hágalo». Mucho más reciente, en noviembre del año pasado, el actor Israel Elejalde mostró su enfado por el molesto ruido del móvil de otro espectador del Principal. Por ello, soltó un grito que encajaba con el guion. «Ahí te quedas escuchando los móviles del público», le dijo a un compañero de reparto. No abandonó la escena, pero su cara de pocos amigos era visible en el saludo final del montaje 'Los Mariachis'. En otras ocasiones, el móvil ha entrado en escena por una cuestión creativa, como en 'Perfectos desconocidos'. Elena Ballesteros, actriz de este montaje, ya avisó: «Si no pones límites al móvil estás perdido».
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