La pobreza se agudiza en Álava

Los datos son claros: esta entidad está acompañando a 3.822 unidades familiares en Álava. Se han convertido en su salvavidas para salir de este atolladero. Si bien los número dibujan una mejoría respecto al año pasado, cuando fueron 5.153 hogares, la realidad demuestra que el escenario ha empeorado. ¿Por qué? Porque «la distancia entre quienes tienen sus necesidades cubiertas y quienes sufren por no tenerlas aseguradas sigue creciendo». Es decir, a esas cuatro mil familias cada vez se les aleja más la posibilidad de revertir la situación.

Tras esa realidad, existen otros datos representativos. El rostro de la pobreza sigue siendo femenino e inmigrante. «Sigue respondiendo fundamentalmente a migrante y mujer, procedentes en un alto número del sur de América», explican desde Cáritas. Y en cuanto a las necesidades más demandadas, las avanzadas al comienzo. «Las más comunes fueron las relacionadas con la vivienda: el acceso, el pago de suministros, la necesidad de regularización para personas migrantes como vía de arraigo laboral y formativo», detallan.

Cáritas insiste en señalar la «precariedad laboral como un factor determinante en los índices de exclusión», dado que tener un empleo continúa sin ser garantía para salir de la pobreza. «Las personas en situación de exclusión acusan como principal dificultad para su integración social, no poder cumplir con los requisitos exigidos para el acceso a una habitación o vivienda en alquiler, debido a lo desorbitado de los precios.

«La disparidad entre el crecimiento de los ingresos y el aumento de los gastos, unido al elevado porcentaje de trabajadores pobres, está provocando que se desborde la capacidad de muchas familias que ya se encontraban en situación de vulnerabilidad». Algo que afecta también el apoyo ante la crisis generada por la subida de los precios, tanto en alimentación como en suministros, material escolar, ropa y otros productos que componen la cesta básica, detallan.