El procesado se acogió a su derecho a no declarar. D. G.

Agresión sexual en Vitoria

«Mi abuelo me tocaba cuando íbamos a comprar el pan y en su habitación»

La Fiscalía de Álava reclama una década de cárcel para un minusválido de 67 años por abusar de su nieta, que presenta una discapacidad severa

Martes, 31 de octubre 2023, 00:18

«Mamá, mamá, el abuelo es un mentiroso. Dice que no me da besos en la boca y es mentira». Con esta frase, soltada de « ... manera espontánea» durante una cena en su casa, la normalidad de una familia corriente vitoriana saltó por los aires. La pronunció una joven dependiente con una discapacidad del 77% y «una edad mental de 8 años», según las expertas que la asistieron. El aludido respondió con un «calla, calla, ya estás con tus tonterías». Fue expulsado de la casa, donde había sido acogido medio año antes por su hija y madre de la presunta víctima. Horas después le denunció a la Ertzaintza.

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Aquel seísmo tuvo lugar en el verano de 2021, con la pandemia aún golpeando. Ayer lunes, este sexuagenario acudió a la Audiencia Provincial de Álava acusado de agresión sexual sobre su propia nieta. Lo hizo en silla de ruedas puesto que le falta una pierna. Se expone a diez años de cárcel y 12.000 euros de indemnización por los daños morales. Este hombre se acogió a su derecho a no declarar. Ni a las preguntas de la fiscal Aída Lozano ni a las de su letrada, Esther Santiago.

Sí se conoció la versión de la víctima. El tribunal –integrado por los magistrados Francisco García Romo, Elena Cabero y Ana Zulueta– pudo escuchar y ver la entrevista que le hicieron en el juzgado de guardia pocos días después de que su progenitora sacara el asunto a la luz.

La víctima

«Ocurrió un montón de veces. Me hizo daño y me hizo sentir mal»

Con evidentes dificultades para expresarse, la chica sí dejó claro que «estoy aquí por el abuelo». Asimismo relató tocamientos «cuando bajábamos a comprar el pan», se supone que sucedieron en un parque cercano a la vivienda propiedad de su madre. Desveló ataques similares en la habitación de este hombre de 67 años. Ocurrió «un montón de veces». En el vídeo, la joven aclaró que «me hizo daño» y que «me sentía mal».

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Como casi siempre sucede en las denuncias sexuales en el ámbito familiar, no hay testigos al margen del supuesto atacante y de su víctima. De ahí que el resto de la vista oral versara sobre la verosimilitud del testimonio de la nieta.

Una perito sobre la víctima

«Su capacidad no da para construir un relato falso y mantenerlo en el tiempo»

Su madre manifestó que, tras la revelación del 'secreto', habló a solas con el encausado, a la sazón su propio padre biológico. «Le pregunté si era verdad y él me dijo: '¿qué quieres, que me vaya?'. Le dije que sí». 24 horas después cumplió sus deseos, cerrando una etapa de seis meses en ese hogar. «Le habían amputado la pierna y le acogimos». Sobre su pequeña, esta mujer agregó que «los días siguientes (a la denuncia) estuvo más irascible. A día de hoy no quiere hablar del tema». Dos años han transcurrido.

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Una persona «vulnerable»

Hasta cuatro peritos se entrevistaron con la víctima durante la investigación. Ayer lunes, en la Audiencia de Álava, coincidieron en que su relato «no es espontáneo» pero por su dificultad para expresarse. «Su capacidad no da para construir un relato falso y mantenerlo en el tiempo», indicó una experta. «No creo que tenga capacidad de simulación. Es vulnerable en todos los sentidos». También se oyó en la sala que «no vi tristeza ni malestar intenso, aunque sí rechazo al abuelo y a hablar con él».

En las conclusiones, mientras el Ministerio Público insistió en los diez años de cárcel, la defensa pidió la nulidad del juicio por un defecto de forma. La denuncia «tenía que haberla presentado la chica, no su madre». De naufragar esa vía, pidió la absolución de patrocinado «por la falta» de evidencias.

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