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Dos años ha durado el sinvivir de un vecino de Vitoria de 44 años. Su hijastra le acusó de agredirla sexualmente cuando se quedaban a solas en casa. La chica, aún menor de edad, le incriminó tras ser pillada por otro familiar ebria, de ... madrugada, en una discoteca de una ciudad costera donde pasaban las vacaciones. Poco después, y acompañada por su madre y actual pareja de este hombre, presentó denuncia ante la Policía Nacional.
Veinticuatro horas después, ya de vuelta en la capital del País Vasco, la adolescente se retractó ante su entorno más cercano, el mismo que se había volcado en ayudarla. También negó ataque alguno durante la fase de instrucción. Idéntica declaración realizó hace unas semanas en el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Álava. A su padrastro le pedían 11 años de prisión, a sustituir por su expulsión del país. Este hombre en todo momento se ha declarado inocente. De hecho, su abogado, Alejandro Gómez, siempre ha pedido la absolución.
El fallo redactado por la magistrada Elena Cabero, y secundado por sus compañeros Jesús Poncela y Ana Zulueta, considera que no existen indicios suficientes para condenar penalmente a este hombre.
Remacha el texto que la menor sólo 'habló' cuando el familiar que la sorprendió en la sala de fiestas amenazó con avisar a su madre. En ese primer momento, ella refirió ataques sexuales desde «2019 a 2022». Ya en la sala de vistas de la Audiencia aseguró que contó las supuestas agresiones «por miedo a la reacción de mi madre» por beber y salir sin su permiso.
Ante la sospecha de que ese cambio de versión se debiera a algún tipo de presión familiar o del entorno, el caso acabó en juicio. En concreto en la Audiencia Provincial de Álava, donde se revisan los delitos más graves. Sí es verdad que los peritos de la Unidad Forense de Valoración Integral matizaron que «la retractación se había producido porque su familia la había rechazado».
A lo que el tribunal responde que «en el primer momento fue creída por todos sus parientes, incluyendo su madre. El acusado se tuvo que marchar del domicilio porque el hermano y el tío de la menor le querían pegar». También apuntan los magistrados que fue la progenitora quien solicitó una orden de alejamiento, que fue concedida y que «dejaría sin aval la conclusión del informe pericial».
En la vista oral, este hombre ya proclamó que «quisiera recuperar a mi familia. No soy una amenaza para ella, la quiero como una hija a pesar del error que ha cometido conmigo para que su madre no la castigara».
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