«El absentismo es un problema cultural en Álava, cuesta creer que aquí la gente enferme el doble»

- ¿Qué planta se encontró y cómo la deja?

- Encontré una gran fábrica, diversificada, que goza de la confianza del grupo y que tiene gente muy profesional. Y dejo una planta que gracias a la importante transformación en los procesos de fabricación puede realizar los productos más avanzados. También ahora hay una mayoría de interlocutores sociales más dialogantes -el comité ha cambiado de mayorías y CC OO ha desbancado de la presidencia a CGT-.

- ¿De qué se siente más satisfecha en su paso por Vitoria y que le ha faltado por hacer?

- Satisfecha, sobre todo, de contribuir a la creación de empleo de calidad. En este periodo han ingresado, con continuidad, más de 700 personas entre las que el 20% han sido mujeres. Y más de 800 trabajadores, tras dos años con nosotros, han pasado a tener contrato indefinido. Siempre hay cosas por hacer, tenemos que estar en permanente evolución para no quedarnos atrás.

- Siempre ha dicho que el absentismo es un problema importante en Michelin en Vitoria, que según las últimas cifras ronda el 8%. ¿Cómo se puede combatir?

- Es un problema importante y se acrecienta año tras año. Creo que es un problema cultural en Álava, que no sólo afecta a Michelin. Cuando uno está enfermo, tiene que quedarse en casa hasta que esté totalmente restablecido, pero me cuesta creer que en Álava la gente enferme o tarde en recuperarse casi el doble que en otras fábricas similares de otras regiones. Es un importante problema de competitividad.

- ¿Cómo está afectando a Michelin la 'crisis del diésel' y la incertidumbre en la automoción?

- Hay que cuidar mucho los mensajes y decisiones que pueden crear dudas, pues repercute en nuestra actividad. Hemos de ser todos conscientes de que, si hay que reconvertir por completo una fábrica para adaptarse a nuevas exigencias, las empresas tendrán más tendencia a invertir en zonas de bajo coste.

- ¿También bajarán la producción como le sucede a Mercedes?

- La visibilidad que tenemos no es muy optimista, partimos de previsiones más bajas que el año pasado.

- ¿Qué más amenazas tiene ahora la industria automovilista?

- La mayor amenaza es la entrada masiva en Europa de competidores 'low cost' provenientes sobre todo del mercado asiático. Europa es para los fabricantes asiáticos un terreno de juego lucrativo y atractivo y se plantean unos retos enormes para nuestras plantas, ya que con nuestros costes de fabricación es muy difícil competir con ellos.

- Y en Vitoria, ¿Michelin está preparada para esos retos?

- En los tres últimos años hemos invertido más de 200 millones de euros en la fábrica en muy diferentes ámbitos: seguridad, ergonomía, higiene, climatización, calidad... Sí que conviene destacar una nueva línea de fabricación de mezclas en la actividad de semiterminados que permitirá aumentar su capacidad de producción en un 20%, y también importantes modificaciones en la zona de neumáticos de turismo para orientar nuestra actividad a ruedas de mayor tamaño, mayor valor añadido y mejores prestaciones.

- Ahora le releva al frente de la factoría Mariano Arconada. ¿Qué retos tendrá por delante?

- Mariano es un gran profesional con amplia experiencia y sólo ha de adaptarse al nuevo contexto. Eso sí, con competidores muy agresivos, la planta ha de asegurar tres cosas: unos productos innovadores, un buen servicio al cliente y un precio que el consumidor esté dispuesto a pagar. En innovación Michelin está a la vanguardia, es nuestro ADN. Ahora tenemos que ser más flexibles en nuestra fabricación y reducir nuestros costes.

- Los accidentes laborales, sobre todo los que acabaron con la muerte de un trabajador -dos fallecidos en 2017 y uno en 2018-, habrán sido para usted el peor momento.

- Efectivamente, por desgracia han sido los peores momentos, no de mi periodo en Michelin en Vitoria sino de todo mi recorrido profesional y de los peores de mi vida. Hay dos casos de accidentes muy traumáticos que no mezclaría con otros sucesos dramáticos ligados a la salud

- ¿Hay mucho por mejorar en materia de prevención en Michelin?

- La seguridad es nuestra mayor prioridad. Es asunto de todos y, aparte de las cuantiosas inversiones que realizamos, trabajamos día a día para cambiar la cultura de seguridad y los comportamientos de las personas, que a veces asumen riesgos innecesarios dentro y fuera de la empresa. También es duro y lamentable ver cómo ciertos compañeros, aun falseando la realidad, intentan sacar provecho de hechos tan terribles con el único objetivo de hacer daño a su empresa.

Ver salir los neumáticos de la línea de producción y oler la goma es algo que le «encanta» a la nueva presidenta de Michelin, que asume el reto «con ilusión y consciente de la responsabilidad que conlleva» el nuevo cargo, con cuatro fábricas -Vitoria, Lasarte, Valladolid y Aranda de Duero-, un centro de investigación y una sede comercial bajo su dirección. A Mari Paz Robina le gustaría que más mujeres tuvieran inquietudes industriales y apuesta por ellas para ocupar «todos los niveles de responsabilidad».

- ¿Por qué a las jóvenes les cuesta todavía estudiar ingenierías o carreras técnicas?

- Sigue habiendo menos chicas en algunos carreras pero esto va cambiando y la evolución es positiva. Supongo que aún queda camino de visibilizar trayectorias profesionales de mujeres en estos ámbitos. Nosotros tenemos cerca de 100 mujeres con estudios de ingeniería o similar en Vitoria.

- ¿Les cuesta encontrar los perfiles profesionales que demandan?

- Pese a haber recibido en el último año 17.000 currículos, nos cuesta encontrar personal de mantenimiento, pero creo que es un problema generalizado de la zona.

- La Formación Profesional, sobre todo la dual, ¿es una buena cantera para Michelin?

- La FP dual es un buen modelo educativo en el que nosotros participamos, pensamos que sí es una buena cantera y creo que en Euskadi se trabaja mucho este tema desde los centros de formación y desde las instituciones.

- Usted es 'rara avis' al ser una mujer al frente de un industria, primero de una planta y ahora ya de todo un grupo. ¿En su caso no hay techos de cristal?

- Tengo la suerte de estar en una empresa en la que se valoran las competencias de las personas con independencia de su género. Nunca me he sentido discriminada y eso es de agradecer.

- Pero no es lo habitual. ¿No se ha avanzado mucho en materia de igualdad?

- En la industria, y más en sectores como el mío, la presencia de mujeres en puestos de responsabilidad es escasa. No podemos negar que en la sociedad sigue habiendo desigualdad y queda camino por recorrer en la mentalidad de hombres y quizá de algunas mujeres. La discriminación no obedece a ninguna lógica. Las mujeres pueden y deben ocupar puestos en todos los niveles de responsabilidad, en pro de la igualdad y del éxito empresarial.

- ¿Qué piensa cada vez que se conoce un nuevo crimen machista?

- Me indigna y me entristece, como no puede ser de otro modo, es un drama social. Y mientras existan casos, no podremos hablar de igualdad ni de una sociedad sana. Es muy alarmante el número de casos de violencia de género entre gente muy joven. Pienso que hay que reforzar aún más la educación en igualdad desde la infancia.

- ¿Y qué le parece el discurso del nuevo actor en la política española, Vox, al respecto, poniendo en tela de juicio la ley de violencia de género?

- La violencia de género es un drama social de tal envergadura que no entiendo discrepancias ni debates políticos de ningún color.