180 aniversario de la Guardia Civil

«Abrir a la ciudadanía el cuartel de la Guardia Civil en Vitoria tiene gran simbolismo»

«Supone un paso enorme hacia la normalización de la presencia de la Guardia Civil y de otros cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. Creo que es una jornada de puertas abiertas pero también de mentes abiertas, porque se hace con el espíritu de normalizar la presencia y el trabajo después de años muy duros. Es una jornada de un gran simbolismo», ha insistido la política del PSE. Desde las 11.00 horas, el cuartel de Sansomendi se ha llenado de vitorianos y alaveses, quienes han desfilado por los diferentes stands preparados por el instituto armado.

Acompañando a Garmendia se encontraba el general de brigada José Antonio Mingorance, máximo responsable del acuartelamiento alavés y uno de los precursores de este cambio de mentalidad en el instituto armado, líder en aprehensiones de drogas en el País Vasco. «Esperábamos que viniera gente, pero que haya tanta gente nada más empezar es un motivo de satisfacción», ha alabado a eso de las 11.20 horas. Respecto a este acto de normalización, ha indicado que «agrada mucho la respuesta ciudadana y la normalidad, no como en otros tiempos. Hay curiosidad por ver nuestras especialidades y los recursos de que disponemos».

Un dron ha sobrevolado la instalación. Lo dirigían desde un puesto de mando para emergencias. En otras carpas se ha mostrado el trabajo de las unidades de desactivación de explosivos, subacuáticos... Pero las estrellas de la jornada quizá hayan sido un Hummer blindado y las motos eléctricas. Vera, de 6 años, y su hermana Noa, de 8, han acudido con su aita. «No sabíamos muy bien qué era la Guardia Civil, pero nos han encantado montarnos en sus coches. Está todo chulísimo», han agradecido.

José y Pedro, de la asociación vecinal Kaleartean y habitantes del barrio desde hace décadas, también han alabado la iniciativa. «En Sansomendi se quiere a la Guardia Civil. El nuevo general (en referencia a Mingorance) ha hecho mucho por acercar aún más al cuerpo a la gente. Su disposición a ayudar cuando le planteamos cualquier problema es absoluta».

Minutos antes, el aludido ha agregado a EL CORREO que «siempre tenemos satisfacción cada vez que el ciudadano se acerca a nosotros, vemos que hay proximidad, que no nos tienen 'miedo'. No nos ven como un bicho raro. No tenemos cuernos ni rabo. Somos como ellos. Cuando salgo de la Comandancia, sin uniforme, me relaciono con los vecinos del barrio como uno más».