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«Tenemos todos los ingredientes para estar entre los mejores del mundo, pero parece que no sabemos cocinar un buen plato, o no nos dejan. ¿Cómo es posible que no estemos entre las grandes zonas vitivinícolas del mundo? Debemos coger otra dirección y poner ... Rioja Alavesa donde se merece». Son palabras del presidente de la asociación de bodegas ABRA, Saúl Gil Berzal, que insistió este jueves en la necesidad de la «diferenciación» de sus vinos, en defender el modelo familiar, «totalmente opuesto a la viticultura industrial», con el que «no puede convivir».
El responsable se pronunció en el marco de la entrega de premios que concede anualmente la asociación -esta vez en Elvillar, donde presentó la añada 2018- y evidenció con sus palabras la situación del colectivo tras el polémico intento de reemplazar el nombre de ABRA (Asociación de Bodegas de Rioja Alavesa) por el de Bodegas de Euskadi. Una decisión que paralizó por el desacuerdo de muchos de los miembros de la marca.
Berzal abogó, eso sí, por que «dejemos aparcadas las diferencias para hacer algo ya». Un aspecto en el que incidió el diputado general, Ramiro González. «Llevamos algún tiempo haciendo algo mal, no nos estamos poniendo de acuerdo. Está habiendo voces diferentes sobre el modelo», lamentó, para pedir «acuerdo en el camino a seguir», apuntó, apostando por que «colocar a Rioja Alavesa entre las grandes regiones del vino en el mundo».
Para ello, el máximo responsable de la institución foral avanzó la puesta en marcha del «Centro de Excelencia de la Economía y la Cultura del Vino», que arrancará a la vuelta del verano. A la apuesta por el trabajo se sumó Bittor Oroz, viceconsejero vasco de Agricultura, asegurando que ABRA debe lograr «el reconocimiento en el aspecto económico».
La existencia de diversidad de opiniones en ABRA se reflejó también en las intervenciones de los premiados. El responsable de Remírez de Ganuza, firma galardonada con el Premio Laboral Kutxa a la Bodega Destacada, expresó que «al margen de polémicas, Rioja Alavesa está en su sitio, otra cosa es que haya que mejorar, y eso solo lo haremos nosotros, no lo van a hacer otros». Por su parte, Gabriel Frías (Hermanos Frías del Val), otro reconocido, señaló que «no estamos donde merecemos».
Las distinciones de este año recayeron asimismo en Eguren Ugarte, Ana de Altún y Dominio de Berzal.
Mejor blanco joven 2018. Eguren Ugarte blanco 2018, de Bodegas Eguren Ugarte (Páganos).
Mejor tinto joven 2018. Hermanos Frías del Val 2018, de la bodega Hermanos Frías del Val (Villabuena).
Mejor blanco madurado en barrica. Ana de Altún 2018, de Bodegas Altún (Baños de Ebro).
Mejor tinto madurado en barrica. Hermanos Frías del Val Crianza 2016, de Bodegas Hermanos Frías del Val (Villabuena).
Mejor blanco joven 2018. Eguren Ugarte blanco 2018, de Bodegas Eguren Ugarte (Páganos).
Mejor tinto joven 2018. Hermanos Frías del Val 2018, de la bodega homónima (Villabuena).
Mejor blanco madurado en barrica. Eguren Ugarte Malvasía 2018, de Bodegas Eguren Ugarte (Páganos).
Mejor tinto madurado en barrica. Dominio de Berzal 7 varietales 2016, de Bodegas Dominio de Berzal (Baños de Ebro).
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