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1960
El Club Deportivo Vitoria revistió de solemnidad la inauguración el 1 de mayo de 1960 de un refugio de montaña en el monte Albertia, modesta cumbre alavesa de no más de 900 metros de altitud a los pies de Villarreal de Álava (Legutio). Su dinámica ... sección montañera preparó un recorrido con antorcha relevada por jóvenes deportistas desde Vitoria hasta las campas donde levantó el chamizo para sus excursionistas y demás andarines. El día anterior, el sábado 30 de abril, se celebró en el santuario de Estíbaliz una ceremonia para el encendido de la tea con la llama votiva de la vela del altar. La tomó un joven atleta y se inició así el trayecto de vuelta hasta la ciudad con el acompañamiento de una caravana de coches, motos y bicicletas. En la iglesia de San Pedro, el presidente del club, Jesús Carrascosa, ofreció la antorcha a la patrona de Álava. A la jornada siguiente, domingo, se reanudó la marcha con la llama hasta el Albertia, donde se ofició una concurrida misa de campaña y se abrió el refugio vitorianista.
Por encargo del consejo de Cultura de la Diputación, el restaurador de arte Cristóbal González concluyó en 1960 la recuperación de un retablo del primer tercio del siglo XVI de la iglesia de Hueto Abajo. En sus orígenes, la obra fue mandada hacer por disposición testamentaria de un alavés.
1961
La Navidad vitoriana de antes se anunciaba cargada de campañas solidarias con la recogida de alimentos, ropa y calzado, juguetes y dinero que después se entregaban a vecinos necesitados o simplemente se regalaban a modo de gratitud. Entre otras iniciativas se celebraba todos los años desde 1951 el llamado 'Día de la caridad escolar'. Desde las escuelas y colegios de la ciudad se promovía entre su joven alumnado la donación de todo aquello que pudiera ser útil para contribuir a que fechas tan señaladas, entrañables y familiares fueran más llevaderas para los desfavorecidos. Decenas de escolares reunían sus propios regalos, desde comida hasta prendas o donativos en metálico, que los presentaban empaquetados o dentro de baúles de mimbre -como en la fotografía del 14 de diciembre de 1961- en la iglesia de San Miguel, donde se oficiaba una misa por la mañana. Después, los participantes en la campaña humanitaria se acercaban hasta el Teatro Guridi para asistir a la proyección de una película infantil. Ya por la tarde se visitan hospitales, instituciones de acogida y domicilios particulares para hacer entrega de lo recogido y recaudado.
En Vitoria, la Navidad de 1961 la presidió un hermoso pino procedente de los montes cercanos plantado en la plaza de la Estación, al final de la calle Dato. 'El Árbol de Navidad', que era convenientemente adornado e iluminado, se colocaba con anterioridad a ese año en la plaza del General Loma.
1962
De Amárita, Guereña, Erenchun, Galarreta, Otazu, Elguea, Larrinoa... La hermosota huerta y la oronda granja alavesas descargaron en la capital, en Vitoria, sus mejores productos y ejemplares para asombro de extraños, deleite de curiosos y quebraderos de cabeza de las amas de casa sujetas a la cartera con las perras contadas para agasajar a los suyos con una surtida cena de Nochebuena. La plaza de España fue aquella mañana gris del jueves 20 de diciembre de 1962 un inmenso mercado de comestibles prenavideño, también escenario del V Concurso Agrícola promovido por la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de la Ciudad de Vitoria. Los aldeanos con sus puestos, algunos a resguardo bajo los arcos, trajeron de todo y de lo bueno, lo mejor. Huevos, queso, miel, capones, gallinas, pollos, pavos, conejos, las primeras habitas frescas, patatas, berzas, puerros, manzanas, peras, castañas... Eso sí, se despachó poco pescado fresco, con el kilo de angulas entre las 200 y 450 pesetas. También se vendieron pinos, muérdago y acebo, no bien visto por muchos.
Las inundaciones provocadas por el desbordamiento del Zadorra no son solo de ahora sino también de antes tanto en Vitoria como en otras localidades de su cuenca. El 19 de octubre de 1962, el Ayuntamiento se dirigió a la dirección general de Obras Hidraúlicas de Madrid interesado en el encauzamiento de sus aguas en tramos que entrañaban peligro para las personas y sus propiedades.
1964
El Gordo de la Lotería de Navidad de 1964, con 37,5 millones de pesetas a la serie, tampoco descorchó la sidra puesta a enfriar en las neveras de Vitoria y el resto de Álava. La felicidad que trajo el 20426 se quedó en Madrid aunque también viajó a Barcelona, Vich, Vélez-Málaga, Vinaroz y Fortuna (Murcia). Una vez más, y se había perdido la cuenta de cuántas, la suerte se desentendió de la ilusión depositada en ella por los muchos alaveses que guardaban un décimo en sus carteras. A unos pocos sí les sonrió el bombo y los cantarines niños de San Ildefonso gracias al 10615, uno de los catorce números agraciados con un premio especial de 250.000 pesetas a la serie. La administración de la calle Calvo Sotelo (hoy Francia), regentada por Josefina Ortiz de Zárate, despachó diez billetes en ventanilla, según la buena mujer muy repartidos pues no le constaba que se hubieran dividido en participaciones. A unos pocos alaveses se les alegró el día y se les hicieron más llevaderos los gastos de tan señaladas fechas con un pellizco de 25.000 pesetas el décimo. EL CORREO informó a los vitorianos del resultado del sorteo con la colocación en puntos estratégicos de la ciudad de carteleras como la de la foto, puesta muy cerca del despacho afortunado, en la esquina con portal del Rey.
Los alaveses compraron lotería de Navidad en 1964 por valor de 13.755.000 pesetas, casi un 35% más que el año anterior, cuando las administraciones despacharon décimos hasta los diez millones. Por entonces había siete establecimientos, seis en Vitoria y uno en Llodio. El afortunado despacho de la calle Calvo Sotelo vendió casi un cuarto del total (3,5).
1965
Jesús Obrero amplió en 1961 su demandada oferta académica a los alaveses en busca de empleo con la impartición de dos novedosos cursos de formación profesional exclusivos para mujeres. La escuela aneja recibía en sus clases a adolescentes de entre 14 y 17 años, después de acabada su primera etapa educativa, e impartía al alumnado enseñanzas de artesanía (corte y confección, principalmente) y administración y contabilidad. Según su impulsora y directora, María Ángeles Álvarez, que convenció del proyecto a la Caja Provincial de Ahorros de Álava y al patronato de Jesús Obrero, se trataba de «preparar a las mujeres para el hogar y la industria». Una manera discreta de empezar a derribar barreras y arrinconar tabúes en una sociedad que veía con malos ojos que las féminas se formaran en tareas que no fueran 'propias de su género'. Los estudios de administrativo -la foto de 1965 muestra el aula de mecanografía- garantizaban a las más aplicadas un puesto de trabajo en aquellas empresas que abrían por entonces al albor de la industrialización de Vitoria. También el curso de manualidades ofrecía un abanico de posibilidades a las alumnas, que a modo de prácticas confeccionaban en ese momento cincuenta túnicas para la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad en la Vera-Cruz.
La Banda Municipal de Música ofreció el domingo 26 de diciembre de 1965 el primero de sus cinco conciertos del ciclo invernal en el Teatro Principal. La actuación se abrió con el 'Himno a Vitoria', obra que, según la reseña, se estrenaba de manera oficial. La había compuesto el director de la agrupación José Escoriaza para un concurso en 1919.
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