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1965
Como muchos otros días desde que los vehículos se hicieron sitio en Vitoria, también en la mañana del jueves 28 de enero de 1965 se registró al menos un percance de tráfico en las calles de la ciudad, en concreto en el cruce de Manuel ... Iradier con Rioja. Por desgracia, el accidente de circulación, del que se hizo eco EL CORREO, no quedó esta vez en un simple golpe de chapa. La colisión entre un jeep del ejército y un Seat 600 con matrícula M-365.952 provocó heridas de consideración a uno de los ocupantes del utilitario, el peor parado de los dos coches. Juan Jiménez Collado, de 32 años, doctor de profesión con residencia en Madrid, ingresó en el cuarto de socorro del Hospital Civil de Santiago, donde el médico de guardia le apreció en una primera revisión una herida contusa en la región frontal con hematoma y la probable fractura de varias costillas. El percance atrajo la curiosidad de numerosos viandantes que atendieron al lesionado hasta la llegada de las asistencias y agentes de la Guardia Urbana. Arqué llegó a tiempo de tomar imágenes de lo sucedido. La fotografía muestra los dos vehículos accidentados, el atasco circulatorio en la confluencia de las calles y el trasiego de vitorianos por los alrededores. Pero también deja para la contemplación, la nostalgia y la posteridad un retrato urbano de un lugar hoy casi irreconocible. Sólo quedan en pie los bloques de viviendas de la derecha. Al frente, la desaparecida plaza de toros.
1915
Los solteros vitorianos de hace cien años, si no todos al menos unos cuantos, dedicaban su tiempo libre a citarse en torno a una mesa con una jarra de tinto de Rioja Alavesa y no tanto a procurarse pareja. Los varones de la foto y alguno más que llegó tarde a la cita fundaron en 1915 el 'Kurdin Club Solteril' para «pasárselo lo mejor posible sin meterse con nadie», con sede en la tasca de Conrado García en Nueva Dentro. En sus estatutos, veinticuatro páginas con artículos de lo más pintoresco aprobados por el gobernador civil -faltaría más-, ya se advertía de sus intenciones: «Sólo serán admitidos los solteros, los viudos y los casados divorciados». Las dos mujeres y la chiquilla que les acompañan en el retrato sirvieron la cena de puesta de largo del 'Kurdin' el domingo 26 de septiembre de 1915. Por tres pesetas, casi cuarenta comensales se pusieron tibios de comer y beber, un precio que incluía café, copa y tabaco. El presidente Víctor Hernández de Ocáriz propuso el brindis, un invitado charló sobre la caza de la perdiz y todos cantaron el himno del club. Su bandera, al fondo del grupo, también dejaba claro el propósito. Se ilustra con una bota que derrama vino y un ramo de cepa.
1936
'Los Amigos de las Cumbres' organizaban salidas montañeras los fines de semana a las cimas de Álava y provincias limítrofes. Cinco años después de su creación, en la primavera de 1936, después de hollar todas las crestas de los alrededores, buscaron otras sensaciones con el nacimiento de la Sección Turística y de Alta Montaña, que como su propio nombre indica, dirigía a sus expedicionarios a escenarios más exóticos y, sobre todo, de mayor altitud en España y otros países. Se estrenaron con los Picos de Europa y Covadonga. Desde su sede en la calle Castilla 21 también atendieron a la promoción del montañismo y el descubrimiento de la naturaleza entre los escolares. Sus socios tenían vocación de educadores medioambientales. Un concurso de redacción animaba a los estudiantes a escribir sobre los montes alaveses. A medida que avanzaba la selección de los trabajos, los autores de los mejores salían con 'Los Amigos de las Cumbres' a lugares concretos que debían inspirar los siguientes relatos. Cómo no, el Gorbea fue uno de ellos y la Peña de La Población, el último. Los ganadores acabaron en la cima del Toloño y después celebraron una fiesta en Labastida. En Vitoria, los mendizales de la simpática sociedad montaron una exposición de bocetos y fotos en el hall del Teatro Príncipe, luego Guridi.
1969
La Semana Santa vitoriana de 1969 estuvo pasada por agua. La lluvia y el frío impidieron la salida a la calle de las procesiones del Silencio el Jueves Santo (3 de abril) y el Santo Entierro al día siguiente. Los cofrades dejaron los pasos religiosos en el interior de las iglesias, donde fueron visitados por muchos fieles. Al celebrarse a cubierto, dentro de los templos, las celebraciones litúrgicas se desarrollaron conforme al programa previsto con una notable concurrencia de público. Aquellos días hubo dos representaciones de la Pasión, Muerte y Crucifixión de Cristo preparadas y protagonizadas por jóvenes que atrajeron la atención por su singularidad. En la 'Quinta parroquia', la de San Cristóbal, cinco actores teatralizaron el misterio de Jesús la mañana del Viernes Santo con el acompañamiento de un coro de cuarenta voces. El sábado 5, en la iglesia de Nuestra Señora de los Desamparados, otro grupo juvenil también se ganó el asombro de los asistentes con una esmerada interpretación de la Pasión (en la foto). Televisión Española (TVE) grabó imágenes de la obra y algunas de sus escenas fueron emitidas en el telediario vespertino del domingo en un espacio dedicado a la Semana Santa.
1913
Después de la lectura del Sermón de la Soledad en la parroquia de San Vicente Mártir, con rigurosa ceremoniosidad y entre un gentío respetuoso, partió la Procesión del Santo Entierro a las cuatro y media de la soleada tarde del 21 de marzo de 1913. Abrieron la marcha de aquel Viernes Santo en Vitoria los asilados del Hospicio y la cruz parroquial, seguidos del procurador síndico con el pendón. Las autoridades se situaron a la cola. Hace 109 años solo procesionaban tres pasos, la Cruz Enarbolada, el Santo Sepulcro (en la fotografía, por la cuesta de San Francisco) y La Soledad. Lo siguen haciendo más de un siglo después, aunque ahora con otras diez tallas que representan escenas de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. Cofrades de luto custodiaban los carros a diferencia de hoy, de cuya función se encargan los nazarenos con sus capirotes. El recorrido era corto, de apenas una hora, lo que propiciaba la asistencia de una multitud. Discurría por las cuestas de San Vicente y San Francisco, Mateo de Moraza, Virgen Blanca, Postas, cuesta del Teatro y de nuevo San Francisco y San Vicente.
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