![El mojón de la discordia, derrumbe de la calle Olaguibel y el embaldosado del paseo de La Florida](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202108/23/media/montaje-memorias-alava-1248x770.gif)
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Por la sombra de chopos y olmos, con el sol en todo lo alto y el calor a ras de suelo, avanza el peregrino a través del Camino de Santiago. Encrucijada de sendas, de rutas de comercio y viajeros, incluso de cuando los romanos, Vitoria ... recibe a todo aquel que la visita y se hospeda en ella, aunque sea a la intemperie, a la luz de la Luna y a la fresca del verano. Con su pesada cruz de madera a cuestas, su visera, la mochila, un pantalón corto, la cachava y un aspecto famélico, se presentó por aquí un tal Claude, francés de Saint-Étienne, al parecer de buena familia, convencido de peregrinar hasta encontrarse en Compostela con el apóstol Santiago. Era el 12 de agosto de 1964, ya pasadas las fiestas de La Blanca. Contó al redactor de EL CORREO que salió a su paso a las afueras de la ciudad que, hombre de hondas creencias, pedía con su andar sacrificado «al Altísimo por la paz en el mundo, en la familia y en la juventud obrera doliente». Se comportaba Claude como un penitente austero, de poco comer, que buscaba el agua de las fuentes y pasaba la noche bajo al abrigo de un puente o al aire libre.
Un breve artículo de prensa publicado el 18 de agosto de 1964 daba nuevo plazo a la terminación de las obras de la Catedral Nueva de Vitoria: tres años. Pasados 57, el templo sigue inconcluso.
Cuatro hombres buenos de Aramayona, otros tantos de Ochandiano, secretarios con documentación y técnicos con brújula y mapas catastrales asistieron el 27 de enero de 1984 a los alcaldes de los dos municipios de Álava y Vizcaya, enfrentados desde 1457 por la titularidad de las 592 hectáreas del bello paraje conocido como 'El Limitado'. Diputados de ambos territorios acudieron también en favor del pacto, pero no lo hubo, como de costumbre. La comitiva avanzó junta solo hasta el primer mojón, en Gomilaz. Una piedra nueva colocada más allá del puente viejo que se llevó las aguas separa los términos de Villarreal, Aramayona y Ochandiano, «en el confín de Álava y Vizcaya». A partir de ahí, camino del segundo hito, unos tiraron hacia el monte y otros, al sudeste, defendiendo cada cual su soberanía sobre el lugar. Y, sí, dieron con el segundo mojón pero por separado, distanciados 200 metros. Los testigos hundieron sus dedos en la 'A' y en la '0' talladas en la piedra (en la fotografía) y cruzaron sus diversas y dispares razones históricas que sacaron a relucir pleitos y disputas. Confirmado el desencuentro sobre el deslinde, se levantó acta por los secretarios de Álava y Ochandiano, se anuló la excursión y todos se sentaron en la misma mesa para almorzar en el ayuntamiento vizcaíno.
Un moderno sistema de seguridad exportado de Venecia (Italia) y ya empleado en la protección de obras de arte se puso en funcionamiento el 5 de febrero de 1984 como custodia de la talla de la Virgen Blanca en la hornacina de San Miguel. Dos años antes, el 8 de marzo, la imagen había sufrido graves daños al ser derribada por desconocidos.
El derrumbe ocasional de un muro de contención en la calle Olaguíbel por las obras de ampliación de los edificios oficiales en ella ubicados alarmó a obreros, vecinos y viandantes pasadas las ocho de la tarde del 18 de junio de 1959. Se temió lo peor. Fue tal el estruendo provocado por el corrimiento de roca y tierra al que siguió una intensa polvareda que se temió por la vida de los peones. Pronto se supo que se habían puesto a salvo en cuanto observaron que el terreno se venía abajo por el uso de barrenos para deshacer la piedra. No hubo que lamentar desgracias personas y afortunadamente todo quedó en un susto, aunque los pisos bajos de los números 20 y 22 de la calle San Francisco, al otro lado del muro y del caño que lo separaba de las casas, sufrieron desperfectos. Como también el Palacio de Justicia, hoy en reforma, que se vio afectado por el desplome y se quedó sin electric idad por daños en la línea. Numerosos cascotes despendidos cayeron dentro de las dependencias del juzgado de instrucción.
Decenas de txistularis amenizaron su día y el traslado de la asociación vasco-navarra de Bilbao a Vitoria con alegres pasacalles interpretados la mañana del 12 de abril de 1959. Honraron a la Virgen Blanca, asistieron a misa en el oratorio de la Diputación, nombraron directiva y dieron un concierto en La Florida.
La apertura de la Casa de Cultura en el parque de La Florida se retrasó en octubre de 1975 por enfermedad del bibliotecario responsable de la catalogación de las obras que obligó a contratar a otro encargado del traslado de los libros y su depósito en las salas. Al mismo tiempo, y para facilitar el acceso de los futuros usuarios a la biblioteca, el Ayuntamiento abordó el adecentamiento del paseo de La Florida, entre el viejo instituto y La Senda, que daría continuidad al largo y hermoso trecho entre árboles hasta Armentia. Se destinaron 4,1 millones de pesetas a la ejecución de la reforma y se concedió a la constructora un plazo de cinco meses a contar desde octubre de 1975. Pero al poco, en diciembre, los trabajos se interrumpieron por distintas razones, entre ellas la climatológica, y no se retomaron hasta la primavera de 1976 con un incremento además de la partida de 675.000 pesetas. Ahora bien, la espera mereció la pena porque el empleo de baldosas de color rosa recibió encendidos elogios.
170 niños participaron en el I Concurso de Pesca Infantil en Piscina celebrado en la olímpica de Gamarra el 1 de mayo de 1976. Se soltaron 500 truchas de piscifactoría, la mayoría de 125 gramos, aunque había una de 2,5 kilos y otra de 1,5. José Ramón Diego, de 8 años, pescó la segunda de más peso.
Es la patata un producto básico que brota de la tierra e identifica a Álava como ningún otro, con perdón de la uva y la haba. En Iturrieta, sobre los mil metros de altitud, se impulsó en 1933 por el gobierno de la II República la apertura de la Estación de Mejora de la Patata, de la que se encargó el ingeniero agrónomo vitoriano José María Díaz de Mendívil con la puesta en práctica de técnicas aprendidas en Francia, principalmente, para dar nuevos bríos a un cultivo y producción estancados aquí. Medio siglo después, el 29 de junio de 1984, ya con la granja y las tierras experimentales transferidas al Gobierno vasco y una docena de variedades de siembra en tratamiento, se celebró un acto en homenaje al sector con el descubrimiento de un monumento. En la base de la piedra quedó escrito: «A todos aquellos que con su trabajo y esfuerzo han hecho posible que florezca una riqueza más que latía dentro de nuestra tierra, la patata». Por entonces había en Álava tres cooperativas y 630 agricultores que labraban 5.400 hectáreas de terreno y recogían al año 70.000 toneladas del tubérculo.
Un vecino de la calle Santo Domingo de Vitoria denunció ante la Policía Municipal la sustracción de cincuenta de los cien canarios que criaba en un camarote de su propiedad el 18 de julio de 1984. La ausencia del canaricultor de su vivienda facilitó el hurto, de un valor cercano a las 80.000 pesetas.
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