La lluvia chafa la inauguración del campo del 'New Club' en el camino de Ali

El I Festival Estudiantil de la Canción, organizado por los alumnos de Preuniversitario del colegio San José, fue todo un descubrimiento para la juventud vitoriana. En los años 60, la música brotaba de los transistores y la audiencia saltaba del pop al rock, al twist, al ye-ye y al beat. Así surgieron grupos e imitadores que actuaban en público, tanto en ambientes colegiales como festivos, contribuyendo a forjar una identidad propia entre los jóvenes. Luego no es de extrañar que el concurso organizado por 'SanVi' abarrotara el Teatro Amaya la mañana del domingo 23 de febrero de 1964. Las más de 600 butacas fueron insuficientes para acomodar a un auditorio entusiasta. Por el escenario desfilaron cantantes y grupos durante tres horas y ni la por momentos deficiente sonoridad rebajó el ánimo. En interpretación individual se impuso Jesús Alberdi, un bachiller de 13 años prendado con 'Paz', de Rudy Ventura. Tras escucharla por la tele en el Festival de la Canción Mediterránea, se compró el disco y la cantó en directo. El grupo CR², con el tema 'El ritmo de la lluvia', ganó por conjuntos.

Ni al 'foot ball' se jugaba en el campo del paseo de Cervantes ni existía el Deportivo Alavés cuando los entusiastas del 'New Club' ya disponían de equipo propio y contaban con una pieza de labranza en el camino de Ali (Beato Tomás de Zumárraga) para sus entrenamientos y amistosos. Los socios adecentaron el terreno con sus porterías, demarcaciones de juego y asientos de preferencia, y el 9 de julio de 1916 bendijo el flamante 'stadium' José Leoncio Ortiz de Zárate, en ausencia del obispo, y lo inauguró el alcalde de Vitoria Guillermo Elío con el primer puntapié al balón 'de gajos'. La Banda Municipal tocó la 'Marcha Real' y el 'Gernikako Arbola' y se izó la bandera de la sociedad deportiva, cuya sede social estaba al lado, en Cercas Bajas, 63. Con el saque de honor de la primera autoridad municipal se dio paso al partido entre el 'Recreation Club' de Logroño, que se había desplazado en tren, y el anfitrión 'New Club' de los Muguerza, hermanos Aragón, Pasarela, Amilivia, Alzaga, Zabala, Tife, Arrieta... Todo iba rodado, aunque el juego no era nada lucido y lo dominaban los visitantes, hasta que un inesperado aguacero chafó la tarde, encharcó el campo y obligó a suspender el 'match' en el minuto 20. Durante la contienda, el 'Recreation' tuvo el detalle de lanzar fuera un penalty y después el Gran Café Moderno sirvió el ágape de celebración.

Ante el objetivo de la cámara fotográfica de Enrique Guinea posaron todos aquellos vitorianos que quisieron dejar testimonio de su disfraz de Carnaval en 1915. Los cuatro niños del pomposo retrato, tres vestidos de mandarines y otra con traje popular, pasaron por el 'photocall' de la época montado en pleno parque de La Florida el martes 16 de febrero, al día siguiente del desfile con gran baile que organizó el Casino Artista Vitoriano en su desaparecida sede de la plaza del General Loma. Tan curiosa imagen ilustró una página que la revista guipuzcoana 'Novedades' dedicó a los carnavales de la capital, aunque la pequeña de la izquierda fue cortada -se intuye que por falta de espacio a la vista del diseño del artículo, que incluía otras tres fotos-. El pie de página dice: «El Carnaval en Vitoria se ha deslizado tranquilo y animado, destacándose en él brillantemente las fiestas organizadas por aristocráticas familias...». La celebrada en el Casino el lunes 15 fue de las más concurridas y también muy pulcra. La junta directiva prohibió a sus socios estacionar los vehículos frente a la puerta de entrada y fumar en ella. Una niña disfrazada de paje, otra de 'nescatilla' y una aldeana de la Revolución Francesa ganaron el concurso.

Cincuenta años atrás, el Círculo Vitoriano celebró una fiesta doble para sus socios en la sede de la calle Dato haciendo coincidir el Carnaval con el Día de San Valentín. El sábado 12 de febrero de 1972 desfilaron por la tarde los más pequeños con sus logrados disfraces y ya de noche cenaron y a los postres bailaron agarrados los matrimonios hasta bien entrada la madrugada. Los críos alborotaron la pasarela con su infantil desparpajo y la variedad de sus indumentarias ante la embobada atención de padres y abuelos. Enfermeras, indios y vaqueros, Caperucita Roja, un hada madrina, el torero, la manola, la chulapa, el cocinero, la 'hippie', el payaso... 35 niños lucieron sus fantasías y pusieron todo de su parte y más para agradar al jurado, aunque solo una docena recibió el reconocimiento. Eso sí, ninguno se perdió la sesión de cine y la posterior merendola. Con la chavalería ya de retirada al final de un día ajetreado, fueron los mayores los que tomaron el testigo de la fiesta y ocuparon los salones de la sociedad de recreo vitoriana para dar cuenta de un exquisito menú antes de entregarse a los bailables con la música de dos orquestas. No faltó el clásico sorteo de regalos entre los asistentes a la 'fiesta del amor' y, como tenía por costumb're hacer el Círculo Vitoriano cada 14 de febrero, aquella noche también se eligió a la 'Pareja feliz', al matrimonio ejemplar.